04 Fuera Pantalones
Volví a ganar, pero el perdedor fue Zabdiel. me miró con cara de querer matarme, pero no tenía otra opción, era él o yo. Y definitivamente no iba a ser yo.
Se puso de pie y se bajó el pantalón. El también tenía una erección. Por el amor de dios el bulto de su pantalón era muy grande, pero bueno Mariana es su novia así que se le permite.
Seguimos jugando y el próximo en perder fue Erick, tuvo que quedarse en boxer. hasta ahora es el único de los chicos al que no se le marcaba nada. Aún así verlo en tan poca ropa me dejó atónita. No pude evitar ruborizarme cuando mi mirada se encontró con la suya. Quería esconderme debajo de una piedra. Para evitarlo me tomé mi vaso de licor de una pero de nada sirvió. Estaba muy nerviosa, él estaba sentado frente a mi y se me inclinaba hacia delante podía verlo del todo.
El nerviosismo y la bebida me traicionaron. Perdí la siguiente ronda. ¿Qué iba a hacer ahora? Todas las miradas estaban puestas en mí y ya no me quedaban medias que pagar. Trague en seco. Ayuda por favor.
—No tienes que hacer esto si no quieres—dijo brother acercándose a mí, tenía el aliento muy fuerte.
—Si Sis, mejor vete arriba—si Mariana no se mete conmigo ella no es feliz— ya fue suficiente ¿si?
—No. Quiero jugar—dije por acto reflejo—Y no me llames Sis, solo Zabdiel me llama así.
La rubia se quedó pasmada y Christopher y Richard tuvieron que echarse a reír. Vi como Erick me sonrió e incluso hasta Zabdiel tuvo que aguantar las ganas de reírse.
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—Bien—contestó ella—entonces paga con una prenda.
—Como si fuera la gran cosa—dije, me puse de pie y sin pensármelo me saque el suéter rosa por la cabeza.
Mis pechos quedaron al descubierto contenidos en el sujetador negro de encaje. Es el más bonito que tengo. También mi abdomen quedó a la vista, no es plano como el de ella pero se que es de lo más sensual. Me he visto frente al espejo.
—Dios mío—tuvo que decir Zabdiel mientras me miraba boquiabierto.
Ahora que lo pienso él nunca me había visto los pechos, ni siquiera una vez. Siempre tengo mucho cuidado de usar ropa holgada y resulta que ahora el alcohol me dio la valentía para exponerme de esta manera.
—Creo que tenemos una ganadora—dijo Richard y todos los chicos asintieron.
Pero a Marianna no le dio mucha gracia. Al parecer no era gracioso que los chicos alabaran mis grandes pechos comparándolos con los de ella.
—No miren tanto—dije y tome asiento—el juego continúa. Vamos
Y así fue, seguimos jugando y en la siguiente mano ganó Rich, pero hubo tres perdedores. Christopher, Erick y Zabdiel todos tuvieron la mala suerte de perder bajo una escalera real. Fue una de esas jugadas épicas, que no se ve todos los días. Menos mal que me retiré a tiempo.
Los tres chicos se pusieron de pie y paso algo que... no se como describir. Chris fue el primero, se bajó el boxer y me quedé asombrada al ver como culebreaba su verga fuera de la tela de la ropa. De tamaño estaba excelente, aunque no hubiera visto nunca una, una buena polla se reconoce en cualquier parte. Erick fue el siguiente, la suya que antes estaba dormida ahora estaba bien dura y apuntaba en dirección a mi. Me puse roja como un tomate cuando lo note mirándome los pechos, mire hacia abajo y vi que uno de mis pezones asomaba con escapar de mi bra. Me apresure por corregirlo y él se sentó al instante con el rostro enrojecido. El último fue Zabdiel, tuve que tragar en seco, lo que menos esperaba era verle la polla a mi hermano, pero ahí estaba. Erecta y apunando también hacia mi, pero solo porque yo estaba en esa dirección. Él parecía apenado de que yo tuviera que mirar esa escena y desde tan cerca. Es que si daba tres pasos más me iba a cruzar con su pene en mi cara.
Richard desde su silla se reía de ellos. Definitivamente él y yo éramos los mejores jugadores. A él le quedaba el boxer y el pantalón y a mi el pantalón y las bragas.
Seguí bebiendo. Ahora me gustaba beber, ya no lo hacía como castigo y de vez en cuando de vez en vez desviaba mi mirada hacia el pene de Erick que por alguna razón se me hacía muy apetecible. También a veces se me iba la mirada al de Zabdiel, por más que intentaba evitarlo algo me decía. El pene de tu hermano está ahí, a unos pocos metros de ti.
Seguimos jugando, y mientras Chris repartía la segunda mano pude ver como Mariana por debajo de la mesa acariciaba la verga de brother con el pie, al él parecía gustarle porque cerró los ojos y sonrió. Me llené de furia. ¿Qué están haciendo? ¿En mi casa? ¿Y tan cerca de mi? Son unos desvergonzados.
Como ninguno de los dos le prestó mucha atención a la partida ambos perdieron.
—Bueno, hemos perdido—dijo Mariana—ya no tengo prenda que pagar así que ya me puedo retirar de este juego. Muy entretenido chicos pero Zabdiel y yo tenemos que ir arriba a.... a.... a coger.
Erick casi que escupe el licor que se estaba tomando y yo no pude evitar reírme.
—Ni se les ocurra matar el vibe. La noche está muy entretenida—dijo Richard.
—¿Por qué no les ponen un castigo?—propuso Erick.
—¿Un castigo como cuál?
—Hágalo delante de nosotros—dijo Chris y esta vez fui yo quien escupió el licor.
¿Qué? ¿Qué?
—Bueno—dijo Mariana encogiéndose de hombros.
Se puso de pie y se colocó a cuatro patas sobre la mesa. Dejando su sexo totalmente abierto y expuesto a la vista de Erick y Richard, pude ver como ambos chicos al unísono llevaron sus manos a sus penes y comenzaron a acariciarse suavemente.
Yo tenía los ojos abiertos como platos y la boca abierta de par en par. No podía creer lo que veía. Zabdiel la esperaba con brazos abiertos y Mariana gateaba sobre la mesa como una leona que va a por su presa. Cuando llegó hasta él se bajó de la mesa, se puso de pie, puso una pierna a cada lado de la silla y poco a poco fue bajando hasta introducir toda la verga dentro de ella.
Y yo en primera plana viendo como se abrían sus labios vaginales.
Cuando estuvo toda dentro soltó un grito. Un grito que hizo que sintiera humedad entre las piernas. Era mil veces mejor que ver porno.
Zabdiel puso las manos en las grandes y redondas nalgas de la chica mientras ella comenzaba a moverse rítmicamente sobre él. Su cuerpo comenzó a subir y bajar mientras brother cerró los ojos.
—Si papi, así papi—escuche que le decía con voz de puta.
Todo el mundo estaba boquiabierto. Chris había comenzado a tocarse también y Richard tenía la mano dentro del pantalón.
En cuanto a mí, tengo emociones encontradas. Por un lado me excita lo que veo, pero por el otro no me gusta. Tengo ganas de arrancarle los pelos por hacerle eso a mi hermano. Es demasiado fuerte.
La penetración duró unos segundos más y yo seguía mirando atónita e hipnotizada. Mariana se volteó a mirarme y me sonrió mientras seguía moviendo las caderas. Su cara ya no era de placer sino de malicia parecía que me estaba diciendo mira lo que le hago. Mira como disfruta cuando tengo su polla dentro de mi. Es mío, es todo mío. No tuyo. Lo has perdido para siempre.
—Bueno cuánto va a durar esto—dije desviando la mirada y pretendiendo que no me importaba—Si esperamos a que termine vamos a estar aquí toda la noche.
—Tienes razón—dijo Chris que dejó de tocarse al instante. Hay que poner un tiempo. Tres minutos o algo así.
—Tres minutos, perfecto.
—Vamos, sepárense tortolitos—dijo Richard.
Mariana hizo resistencia pero entre él y Christopher lograron sacarla de encima de Zabdiel mientras ella todavía gemía y se aferraba a él como loca desquiciada.
No la culpo. Yo también protestará si estuviera montando una verga tan rica. Por dios no, no. No no no. Que acabo de pensar.
Ella siguió quejándose, pero nosotros seguimos jugando. Yo estaba mal, enfadada, caliente, borracha, y con las tetas al aire, eran demasiadas cosas así que perdí. Pero después de lo que acabamos de ver mi culo no era nada que valiera la pena. Me quite el pantalón de mezclilla y lo doble con cuidado. mientras lo hacía vi como la verga de Erick se ponía aún más dura mirándome las nalgas. Tuve que morderme el labio.
En cuanto terminé me senté rápido y seguimos jugando. Los próximos en perder fuimos Zabdiel y yo.
No sé que me estaba pasando, no me siento mal ni nada, pero ya no puedo ver las cartas igual que antes.
—¿Y ahora qué?—preguntó brother.
Yo todavía tenía ropa, pero él ya estaba como diosito lo había traído al mundo.
—Quítale el sujetador a tu hermana—dijo Chris animado— y también manoseale las tetas
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