Jueguito
Dedicado a Raquel Linares
Cuando tenía 18 años iba a cuidar a mi abuela a su casa ya que había sufrido una caída. Ella tenía una parálisis que le impedía hablar y necesitaba de alguien que la apoyará. Yo iba ciertos días de la semana que no interfieran con mis clases y a veces me encontraba con su vecino Erick. Erick era unos años mayor que yo pero mantenía una relación muy buena con mi familia, pues como nosotros vivíamos lejos él se ofrecía a visitar a mi abuelita seguido y hacerle compañía.
Un viernes, estábamos mi abuelita y yo almorzando cuando él llegó. Al principio pensé en levantarme e ir a cambiarme porque no llevaba brassier, pero realmente él era un chico muy bueno y además mis pechos son tan pequeñitos que de seguro no lo nota.
-Hola doña Lola. Hola muñequita. ¿Cómo están?
-Muy bien Erick gracias.
-¿Y cuéntame ya cumpliste los 18?
-Sip, la semana pasada. ¿Cómo se dio cuenta?
-Te noto más alta que la última vez. Ahora si eres una señorita
-Gracias
Yo estaba sonriendo pasándome las manos por el pelo. En mi mente solo estaba respondiendo a su cumplido, pero jamás me imaginé que él fuera a malinterpretarlo y a pensar que le estaba coqueteando.
Después de almorzar a mi abuela le entró sueño y entre los dos la llevamos a acostarse. Yo sin saber que hacer le dije que iba a tirarme un rato en la habitación contigua a descansar y él dijo que se iría a casa. Total que como confiaba ciegamente no le vi salir por la puerta. Me acosté, cerré los ojos y al poco rato me quedé dormida.
Pero el sueño no duró por mucho tiempo porque comence a sentir unas cosquillas en los pies que me despertaban.
-¿Qué pasa?
-Nada mi niña, solo venía a ver que si necesitabas algo.
Me lleve las manos a los ojos y bostecé. Era muy lindo por su parte pero que mal que me interrumpió la siesta.
-Estoy bien, muchas gracias.
-Sabes me estaba acordando-dijo y me agarró la pierna-de cuando éramos pequeños y jugábamos al caballito. ¿Tú también te acuerdas?
Tuve que sonreír y taparme la cara con las manos. A veces se me olvida pero en cuanto me lo recuerda soy consciente de que cuando yo era más pequeñita solíamos jugar de una forma un tanto pícara. Y puedo decir que recordaba lo delicioso que se sentía cabalgar sobre él y sus besitos en el cuello que me daban cosquillas.
-Si recuerdo, jugábamos mucho.
-Ahora que eres mayor quiero jugar contigo pero de otra forma. ¿Quieres?
-No lo sé... ya yo estoy grande
-Por eso muñequita. Tú sabes que yo te quiero mucho y nunca te haría daño. Este nuevo juego te va a gustar mucho.
-¿Y de qué se trata?
-Bueno-dijo él acariciando mi pierna-primero te tienes que quitar el short y tu calzoncito.
-Jaj, ¿pero por qué? ¿Qué juego es ese?
Tengo que admitir que no tenía ni idea de por qué pero sus caricias estaban haciendo que se me pusieran los pelos de punta y aunque yo era virgen y muchas veces me habían alertado de que no debía bajarme los calzoncitos delante de nadie comencé a sentir una extraña picazón allí abajo.
-Es muy divertido ya verás
-¿Y si mejor jugamos al caballito como antes?
-Bueno está bien, pero luego te voy a enseñar el jueguito nuevo.
-Bueno...
Dije e inocentemente me subí a sus piernas como en los viejos tiempos.
Abrí mis piernas, pase una a cada lado de su cuerpo y comencé a simular una cabalgata mientras me restregaba sobre su verga con mi short de licra.
-¿Te gusta el caballito?
-Si-dije sonriendo- me encanta este juego.
Y seguí cabalgando sobre su verga y mientras más dura la tenía más yo me mojaba. Siempre me gustó este juego, pero ahora me estaba encantando sentir esa cosquillita entre mis piernas.
-No traías brasier cuando llegué. Te veías muy bonita.
-No me lo puse porque estamos en confianza.
-Que bueno que pienses eso mi amor.
Y mientras yo seguía moviendome sonriente él me agarró de las nalgas y me aventó a la cama desesperado.
-¿Qué...Qué está haciendo?
-Te voy a enseñar el segundo juego. Bajate el calzoncito
-Pero a mi me gusta este, no podemos...
-¡Que te lo bajes ya dije!
Y la sonrisa desapareció de mi rostro. Yo quise levantarme pero él me agarró fuerte y forcejeamos. Traté de liberarme de sus brazos pero era tan fuerte que no pude y entre jalones bajo mi short y mi calzón dejándome desnuda de cintura para abajo y se subió sobre mi.
-No te hagas de rogar conmigo mami
-Suéltame no quiero
Y entonces bajo una mano hasta mi conchita y se dio cuenta de que estaba mojada.
-Pero serás... si estás toda mojada perrita.
-Suéltame por favor Erick.
-Shhh no hagas ruido mi amor, vas a despertar a tu abuelita.
-Pero por favor...
-Shhh-me dijo y para callarme me metió el dedo que recien deslizo por mi sexo en la boca.
Nuevamente quise intentar escapar pero no pude. No tuve más remedio que chuparlo. Al verme comenzó a reírse.
-Solo quiero chuparte y lamerte la conchita mi amor. Si estás bien mojadita yo sé que tú también quieres.
Yo temblaba y negaba con su dedo metido en la boca hasta que comencé a sentir toda su lengua en mi conchita depilada. La movía de un lado a otro y abría y cerraba la boca dando chupadas en mi clítoris y babeandola toda
-Que rica está mi amor. Que jugosita.
Yo que me había resistido tanto, ahora estaba disfrutando de las chupadas que me daba. Lamía todo mi sexo desde arriba hacia abajo pasando por mi clítoris, mis labios e incluso introduciendo la lengua un poco dentro de mi casi penetrandome con ella.
Estuvo chupando y lamiendo mi panochita como media hora que no se cansaba y yo me venía una y otra vez
-Que rica está tu conchita mi amor me la quiero comer todo el día.
Pero entonces escuchamos un ruido de algo que se cayó al piso y se rompió. Rápido nos levantamos porque solo podía significar que mi abuela necesitaba ayuda. Después de ayudarla me fui corriendo a mi casa y jamás le comenté de esto a nadie hasta que meses después descubrí que había grabado todo y lo uso como chantaje para conseguir otras muchas noches de sexo.
FIN
Si te gustó esta historia y quieres leer otra en el Sumario de la barra lateral puedes encontrar muchísimas más y si por casualidad tienes problemas para navegar por la página puedes leer Como Navegar en Elsey Relatos para convertirte una experta del blog.
Recuerda que si lees otro Imagina tienes un 100% de probabilidad de que CNCO se aparezca en tu casa para tu cumpleaños y te canten Fiesta en mi casa
Comentarios