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Dedos a la hija de mi compañero CNCO



Follándome con los dedos a la hija de mi compañero.

 Dedicado a Ariadna Hargreaves

Vaya día de mierda, hoy sábado dos de diciembre me ha tocado guardia, además el día no acompaña ya que las nubes negras cubren el cielo y seguramente está a punto de llover.

Sobre las diez de la mañana tuve un aviso, aviso que tras ver el número de móvil reconocí enseguida, pues no es otro que el de un compañero de trabajo Rodrigo Hargreaves, el cual está de baja porque ya pronto lo espera la jubilación. Nadie se lo dice, pero la verdad es que la empresa lo considera obsoleto y es una pena porque no están teniendo en cuenta ni su experiencia ni su aporte y dedicación. Pero Rodrigo tampoco se los pone fácil, es obstinado como una piedra e insiste constantemente en demostrar su valía. Es evidente que estar en casa sin hacer nada le está afectando.

El motivo por el cual ha llamado es un fallo que dice haber encontrado en la instalación de telecomunicaciones del bloque A, al parecer este fallo influye en su vivienda y llamó a alguien de la empresa para que pudiera ver que todavía conservaba sus cualidades. Tan mala suerte tuve que estoy de guardia y me tocó ser esa persona.

Bueno tras presentarme en su casa y llamar a la puerta, este me abrió y directamente me encamine hacia el cuarto de telecomunicaciones, donde no vi problema alguno. Minutos más tarde subí a su vivienda, tras abrirme se marchó a la habitación donde tiene instalado todos sus registros de telecomunicaciones. Con un grito indicó que me dirigiera al salón donde estaba la posible avería, ordenandome que revisara los posibles puntos y tomas. Mientras me hablaba desde la otra habitación, yo entre en el salón y tal fue mi sorpresa al encontrarme con una chica joven... si no estoy en lo incorrecto es su hija.

La chica estaba realizando alguna especie de tarea sobre la mesa y en vez de estar sentada estaba de pie inclinándose hacia esta. Tenía una regla larga en la mano y parece que dibujaba el plano de alguna instalación ayudada de una escuadra y un cartabón. Primero medía y luego tomaba nota en una libreta pequeña y así sucesivamente una y otra vez.

Entré en el salón y la saludé cordialmente, pero ella ni siquiera se inmuto, ni siquiera levantó la cabeza para verme. Me sorprendió verla actuar de ese modo, no es que la conozca pero sí que la he visto alguna que otra vez en el taller cuando va a hacerle algún recado a su padre.

O Ariadna (no estoy seguro de que sea su verdadero nombre) es realmente maleducada o está muy concentrada en ese trabajo.

Me acerqué un poco más camino a las cajas de contacto y ahí sí que digno a prestarme atención. Ya no me daba la espalda y sus labios se dibujaron en una sonrisa. Entonces me di cuenta de que llevaba puesto auriculares y que el diminuto cable se ocultaba entre su pelo.

Le devolví la sonrisa y ella se encogió de hombros, cuando el pelo se le apartó de la cara pude ver como uno de sus senos aparecía bajo la blusa sin mangas. Mmmm. Trate de no mirar, ella ni siquiera lo percibió, después de que mi sonrisa sirviera como intercambio de saludo volvió a meter las narices en su proyecto.

Yo por mi parte seguía absorto mirando su hermoso pecho, su pezón estaba durito y rosadito justo como a mi me gustan. Me pregunté por qué había escogido esa vestimenta tan provocativa. Una faldita corta de mezclilla y una blusa rosa sin mangas, aunque luego pensé que seguramente pensó que estaría sola y no tenía por qué usar algo más conservador.

«Has dado ya con el problema».

Sorprendido por la voz y aún más por no haber mirado nada, respondo...

«No, estoy trabajando en ello»

Vuelvo mi rostro hacia la chica, quiero ver ese seno, pero ahora era ella la que me miraba con ojos curiosos. Probablemente ha descubierto que he mentido a su padre. Por mucho que trate de sostenerle la mirada no pude contenerme y mi vista se dirigió hacia abajo. Su pecho izquierdo seguía completamente a mi vista y la mitad del derecho estaba que quería salir. Mmm me encanta la forma en la que la telita de la blusa aprieta esas grandes tetas.

Su mirada siguió la mía y finalmente fue a parar a sus propios pechos. Sus ojos mostraron asombró cuando se dio cuenta de que mostraba más de lo normal.

Me asusté, pensé que comenzaría a gritar y me acusaría delante de su padre. Que todo acabaría con él echándome de su casa y yo perdiendo mi trabajo, pero no, su mirada volvió a cruzarse con la mía para luego levantar las cejas.

«Mira las tomas Zabdiel qué coño estás haciendo».

Miro a ambos lados, hay dos cajas de comunicaciones. ¿Cuáles son las de la derecha o la izquierda?

"¿Qué tomas?"

"Detrás del sofá. Tirate en el suelo y revisa"

El sofá en cuestión estaba detrás de la chica. Camine hasta él, me arrodille, lo moví con cuidado y me tiré en el suelo a ver las malditas tomas, que por suerte estaban desprovistas de la caja y no necesitaban de ninguna herramienta.

Revisé un poco y al parecer todo estaba bien. Levanté la mirada y estaba a punto de comunicarle que esas tomas no eran el problema cuando lo que vi me dejó mudo. El culito de la chica se podía percibir debajo de su faldita y unas braguitas verdes tipo brasileñas se apretaban entre sus nalgas. Mmm. tuve que llevarme la mano a la polla y acomodarmela ese culito respingón provocó en mí un atisbo de excitación.

"¿Y bien?"

"Estoy revisando las tomas"

Mentira, estaba absorto en esas nalgas redonditas y en la forma que la fina tela de las bragas marcaba sus carnosos labios vaginales sin un pelo de vello público. Hubiera seguido contemplando esa maravilla toda mi vida si la chica no se hubiera volteado y me hubiera pillado, con mi mirada en su culito y la mano en la verga.

Pero nuevamente no dice nada, se voltea y vuelve a inclinarse sobre la mesa, solo que esta vez cambia de posición. Si antes tenía las piernas juntas y hacia atrás, ahora separó las piernas dejándome ver su culito redondito y duro más abierto. También pude ver como las braguitas se le introducían aún más en las piernas.

Mmm que rico. Mi mano siguió moviéndose sobre mi verga. No podía contenerme al ver ese culo paradito. Pensé que habíamos llegado lejos cuando veo como de la nada echa el brazo hacia atrás, pellizca la tela verde y como si nada la saca del interior de sus glúteos dejándome ver por unos instantes los orificios de su vagina y su hermoso clítoris. Ufff

«¿Qué haces ahí abajo?, deja de mirar las tomas, estoy seguro que el problema radica en otro sitio».

Rodrigo apareció de la nada y tuve que fingir que revisaba las tomas. Mi mirada ya no se centró en el culazo para ver un montón de cables de colores que parecían estar bien.

«Voy al cuarto de telecomunicaciones,tú mejor quédate aquí atento al móvil, te iré llamando para ir comprobando».

No tuve otra que asentir y ver como se marchaba mascullando entre dientes que va a demostrar que se están equivocando al echarlo.

Cuando desapareció por la puerta, sinceramente no sabía que buscar, primero porque la casa la desconocía y segundo porque sabía que el problema no era en la vivienda sino en el bloque, pero cómo explicárselo al cabezota. La chica había retomado sus estudios, mientras yo con el móvil en mano, comienzo a recorrer su casa en busca de otras tomas.

Acabé por volver al salón donde esa chiquilla continuaba en la misma postura. Decidí ignorar si fingía estudiar o no, tanto como si escuchaba realmente o no a pesar de los auriculares.

Cuando sonó el móvil, la voz de mi compañero me hacía saber que volviera a mirar las tomas de salón, refiriéndose en concreto a esas debajo del sofá. Volví a tumbarme en el suelo intentando no molestar a la chica. Mi intención es de todo menos ponerla incomoda y mucho menos que se aparte

Intento con todas mis fuerzas ser respetuoso con su padre pero no puedo. Mi mirada pesa más que yo y se posa en esas nalgas redondas e irresistibles. Su mano inquieta volvió a jugar con sus bragas, las peliizcaba una y otra vez mostrandome todo, sus labios, la entrada de su vagina e incluso hasta su orificio anal. Parecía que realmente le molestaba la tela. Me olvidé de las malditas tomas y volví a llevar la mano a mi pantalón cuando ella se giró y me dijo.

¿Qué pasa, vas a estar ahí todo el día o qué?.

«Por mí estaría toda la vida, creo que estoy viendo un ángel».

Se ríe

«¿Que pasa es que nunca has visto una chica o qué?».

«Si chicas he visto muchas, pero ninguna con un hermoso y perfecto culo como el tuyo».

La chica volvió a sonreír. Esta vez con una sonrisa picarona.

«¿Será que no has visto muchos culos o los que has visto, no merecen la pena?».

«¿Como el tuyo... pocos?. Tienes un culo perfecto. Pasaría horas, acariciándolo y comiéndomelo».

Su sonrisa ahora es más amplia, sus manos suben hacia sus oídos y se quita uno de sus auriculares.

«Por mí, no te detengas, yo no soy la que te lo va a impedir»

Eso me sonó como toda una invitación en toda regla. Cojo y me incorporo, acercándome a ella por detrás arrodillado. El corazón me late a mil por hora, me muero de ganas de hacer mío ese culo pero perdería todo si su padre llega y nos sorprende.

Acabo por posar mis manos una en cada muslo, sintiendo su tersa piel e incluso noto como se le eriza los vellos. Acerco mis labios a sus nalgas, comenzando a besarla con suavidad e ir descendiendo lentamente hacia sus muslos... Mmm!!. Beso con pasión el pliegue que hace el final de sus nalgas con el comienzo de sus muslos, pero al mismo tiempo y la verdad es que desde que comencé, no dejo de deslizar mis manos por sus tersas piernas, descendiendo desde sus muslos hacia sus pantorrillas hacia sus pies desnudos. Ella finge estudiar cosa que me es difícil creer, porque su respiración agitada sumada a algún que otro gemido la delatan.

Yo continuo, dirigiendo mí rostro hacia la parte interna de sus muslos, besando, lamiendo y deslizando la yema de mi lengua en círculos, casi dibujando sobre su erizada piel, sabiendo que es un punto delicado. Beso y chupo con suavidad, dándole hasta pequeños mordidas. Separo sus glúteos y aparto la fina tela de sus braguitas brasileñas, deslizando mi lengua a todo lo largo de su culo, deteniéndome en su orificio anal... ¡ooohhh que rico! La punta de mi lengua se deslizó... dejando ella escapar un pequeño grito, finjo apartarme cosa que ella posando su mano sobre mi nuca me hace ver que continúe. A la muy puta le está gustando.

Continuo chupando y embadurnando su orificio de saliva que diluyo a lo largo de sus nalgas, acercándome poco a poco y con intención a sus labios vaginales, llegando está a soltar ella en esta ocasión un gemido. Casi en susurros le pregunto, aun sabiendo perfectamente su respuesta...

"¿Te gusta?".

Ella simplemente suelta otro gemido seguido de...

"Siiii... siii... uuummm!!, no pares... uuuffff!!, no pares".

Su respuesta es más que obvia, no es mi intención detenerme así que continúo aunque en realidad no me había parado. Separando un poco más sus muslos, introduzco mi rostro entre ellos y aprovecho para chupar sus labios vaginales. Ella aullando de placer deja escapar un gemido, su cuerpo se estremece y esto hace que separe un poco más sus piernas... mmm!!.

Continuo lamiendo los pliegues de donde finaliza su entrepierna y nace sus muslos. Acariciando sus piernas. Volviendo como el que no quiere la cosa hacia su orificio anal, chupando con delicadeza y suavidad, lamiendo en círculos alrededor de este con la yema de mi lengua.

Ay si papi

Comenzando a introducirle la punta de mi lengua ayudándome con uno de mis dedos... ufff!!, comenzando ella a moverse de delante hacia atrás.

Beso con suavidad y chupo con fuerza, separo sus labios vaginales, deslizo la lengua de arriba hacia abajo una vez tras otra, deslizando la punta de mi lengua por los pliegues de su orificio...

Asi papi así.

La chica no deja de gemir y suspirar, aumentando el ritmo en el momento que alterno el chupar con penetrar mi lengua en su orificio.

Siento su vulva muy dura y muy visible, cosa que no pierdo el tiempo y la chupo. Ella comenzó a moverse descontroladamente, gimiendo con intensidad, presa de su pronto orgasmo.

Si sigue papi que rico.

No deja de estremecerse e incluso convulsionarse. Junto mis labios hasta formar una O, tomo su clítoris con mi boca y continuó chupando suavemente.

Observó su cara, como tiene los ojos cerrados y se muerde el mentón inferior, como si no pudiera aguantar mucho más. Y acelero a lamer y chupar, chupo con fuerza al tiempo que la penetro con mi dedo corazón viendo como ella levanta la pelvis echando hacia atrás un poco más sus nalgas. Saboreando los primeros jugos de su orgasmo, momento que ella misma acelera su momento al acompañarme metiendose un dedo sin llegar a interferir con mi lengua.

"Si... si... aaahhh!!, no pares... no pares... ooohhh!!".

Lógicamente no me detengo, sustituyendo mis labios por mis dedos, siendo dos en esta ocasión los que la penetran, entrando y saliendo de su orificio, entrando al tiempo que presiona su parte superior, zona extremadamente sensible en una mujer, zona que para muchas es su punto G. Ella gime, suspira y se estremece, convulsionando debido a su orgasmo, uuuffff es una delicia.

Aprovecho para rapidamente introducir otros dos dedos de mi mano derecha en su orificio anal, soltando ella algún que otro grito de placer. Deslizo mis dedos hacia adentro, continuando con ternura, despacio y con suavidad para después sacarlo rápidamente, acelerando a medida que vea, embistiéndola con mis dedos rítmicamente. Acelerando solo cuando vea que su dedo lo hace, intentando llevar el mismo ritmo para que ella disfrute... uuummm!!. No dejo de escuchar su respiración, mientras lo estímulo y sus gemidos me hace saber de su segundo orgasmo.

"Aaahhh!!... aaahhh!!. Dios... si... si... ooohhh!!".

La maldita calenturienta se lo está pasando en grande, ignoro si su chico o cualquier otro le ha llegado a poner de esta manera, pero la cara es todo un poema, sonrojada y con una sonrisa de oreja a oreja e incluso podría decir que casi llorando. Mi mirada recorría su cuerpo, deteniéndome en su pechos cuyos pezones se marcaban en su camiseta y que me daban unas ganas tremendas de podérmelos comer.

Continuaba temblando debido a la tensión, no dejaba de gemir y suspirar a pesar de haber tenido su segundo orgasmo. Ahora era yo quien movía mis dedos con suavidad, pues ahora su orificio es una zona sumamente y extremadamente sensible, ella intentaba apartar mi mano pero no la deje, pues deseaba que disfrutara como nunca del sexo oral, cosa que a mí en especial me vuelve loco hacerlo, ella llegó a morderse la muñeca a modo de ahogar sus gritos de placer. Sus rodillas flaqueaban, acabando por retirar mis dedos de sus orificios, satisfecho yo de haber logrado que ella obtuviera dos orgasmos y sin penetración alguna.

La chica me miraba maliciosa, mirada de esas que desean agradecérmelo, pero la inoportuna aparición de su padre en ese momento lo fastidió. Éste venía malhumorado y protestando

«Maldita sea no encuentro la avería. Y tú qué Zabdiel, has hecho algo. Has podido mirar o arreglar algo».

«Bueno... he hecho lo mejor que he podido».

La chica sonríe perversamente. Su mirada me dice que le ha encantado y que se quedó con ganas de más. Tras finalizar el padre y compañero mío, me hizo entender que mis servicios allí en su casa habían finalizado. comenzando a recoger las herramientas que ni siquiera utilice.

Cuando ya tuve todo listo pedí un vaso de agua. Él me dijo que siguiera a su hija a la cocina, que ella se encargaría y yo la seguí por todo el camino sin perder detalle de ese culito delicioso. Ya en la cocina ella con descaro posó la mano en mi entrepierna que se puso dura como un palo.

«No te marches papi. Estoy muy caliente. Quédate un ratito más y te la chupo.

Por más que quería no pude. Rodrigo llegó dando gritos y maldiciendo a todo a su alrededor. Prácticamente me sacó de allí a patadas. Al final no pude entender su numerito ni que ganó trayendome a su casa, pero no me arrepiento de nada. Me comí un culito bien rico y eso se agradece.

Fin.

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