Ir al contenido principal

¿Verdad o reto? 4

 

Me deje caer bocarriba sobre el colchón. Ellos discutieron un poco, pero finalmente su turnaron.

Ahora las manos de pollito recorren mis muslos con suavidad y los dedos de papita se han encariñado con mis pezones. La forma en que los pellizca suavemente y los estimula ya han hecho que estén duros.

Cierro los ojos. Estoy muy nerviosa y a la vez expectante. Siento las manos de pollito llegar finalmente a mi entrepierna desnuda. Me coge el sexo sin reparos y desliza el dedo pulgar por mi clítoris. Suelto un gemido y escucho sus risitas.

Me muerdo el labio cuando papita se lleva uno de mis pechos a la boca. Me gusta como lo chupa, lo succiona, lo mordisquea y pellizca mi otro pezón con las manos.

-¿te gusta lo que te estamos haciendo?

Dijo pollito cuando deslizo un dedo dentro de mí, pero yo no dije nada. Aunque la respuesta era si.

Su dedo comenzó a entrar y salir de mí a un ritmo lento pero delicioso y la boca de papita recorría todo mi pecho. Volví a gemir y rápidamente alguien me beso, no tuve tiempo de ver quien era, pero sus labios eran finos y muy dulces.

Su dedo aumentaba el ritmo y las manos de gatito acompañaron a las de papita en las caricias a mis pechos.

-ahhh-solté un gemido.

Pollito añadió otro dedo y Monkey y Little Kid fueron a por mis piernas.
Todas sus manos recorrían mi cuerpo y los dos dedos se pollito se adentraban en mi sexo. No podía estar mas caliente.

-basta, por favor.

-ni lo sueñes- dijo papita.

-no puedo aguantarlo.

No puedo aguantar todas las caricias. Mi cuerpo se siente como si fuera a explotar.

-¿te gustan mis dedos dentro de ti?

Gemí y creo que con eso quedo clara mi respuesta. Mis piernas empezaron a temblar y sus dedos entraban y salían más rápido de mí.

-ahhh ahhh mmm

ES lo último que recuerdo antes de dejarme ir con los ojos cerrados y elevar mi espalda del colchón.

-Mira, tengo los dedos mojados-dice pollito y se rie.

-No puedo esperar a probarlo -dijo Monkey sujetándome las piernas- de verdad que no puedo esperar

Y comenzó a lamerme.