Chapter 2 L de Limusina
—Wow—dice en tono despectivo—¿Quién te ha maquillado? ¿Tu padre?
—No, de hecho...
—Ni me lo digas, no importa. Pareces un bicho muerto, toma, dale un poco de color a tus mejillas—dice y saca su colorete del bolso.
Sin darme tiempo a contradecirla me llena de la cara de color rosa. Me quejo y mientras forcejeamos su bolso cae sobre mi vestido y se derrama el frasco de perfume que llevaba.
—Ten más cuidado estúpida. Ese perfume es tan caro que no te alcanzaría ni aunque vendieras tu casa.
—Fue un accidente—le digo. Aunque la verdad es su culpa.
Ahora apesto a perfume caro, bueno en realidad no apesto, pero no es como quería oler esta noche.
—Lo sé, lo sé—dice al fin. Pero hay que tener más cuidado Trixy. A ver.. y ese vestido. Sabes que es un big No ¿verdad?
¿Qué? Un big no. Está loca. Este vestido es todo lo que está de moda. Incluso es más bonito que el suyo que es simplemente un vestido negro y largo atado al cuello.
No te preocupes Elizabeth, sabías que esto pasaría. En el momento en el que Ivy te viera con un vestido mas bonito que el suyo iba a hacer algún comentario despectivo, pero puedes aguantarlo, puedes hacerlo. Que no te afecte.
—¿Qué dices V?
—Aprecio tu intento de querer imitarme, el vestido es bonito pero no es para un baile. Es corto y es de brillo, parece que vas a una cena con tu sugar daddy y lo quieres provocar. Además esos zapatos... ¿Quién combina plateado y negro? Ugh, además brillo con brillo. Lo siento estúpida pero hoy no pasaste el vibe check.
—Yo... yo...
Me he quedado muda, todas las correcciones que ha hecho me parecen válidas y yo... ahora no lo sé. Estaba tan segura cuando salí de casa. Quizá ella tenga razón quizá y escogí mal el vestido. Es cierto que hubiera preferido uno largo pero este no está mal. ¿Verdad?
—No importa, pasaste de un uno a un tres. Sigue prosperando.
Tengo que apretar los puños y contener las lágrimas. Sus palabras son hirientes.
Daniela ni siquiera nos ha prestado atención, está concentrada en su teléfono, en los mensajitos sospechosos. El único movimiento que hizo fue para bajar la ventana de la limo y dejar que el olor se fuera un poco. Se lo agradezco porque la fragancia es tan fuerte me estaba matando.
—Saben —dijo Ivy mirando al vacío. De seguro se le está ocurriendo algún otro comentario negativo sobre mi look—Hay algo que no cuadra. No todas podemos llevar un recogido, Daniela tiene el cabello suelto pero Trixy y yo... parecemos iguales. No me gusta repetir peinados.
¿Qué? Desde cuando eso es un problema. Ella y Daniela usan el mismo peinado todo el tiempo
—¿De qué hablas Ivy, no son iguales el tuyo es mas suelto y...
—¡Que no vamos a aparecer bien en las fotos dije! I don't have a no twin, so fix it. Tu cabello me va a opacar. tenemos que arreglar esto.
—Pero...
—Shhh cállate ¡Danielaaaaa!—gritó y la chica por fin nos prestó algo de atención.
—Ivy, no grites—dijo la rubia con voz dulce— puedo oírte perfectamente
—¿Ah sí? ¿De qué estaba hablando?
—Obviamente de Jungkook y de cómo hoy es el gran día en el que vas a convertirte en mujer. Llevas todo el día hablando de ello y estoy un poquito harta de oirte.
Wow, es hoy. Bueno—suspiró— supongo que no debería sorprenderme. Han sido novios todo el año, en algún momento iban a tener que intimar y además, ya es tiempo para mi de cerrar esa página. Aunque Jungkook no parezca ser muy feliz con Ivy, tampoco es como que me de alguna señal de que le gusto. Además él es el chico perfecto y yo la tercera y un tres no puede estar con un diez.
—Omg no, no estaba hablando de eso. Pero que bueno que lo mencionas. Trixy, tengo una misión especial para ti. Toma, este es el segundo acertijo.—dice y me pasa un papelito dorado.
Si la edad con la que fui a Venecia se uniera con tu habitación. Sabes que tienes que esperarme a esa hora en el lugar donde tu sonrisa tocó mi corazón.
Wow, que cursi. Tienen su lenguaje de pareja y todo. Genial, yo solo tengo... tengo calor.
—Quiero que esperes a Jun en el salón de las pelotas, no sé cuándo va a llegar pero debería ser antes de las 11. Cuando llegue le vas a decir que eres mi segunda doncella y le vas a leer el acertijo. Cuando lo descubra yo lo estaré esperando en la azotea. Justo a tiempo para ver los fuegos artificiales de las 11:15.
—No sabía que iba a haber fuegos artificiales.
—Es una sorpresa.
—¿Y qué pasa si no lo descubre?
—Trust me estúpida. Lo hará.
—Bueno—me encojo de hombros.
Por suerte se olvidó de lo del peinado y se puso a hablar de cómo sería su noche especial y de cómo estaba lista para que Jun y ella pasarán al siguiente nivel.
Como la odio por tener de novio a Jungkook. Yo jamás podré siquiera besar a alguien que este tan guapo.
Y Luego siguió imaginando cómo sería su vida perfecta hasta que se casaran, tuvieran dos hijos e hicieran un viaje en familia a Dubai. Para ese tiempo yo probablemente trabaje en un consultorio y me haya casado con un viejo barrigón porque nadie más me va a querer.
Y ella sigue y sigue, botellas de champán, sorpresas de cumpleaños y él siendo super romántico con ella.
Yo solo puedo pensar en las mil formas en que me lo robó, destruyó el matrimonio, se divorcian para siempre y sus hijos nunca vuelven a ver a su padre. Sorry V.
No es justo, no es justo que ella lo tenga. Yo fui quien lo conocí primero, a mi me gustó primero, yo fui su amiga primero que ella y Ivy sabía que me gustaba, era evidente, hasta el pupitre lpodía darse cuenta de que sentía algo por él, pero claro ella es Ivy Forrest y puede tomar todo lo que quiera, yo solo soy Elizabeth Patricia Vazqués. VAZQUÉS
Pasaron cinco minutos y Ivy siguió hablando sobre Jungkook.
Llegamos y bajamos de la limo. Daniela guardó ya el teléfono y aprovecha para retocarse el pelo viéndose en el reflejo del pequeño cristal.
—¿Cómo me veo?
—Guapísima como siempre—contestó.
Y cuando no. Es tan alta que sus piernas podrían volver loco a cualquier chico y su actitud de ser tan buena es admirable. De seguro que en su corazón no hay ni una gota de envidia. Si yo fuera ella, como sé que soy más guapa que todas también sería así de confiada.
—Gracias Trixy—me dedica una sonrisa—Tú también, estás wow. Estás muy linda esta noche. Nunca te había visto así. Solamente, un poquito menos color en las mejillas.
Iba a explicarle lo que pasó en la limo pero Ivy me interrumpió.
—Tonterías, así se ve mucho mejor. Aunque bueno claro, ni todo el colorete del mundo puede anular el brillo de esos zapatos horrorosos.
¿Qué ha dicho de los zapatos de mi madre?
—Yo creo que son bonitos—dijo Daniela y me sonrió. Pero no fue real, fue solo una sonrisa de lástima. Dios, a ella tampoco le gustan mis zapatos.
Estoy harta de todo esto, estoy harta ellas dos. A veces no sé quien es peor, si Ivy por tratarme tan mal o Daniela por fingir ser agradable conmigo.
—¿Listas para entrar chicas?—preguntó Daniela retocándose el vestido y dejando sus pechos casi por completo a la vista.
—Si—dije.
—Casi—respondió Ivy y en un segundo extendió su mano y jaló el broche que sostenía mi recogido. Mi cabello descendió como agua por la cascada y cayó a los lados desuniforme.
—¡Ivy!—chillé— ¿Qué hiciste?
—No podía haber dos chicas con cabello recogido en las fotos, lo siento Trixy, pero tengo que destacar en mi reportaje.
—Yo creo que así te ves bien, no le des importancia —dijo Daniela poniéndome una mano en el hombro.
Y luego me dieron la espalda, se dieron la mano y entraron, caminando por la alfombra roja y saludando a todo al que se encontraban a su paso. Como siempre, eran las chicas del momento.
En cambio yo seguía de pie en el lugar con lágrimas intentando escapar de mis ojos. Primero se burla de mi maquillaje, luego del vestido, de los zapatos de mi madre y por último destroza mi peinado. No entiendo, ¿Por qué soy amiga de esta chica? Debería, debería.... debería.
—Ivy Forrest voy a matarte—digo y aprieto los puños pero sin querer me tropiezo con alguien.
—Lo siento—me dice.
—No no, fue culpa mía—me disculpó.
No conozco a este chico con el que tropecé. No puedo creer que después de tres años haya gente que todavía no conozca.
—Hey Trixy vamos, no te quedes atrás —grita Daniela desde dentro.
No debería hacerlo. No debería aguantarlo, no debería estar con ellas. Pero la costumbre es más grande que yo. Contengo las lágrimas, sonrío, me coloco las dos máscaras, la de verdad y la máscara mental, trago en seco y así si, entro tras ellas.
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