017 Strip Poker Nuevo Día

 


017 Nuevo Día

Me despierto con un beso en la mejilla. Brother me sonríe mientras me dice que me levanté a regañadientes.

—¿Qué te pasa Richard? Son las 10 de la mañana—chilla Mariana.

Tan temprano. Por dios si nos fuimos a dormir a las cuatro.

—El ejercicio llama—dijo—¿No es así Chris?

Su amigo por supuesto lo secundó. Puse los ojos en blanco. Hombres.

Por fin me pongo de pie. Siento que me falta mucho por descansar. Estaba teniendo un sueño tan hermoso, no recuerdo con que era pero... se sentía muy bien.

—Ehmm Tanya—me dijo Erick— te ves muy bonita cuando acabas de despertar.

Mi corazón dio un vuelco. Me sonroje al instante y quise esconderme debajo del sofá.

—Gracias.

Y respondí de la forma más fría que pude. Es que soy estúpida.

No dijo nada más, me dedicó una media sonrisa y se fue. Mariana siguió quejándose de la hora y solo por esta vez le tengo que dar la razón. Richard y su hermano ya estaban desayunando. Me pregunto con permiso de quién, porque ese pan y esa leche no son suyos. Brother se unió a ellos y al poco rato Erick también. Yo estaba demasiado cansada como para comer o como para aguantar los gritos de Mariana tan temprano. Solo bebí un vaso de agua, subí las escaleras y fui directo a mi habitación. Intenté poner el aire acondicionado pero todavía la luz no había regresado. Odio dormir con claridad, pero no tuve más opción, abrí las ventanas y en pocos segundos puff me quedé profundamente dormida.

(88)

Quédate un poquito más. Mami, quédate, eso fue jodiendo y más na'. Solo quédate un poquito má' y bésame. Bésame, bésame, yeah-yeah

—Alo—respondo el teléfono furiosa. ¿Quién llama a estas horas?

—Sis, soy yo. ¿Todavía estás durmiendo?

—Si—digo con voz de sueño.

Si lo sabe para qué pregunta.

—Siento despertarte, pero necesito que nos traigas el cronómetro.

—¿Cronómetro? ¿Para qué? No inventes ahora brother tengo mucho—bostezo— sueño.

—Vamos Sis. No hay corriente y lo necesitamos.

—Por favorcito Sis—oigo la voz de Richard al otro lado del teléfono.

—Dale Sis por favorcito—ahora la de Chris.

Los maldigo. Sus voces suenan muy cómicas y me hacen reír. Lo peor que le puedes hacer a una persona somnolienta es hacerla reír. La risa activa todos sus sentidos y adiós sueño para siempre.

—¿Por qué no vienen ustedes a buscarlo?

—Imposible. Estamos en medio de la rutina.

—Que descaro.

Nuevamente pongo los ojos en blanco. No puedo creer que me vayan a hacer poner un pie en un gimnasio. A mi, a Tanya, la chica alérgica a las máquinas.

Por un segundo me pregunté cómo el gimnasio funcionaba si no había electricidad, pero luego recordé que las máquinas no se conectan a la corriente. Y me quedé como boba riéndome de lo caótico que sería un gimnasio con cables de electricidad y los horribles accidentes que causarían.

—Sis te estoy hablando.

—Si si ya voy. Ya déjame en paz por favor.

—Bien—te esperamos—Te Quiero.

—Yo te odio.

Cuelgo el teléfono. No me quiero levantar, me cuesta horrores decirle adiós a mi camita. Pero que no hace una chica por su hermano mayor.... y primer amante. Ok, olvidemos eso último.

Me pongo de pie y ¡Dios mío del amor hermoso! ¡Me cago en todo lo cagable!

Siento un tirón desde la punta del dedo gordo del pie hasta mi entrepierna. No es un dolor muy grave pero si muuuuy incómodo. Quiero llorar y volver a la cama. Ya decía yo que era muy raro que hubiera tenido mi primera vez sin ningún inconveniente.

Fui al baño, me lave los dientes y me duché con agua caliente a ver si lograba aliviarlo. Nada de nadita de nada, fue inutil así que como no use nuestro buen consultor Google.

El dolor desaparecerá más rápido si se vuelven a tener relaciones sexuales.

Jaj, tiene que estar bromeando. jaj, volver a tener relaciones sexuales dice. Que chistoso google, que chistoso.

Como no podía estirarme hasta el tope de mi armario sin que me doliera tuve que ponerme lo que estaba a mi alcance. Un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca. No está mal excepto porque esta camiseta viene con su propio sostén y no suelo ponermela porque puede que si me muevo mucho se me salgan las tetas.

Póntelo Tanya qué más da. Me dice la vocecita de mi cabeza y decido hacerle caso. Al final mi madre no está aquí para regañarme.

Tomo mi bolso y echó dentro las llaves, un brillo de labios, el cronómetro y casi que mi teléfono celular, pero el pobre está que casi se descarga por completo. Te echo tanto de menos pequeñín, volveremos a estar juntos pronto, no te preocupes. Lo dejé justo donde estaba. Me recogí el pelo, me puse las gafas de sol y bajé conteniendo la respiración para que no doliera tanto.

El salón estaba hecho un desastre. Cartas de poker, fichas de parchís y platos sucios sobre la mesa. Cojines en el piso del salón y botellas de licor vacías en la cocina.

Suspiré, parece que a nuestros invitados de honor se les da muy bien ensuciar pero no tan bien recoger y por supuesto brother de seguro ni se preocupó por ello.

Decido ignorarlo. Si él no le dio importancia, ¿Por qué debería hacerlo yo?

Camino con cuidado de no estropear nada más de lo que está y veo como hay una mancha de humedad sobre la silla en la que yo estaba sentada. También decido ignorarla y no entrar en pánico. Tengo tiempo de arreglarlo, todavía falta mucho para que lleguen mamá y papá.

Abro la puerta, cierro con cuidado, el sol me golpea en la cara pero mis ojos están bien protegidos por mis gafas de sol. Maldigo una vez a mi hermano y voy caminando raro a tomar un taxi.

P.D: Reproduzcan Plutón chicas. La canción está muy buena. 






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