Strip Poker 015 Quiero devolverte el favor
Erick repartía las cartas. Yo estaba sentada, con las piernas apretadas, el sexo mojadísimo y las tetas ardiendo con los pezones más duros que una piedra. La lengua de Chris sobre mi sexo fue demasiado. Estoy al borde, estoy al limite. No puedo pensar en otra cosa que no sea follar. Quiero follar, quiero que me metan una verga y correrme.
Miré las cartas, me tocaron un cinco y un nueve. Sabía que con esa combinación no tenía muchas oportunidades y aún así decidí seguir viendo; mi cabeza ya no respondía inteligentemente. Lo que estaba a punto de hacer era una locura de mucho cuidado, que no pensé que jamás hiciera porque soy una persona muy competitiva. Pero en ocasiones hay que darle al cuerpo lo que necesita y mi cuerpo ahora mismo necesita correrse.
Comencé a golpear el suelo desesperadamente con la punta del pie derecho. cualquiera que se hubiera dado cuenta diría que tengo un TOC, pero no, son las ganas de sexo que me tienen loca.
Para mi gusto la partida transcurrió demasiado lenta. Mariana intentó enfrentarse a Richard, alardeando de su mano, pero era evidente que la chica solo estaba jugando un farol. Entiendo su necesidad de ser el centro de atención, de hecho no pudo quedarse quieta cuando vio que a la que le iban a lamer la concha era a mi y no a ella y tuvo que hacer el espectáculo del vaso. Pero el poker es un juego más que de suerte de inteligencia y observación. No hay forma de que intente hacerse la experta cuando todos podemos leerla como a un libro abierto.
Terminó por retirarse y solo quedamos Richard y yo. Con mis cartas se podía formar una escalera si aparecía el siete, pero yo estaba rogando porque no fuera así.
Erick desveló la última cara lentamente. Tenía ganas de darle un pescozón. ¿Por qué tanta lentitud ahora señor? Mi punta golpeaba el suelo tan rápido como un taladro.
Otro ocho.
Menos mal gracias a dios.
Desvelé mis cartas y no tenía nada, tristemente para mí, según ellos claro. Richard desveló las suyas. Tenía dos parejas, de ochos y nueves. Genial. El ganaba. Felicidades Richard, si si, aplausos para ti campeón ahora ponme un castigo bien caliente que estoy a punto de reventar.
—Estaba esperando a que llegara este momento.
Hice todos mis esfuerzos por fingir una cara triste. Él no sabe que me deje perder. Pobrecito.
Estoy preparada para lo que tenga para mi. Que Erick me meta los dedos, o que me deje meter la verga de brother o la de Chris o ojala fuera la suya. Uff... solo de pensarlo siento que los jugos escapan de mi vagina. Necesito acción ya.
—No te lo pienses tanto.
—No tengo nada que pensar—dijo—Quiero que te subas sobre la mesa, abras las piernas y te toques.
Mi sonrisa se desdibujó. ¿En serio?
—¿En serio?
De todas las cosas ricas calientes y excitantes que se le podían hacer ocurrido tenía que mandarme a tocarme. Yo puedo tocarme todos los días si quiero, pollas para mi solo están disponibles hoy.
—Si. Quiero devolverte el favor.
Mariana sonrió con malicia. Por supuesto que tenía que sonreír, le encanta ver como me humillan.
Mire a Erick, estaba concentrado en mis tetas y como de costumbre con la mano dentro del pantalón. también miré a brother. Quería que le dijera a Richard que era demasiado, quería que lo detuviera y le pidiera que cambiara el castigo. Pero no, no. Nada. Nadie salió en mi defensa y creo que me lo merezco porque yo le puse a él el mismo castigo
Suspire y baje la cabeza derrotada. Me puse de pie y me subí encima de la mesa.
Me da muchísima vergüenza tener que hacerlo sola. No es lo mismo si es un castigo con alguno de los chicos porque al menos ahí puedo fingir ser la niña buena que lo hace solo porque es obligatorio pero ahora... ahora tengo que sacar a la puta que llevo dentro y eso me asusta.
Me senté dándoles la espalda a Chris y Richard así que ellos tuvieron que moverse. Richard se puso de pie, cogió mi silla y la acercó a la de Erick, estaban tan juntos que prácticamente podía ver a los dos frente a mi. Ambos iban a tener una visión perfecta de mi sexo. Brother también se acercó, pero mantuvo un poco la distancia y Miriam y Chris se colocaron del lado opuesto .
Esto parecía una obra de teatro. Yo era el entretenimiento y ellos el público expectante.
—Empieza—me apuró Richard.
—¡Ya voy!—respondí a la defensiva—tú mejor que nadie sabes que es difícil.
Imité su técnica y mire al techo. No quería ver la cara burlona de Miriam ni tampoco la reacción de Erick al verme dándome amor a mi misma.
Pero eso no quitaba el hecho de que estuviera caliente. Mis pezones seguían duros y mi sexo seguía reclandome ser acariciado. Sé que lo ideal sería la polla de cualquiera de los presentes, pero voy a tener que conformarme con mis manos.
Abrí las piernas, regalándoles una clara visión de mi vagina apretada y mojada. Escuche respiraciones, alguien ha empezado a tocarse de solo verme abierta, y por lo que puedo reconocer es Erick.
Lleve las manos a mis grandes y oscuras tetas y comencé a acariciarlas suavemente. me soprendió como aunque fuera mi propia mano se me puso la piel de gallina y comenzó a palpitarme el sexo. Eso solo puede significar que estoy muy cerca del orgasmo.
La sensación de placer intenso me invade rápidamente. Poco a poco, solo con el contacto de mis manos en mis tetas logre que se me olvidará donde estaba y quién podía verme. Baje la mano hacia mi sexo y comence a acariciarme el clitoris sin ningun pudor. Moví la mano en círculos, ni tan rápido ni tan despacio, al ritmo que a mi me gusta, al ritmo perfecto para hacer que mas jugos se deslizaran fuera.
Con la otra mano seguí frotando mis pechos, pellizcando el pezón izquierdo y sintiéndome como una puta en exhibición. Me gustó tanto que comencé a sentir algo extraño, un morbo demasiado grande más grande que yo. Igual al que sentí cuando le decía a brother que me la clavara toda. Era la Tanya del lado oscuro que estaba ansiosa por salir.
Abrí los ojos y mi mirada de niña avergonzada se había transformado en una mirada lasciva corroída por la perversión. Lo primero que vi fue a Erick masturbandose, a su lado Richard y brother hacían lo mismo. Me encantó ver como sus miradas estaban fijas den mi sexo húmedo. Tanto que ni siquiera se percataron de que los miraba.
Aproveche y me abrí el sexo con los dedos. Quería que lo vieran todo.
Nada más lo hice y Richard acercó la cabeza hipnotizado, yo también quedé cautivada por su pene duro y la forma en que se tocaba. Nada más verlo baje la mano que tenía en mis pechos e introduje dos dedos dentro de mi sexo de un tirón.
Tuve que gemir. No tenía ni idea de que yo misma pudiera tocarme tan deliciosamente.
Seguí abriéndome mientras metía y sacaba los dedos rápido. Ellos aceleraron el ritmo al que se masturbaban al mismo tiempo que mis piernas comenzaron a temblar.
Seguí metiéndome los dedos y frotándome el clítoris deprisa. Los gemidos salieron y nos los contuve. Los tres se pusieron de pie y me rodearon. Sus penes duros quedaron a pocos centímetros de mi cara y mi vagina.
Seguí hundiendo los dedos en lo profundo de mi concha y gimiendo como toda una pervertida. Me estoy volviendo loca.
La mano de brother alcanzó una de mis tetas y di un brinco de placer. La de Erick hizo lo mismo.
—Pareces una puta—susurró Richard y no sé si los demás pudieron escucharlo o no, pero acto seguido comenzó a lamer mi sexo aún con mis dedos adentro. Gemí su nombre en un grititio agudo, no me pude aguantar.
Aparte mis manos y las lleve a los penes de brother y erick. Comencé a tocarlos con firmeza mientras ellos amasaban mis pechos y Richard lamía mi clítoris.
—Que ricas tetas—dijo brother.
—Que rico culo—añadió erick
—Y que rica concha—terminó Richard.
Fue más de lo que pude soportar. Mi cuerpo comenzó a tener espasmos. Dejé ir sus pollas mientras temblaba descontroladamente y ponía los ojos en blanco, pero Richard afincó sus manos a mis piernas y continuó lamiendo. Empecé a gritarle de todo, que siguiera, que si, que me encantaba, que rico, que me lamiera toda y que estaba a punto de correrme en su boca.
Mi cuerpo se levantó de la mesa y sentí como me dejaba ir en sus labios. Lla corriente descendiendo por mi cuerpo y mis gritos resonando por las paredes del salón. Los pechos me rebotaban de un lado a otro mientras expulsaba hasta la última gota.
Me corrí con todas mis fuerzas y justo cuando intenté volver a calmarme chorros de semen salieron disparados hacia mis tetas y mi cara. Brother y Erick se estaban corriendo de lo lindo sobre mi y bañándome de blanco. Cuando deje temblar Richard se incorporó, me jalo del pelo metió su pene en mi boca y al instante se corrió soltando todo, inundándome la boquita con más semen del que podía tragar. Sentí que me ahogaba, pero no importó. Lo recibí todo sin chistar y cuando estuvo satisfecho saque la lengua manchada de blanco.
Me dejé caer sobre la mesa y ellos volvieron a sentarse en sus sillas.
Esto lo recordaré para siempre. Ellos acabados de correr descansando sobre las sillas y yo como una puta satisfecha en el centro desnuda bien y cubierta de semen. Erick repartía las cartas. Yo estaba sentada, con las piernas apretadas, el sexo mojado y las tetas ardiendo con los pezones más duros que una piedra. La lengua de Chris sobre mi sexo fue demasiado. Estoy al borde, estoy al limite. No puedo pensar en otra cosa que no sea follar. Quiero follar, quiero que me metan una verga y correrme.
Miré las cartas, me tocaron un cinco y un nueve. Sabía que con esa combinación no tenía muchas oportunidades y aún así decidí seguir viendo; mi cabeza ya no respondía inteligentemente. Lo que estaba a punto de hacer era una locura de mucho cuidado, que no pensé que jamás hiciera porque soy una persona muy competitiva. Pero en ocasiones hay que darle al cuerpo lo que necesita y mi cuerpo ahora mismo necesita correrse.
Comencé a golpear el suelo desesperadamente con la punta del pie derecho. cualquiera que se hubiera dado cuenta diría que tengo un TOC, pero no, son las ganas de sexo que me tienen loca.
Para mi gusto la partida transcurrió demasiado lenta. Mariana intentó enfrentarse a Richard, alardeando de su mano, pero era evidente que la chica solo estaba jugando un farol. Entiendo su necesidad de ser el centro de atención, de hecho no pudo quedarse quieta cuando vio que a la que le iban a lamer la concha era a mi y no a ella y tuvo que hacer el espectáculo del vaso. Pero el poker es un juego más que de suerte de inteligencia y observación. No hay forma de que intente hacerse la experta cuando todos podemos leerla como a un libro abierto.
Terminó por retirarse y solo quedamos Richard y yo. Con mis cartas se podía formar una escalera si aparecía el siete, pero yo estaba rogando porque no fuera así.
Erick desveló la última cara lentamente. Tenía ganas de darle un pescozón. ¿Por qué tanta lentitud ahora señor? Mi punta golpeaba el suelo tan rápido como un taladro.
Otro ocho.
Menos mal gracias a dios.
Desvelé mis cartas y no tenía nada, tristemente para mí, según ellos claro. Richard desveló las suyas. Tenía dos parejas, de ochos y nueves. Genial. El ganaba. Felicidades Richard, si si, aplausos para ti campeón ahora ponme un castigo bien caliente que estoy a punto de reventar.
—Estaba esperando a que llegara este momento.
Hice todos mis esfuerzos por fingir una cara triste. Él no sabe que me deje perder. Pobrecito.
Estoy preparada para lo que tenga para mi. Que Erick me meta los dedos, o que me deje meter la verga de brother o la de Chris o ojala fuera la suya. Uff... solo de pensarlo siento que los jugos escapan de mi vagina. Necesito acción ya.
—No te lo pienses tanto.
—No tengo nada que pensar—dijo—Quiero que te subas sobre la mesa, abras las piernas y te toques.
Mi sonrisa se desdibujó. ¿En serio?
—¿En serio?
De todas las cosas ricas calientes y excitantes que se le podían hacer ocurrido tenía que mandarme a tocarme. Yo puedo tocarme todos los días si quiero, pollas para mi solo están disponibles hoy.
—Si. Quiero devolverte el favor.
Mariana sonrió con malicia. Por supuesto que tenía que sonreír, le encanta ver como me humillan.
Mire a Erick, estaba concentrado en mis tetas y como de costumbre con la mano dentro del pantalón. también miré a brother. Quería que le dijera a Richard que era demasiado, quería que lo detuviera y le pidiera que cambiara el castigo. Pero no, no. Nada. Nadie salió en mi defensa y creo que me lo merezco porque yo le puse a él el mismo castigo
Suspire y baje la cabeza derrotada. Me puse de pie y me subí encima de la mesa.
Me da muchísima vergüenza tener que hacerlo sola. No es lo mismo si es un castigo con alguno de los chicos porque al menos ahí puedo fingir ser la niña buena que lo hace solo porque es obligatorio pero ahora... ahora tengo que sacar a la puta que llevo dentro y eso me asusta.
Me senté dándoles la espalda a Chris y Richard así que ellos tuvieron que moverse. Richard se puso de pie, cogió mi silla y la acercó a la de Erick, estaban tan juntos que prácticamente podía ver a los dos frente a mi. Ambos iban a tener una visión perfecta de mi sexo. Brother también se acercó, pero mantuvo un poco la distancia y Miriam y Chris se colocaron del lado opuesto .
Esto parecía una obra de teatro. Yo era el entretenimiento y ellos el público expectante.
—Empieza—me apuró Richard.
—¡Ya voy!—respondí a la defensiva—tú mejor que nadie sabes que es difícil.
Imité su técnica y mire al techo. No quería ver la cara burlona de Miriam ni tampoco la reacción de Erick al verme dándome amor a mi misma.
Pero eso no quitaba el hecho de que estuviera caliente. Mis pezones seguían duros y mi sexo seguía reclamando ser acariciado. Sé que lo ideal sería la polla de cualquiera de los presentes, pero voy a tener que conformarme con mis manos.
Abrí las piernas, regalándoles una clara visión de mi vagina apretada y mojada. Escuche respiraciones, alguien ha empezado a tocarse de solo verme abierta, y por lo que puedo reconocer es Erick.
Lleve las manos a mis grandes y oscuras tetas y comencé a acariciarlas suavemente. Me soprendió como aunque fuera mi propia mano se me puso la piel de gallina y comenzó a palpitarme el sexo. Eso solo puede significar que estoy muy cerca del orgasmo.
La sensación de placer intenso me invade rápidamente. Poco a poco, solo con el contacto de mis manos en mis tetas logre que se me olvidará donde estaba y quién podía verme. Baje la mano hacia mi sexo y comencé a acariciarme el clítoris sin ningún pudor. Moví la mano en círculos, ni tan rápido ni tan despacio, al ritmo que a mi me gusta, al ritmo perfecto para hacer que mas jugos se deslizaran fuera.
Con la otra mano seguí frotando mis pechos, pellizcando el pezón izquierdo y sintiéndome como una puta en exhibición. Me gustó tanto que comencé a sentir algo extraño, un morbo demasiado grande más grande que yo. Igual al que sentí cuando le decía a brother que me la clavara toda. Era la Tanya del lado oscuro que estaba ansiosa por salir.
Abrí los ojos y mi mirada de niña avergonzada se había transformado en una mirada lasciva corroída por la perversión. Lo primero que vi fue a Erick masturbándose, a su lado Richard y brother hacían lo mismo. Me encantó ver como sus miradas estaban fijas den mi sexo húmedo. Tanto que ni siquiera se percataron de que los miraba.
Aproveche y me abrí el sexo con los dedos. Quería que lo vieran todo.
Nada más lo hice y Richard acercó la cabeza hipnotizado, yo también quedé cautivada por su pene duro y la forma en que se tocaba. Nada más verlo baje la mano que tenía en mis pechos e introduje dos dedos dentro de mi sexo de un tirón.
Tuve que gemir. No tenía ni idea de que yo misma pudiera tocarme tan deliciosamente.
Seguí abriéndome mientras metía y sacaba los dedos rápido. Ellos aceleraron el ritmo al que se masturbaban al mismo tiempo que mis piernas comenzaron a temblar.
Seguí metiéndome los dedos y frotándome el clítoris deprisa. Los gemidos salieron y nos los contuve. Los tres se pusieron de pie y me rodearon. Sus penes duros quedaron a pocos centímetros de mi cara y mi vagina.
Seguí hundiendo los dedos en lo profundo de mi concha y gimiendo como toda una pervertida. Me estoy volviendo loca.
La mano de brother alcanzó una de mis tetas y di un brinco de placer. La de Erick hizo lo mismo.
—Pareces una puta—susurró Richard y no sé si los demás pudieron escucharlo o no, pero acto seguido comenzó a lamer mi sexo aún con mis dedos adentro. Gemí su nombre en un grititio agudo, no me pude aguantar.
Aparte mis manos y las lleve a los penes de brother y erick. Comencé a tocarlos con firmeza mientras ellos amasaban mis pechos y Richard lamía mi clitoris.
—Que ricas tetas—dijo brother.
—Que rico culo—añadió erick
—Y que rica concha—terminó Richard.
Fue más de lo que pude soportar. Mi cuerpo comenzó a tener espasmos. Dejé ir sus pollas mientras temblaba descontroladamente y ponía los ojos en blanco, pero Richard afincó sus manos a mis piernas y continuó lamiendo. Empecé a gritarle de todo, que siguiera, que si, que me encantaba, que rico, que me lamiera toda y que estaba a punto de correrme en su boca.
Mi cuerpo se levantó de la mesa y sentí como me dejaba ir en sus labios. Lla corriente descendiendo por mi cuerpo y mis gritos resonando por las paredes del salón. Los pechos me rebotaban de un lado a otro mientras expulsaba hasta la última gota.
Me corrí con todas mis fuerzas y justo cuando intenté volver a calmarme chorros de semen salieron disparados hacia mis tetas y mi cara. Brother y Erick se estaban corriendo de lo lindo sobre mi y bañandome de blanco. Cuando deje temblar Richard se incorporó, me jalo del pelo metió su pene en mi boca y al instante se corrió soltando todo, inundandome la boquita con más semen del que podía tragar. Sentí que me ahogaba, pero no importó. Lo recibí todo sin chistar y cuando estuvo satisfecho saque la lengua manchada de blanco.
Me dejé caer sobre la mesa y ellos volvieron a sentarse en sus sillas.
Esto lo recordaré para siempre. Ellos acabados de correr descansando sobre las sillas y yo como una puta satisfecha en el centro desnuda bien y cubierta de semen.
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