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Strip Poker 013 Ya no nos reímos tanto.

 


Strip Poker 013 Ya no nos reímos tanto

La siguiente ronda acabó sin perdedores, Zabdiel y Richard terminaron ambos en tablas con una pareja de sotas. Yo me retiré casi al comienzo, tenía miedo de perder y estaba demasiado impactada como para concentrarme en las cartas. El alcohol marchaba y me confundía. Además Erick seguía completamente desnudo con su verga apuntándome. Él me observa como si yo fuera un donut de chocolate que está a su alcance pero no puedo comérselo y yo miro su pene con unas ganas inmensas de hacerle…cosas.

Zabdiel se la está pasando de lo lindo. Al parecer este licor de avellanas le gustaba más que el de café que estábamos tomando anteriormente. Yo tengo que admitir que ninguno de los dos es de mi entero gusto, pero no está mal, dentro de lo que puede ser el alcohol sé que los licores son como el nivel uno. Christopher también estaba muy contento, y como no si ya había logrado meterla. Él y brother platicaban alegremente y compartían risas entre ronda y ronda. Mariana en medio de ambos no se veía tan feliz. De hecho, estaba seria, con la mirada perdida y fingía las risas sin que los chicos se dieran cuenta. ¿Se arrepentirá? Quizá y fue demasiado para ella pero ¿por qué se dejo entonces? Y lo peor de todo… quizá sea mi culpa por imponerle un castigo relacionado con Chris.

—En la próxima no te salva tú verás—dijo Zabdiel con una sonrisa de oreja a oreja.

Me encantaba su valentía. De todos los presentes era el más malo y eso se notaba a la legua. Las pocas veces que había llegado a las rondas finales les había perdido y siempre prefería retirarse en medio para así quedar libre de castigo.  Aún así, cuando ganaba le gustaba regodearse de ello. Tuve que sonreír. Solo tuvo suerte de que nuestras cartas no fueran buenas. Él solo tenía una pareja.

—Nah—respondió Richard—los hermanitos poco muerden y mucho blabla.

—Uuuuu—dijeron Erick Y Chris a la vez.

A brother y a mi se nos desvaneció la sonrisa del rostro. Cruzamos miradas y fue como si acordáramos que Richard estaba muy infladito y tenía que caerse ya del cielo. Además, él era el único que no había tenido que afrontar ningún castigo desde que nos quedamos desnudos.

—Espera y verás—dijo brother y asentí con un gesto fiero.

Me puse de pie inclinandome hacia delante. Mis tetas cayeron delante de la cara de brother y mi culo quedó completamente a la vista de Erick. Seguramente desde esa posición podía ver mis apretados y ya mojados labios vaginales. De solo pensar en eso me ruborice.

—Dame eso—dije quitandolé el mazo de cartas a Chris, pero él se alejo y tuve que forcejear y estirarme más hacia delante. Casi pierdo el equilibrio sino hubiera sido porque Erick me agarró del muslo.

Respire hondo. Su mano estaba a menos de cinco centímetro de mi vagina. Sentí la humedad deslizándose. Para colmo ahora mis piernas se habían abierto un poco así que se podía ver entre ellas con claridad.

—Dale eso—dijo borther y le arrebató la baraja. Yo agradecí, me pare derecha y comencé a barajar para luego repartir las cartas.

Mientras lo hacía trate de cruzar mirada con todos, pero mi entrepierna estaba a la vista y la gente le prestaba más atención a ella que a mi o a las cartas. Zabdiel me miró mientras se relamía los labios. Mariana miró mi triangulito fingiendo normalidad, Chris sonrió e hizo ademan de tocarme, pero me aparté con gracia. Richard sonrió confiado y al contrario de los demás me miró a los ojos queriendo probar fuerza. Erick no se atrevió a mirarme a los ojos, estaba sonrojado y aún así su mirada también se poso entre mis piernas. No sé si lo hice a propósito o no, pero sabía que desde su posición podía ver todo mi culo y los plieges de mi vagina.

Tome asiento y la partida empezó. Cuando desvelé lo que me había tocado vi una pareja de reyes y pensé Richard Camacho ya estás muerto.

Esta ronda fue salvaje. Sé que mi mirada me delato y que se notaba que mis cartas eran buenas, pero no era la única. É también sonreía confiado. Pronto Chris, Erick, Miriam y Zabdiel se retiraron y solo quedamos nosotros. Sobre la mesa, una pareja de tres de corazones y picas junto con un rey de de picas y el as de picas.

—Vas a perder Sis.

—No, te voy a recordar quienes son los dueños de esta casa. Y no me llames Sis, eso está reservado unicamente para brother.

Zabdiel me puso la mano en la pierna y sonrió. La tensión se podía notar con un cuchillo. Todos querían ver quién iba a a resultar ganador y yo aunque exibía confianza por fuera en realidad estaba temblando imaginando que castigo podría ponerme si llegaba a perder.

—¿Solo eso está reservado para brother porque escuché que algo más también…?

—Cállate Richard—le interrumpí y coloque la última carta sobre la mesa. Un diez de diamantes.

Mire a Zabdiel confundida. No le habrá contado lo que pasó entre nosotros. De seguro que no. Es que no tiene por qué haberlo hecho, aunque pensándolo bien los hombres son bien estúpidos y brother ha demostrado que cae en provocaciones más fácil que las moscas en las sopa. O peor… ¿será que nos habrá escuchado?

Llegó el momento de desvelar las cartas. Mi corazón latía muy deprisa. Esto parecía un acontecimiento histórico, habíamos dejado de mirar penes y tetas para atender a unas simples cartas. 

Richard desveló su mano primero. Tenía la reina y la sota de picas. Sus cartas, junto con las de la mesa formaban un color. Impresionante.

Miré al suelo. Un color era algo difícil de lograr, pero no tanto como mi full de tres y reyes. Deje ver mis cartas y pude ver como la sonrisa se desvanecía de su rostro mientras se daba cuento de que yo era quien tenía la mano ganadora.

—Jaj—dije—ya no nos reímos tanto.

Erick tuvo que reírse y Zabdiel no tardó en restregárselo en la cara. Chris le puso la mano en el hombro y yo solo lo miraba sonriente y triunfante. Mi corazón estaba tratando de relajarse cuando abrió la boca.

—Yo yo no es para tanto. ¿Qué quieres que haga?

Mi mente se quedó en blanco. Estaba tan concentrada en no perder y en las cartas que no se me ocurrió absolutamente ningún castigo por si perdía. En realidad, estuve pensando todas las cosas morbosas que podía haberme obligado a hacer. Ahora que digo.

—Mmmm

Estaba intentando hacerme la interesante. Pero la verdad es que… no tenía ni la más remota idea de que ponerle. Quería humillarle, que se bajara de su nube y sufriera, pero la verdad era que nada parecía molestarle. Ponerle algo con Chris no iba a hacer nada del otro mundo, el chico ya le había chupado la verga y se notaba que le había gustado. Con Mariana imposible, va a estar contento de poder tener ese culazo para él. Podía ser con Erick, pero creo que si veo a Erick con alguien más me pondría celosa y no iba a hacer a brother participe de un castigo para humillar a Camacho. Solo quedaba… yo.

—No me digas que no se te ocurre nada—sonrió.

Este chico me estaba empezando a caer mal. Ni siquiera cuando pierde puede dejar de ser tan arrogante. Tengo que humillarlo a como de lugar, incluso aunque eso signifique que tenga que prestar mi cuerpo para ello.

Cerré los ojos y entonces fue cuando la idea vino a mi cabeza.

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