24 Inseguridades
SalĂ del baño aĂşn envuelta en la toalla. Normalmente siempre llevo algo que ponerme, pero como estaba sola en casa no me pareciĂł necesario. TenĂa que haber calculado que brother llegarĂa de un momento a otro.
PensĂ© que ya se habrĂa ido y estarĂa ocupado haciendo alguna de sus cosas pero no. Se habĂa sentado en la esquina de mi cama y me esperaba con cara de preocupaciĂłn.
Suspiro, no quiero decir lo que tengo que decir pero sinceramente nunca me habĂa sentido tan bien y tan mal en tan poco tiempo en mi vida. Creo que todavĂa estoy a tiempo de hacer borrĂłn y cuenta nueva y pensar en todo lo que ha pasado hasta ahora como una experiencia. TodavĂa estoy a tiempo de alejarme de la perversiĂłn, aunque las imágenes de Erick y Richard masturbandose frente a mi me perseguirán por siempre. Sacudo la cabeza y brother se alarma.
—¿Está todo bien Sis? ¿Qué pasó con Erick?
Mierda. Mi corazĂłn dio un vuelco. CĂłmo sabe Ă©l que Erick estuvo aquĂ. Simplemente con escuchar su nombre la sensaciĂłn volviĂł otra vez. La vergĂĽenza me quema por dentro y siento ardor en el estĂłmago. No pude evitarlo, hago soniditos con la nariz como una niña pequeña y dejo que las lágrimas escapen de mis ojos.
—Sis no.. no llores.
Automáticamente brother se puso de pie y me envolvió entre sus brazos. Agradecà tanto que me reconfortara. Me siento un mar de emociones ahora mismo y necesito un abrazo. Necesito un hermano, lo necesito.
—No puedo con esto—le dije— Es demasiado para mi. Todo es sexual y yo no sĂ© nada de sexo. Me siento una estĂşpida, me siento ridĂcula. Yo...
—Es normal Sis. Todo el mundo se siente asà cuando empieza. ¿Cómo crees que fue mi primera vez? Está bien que te sientas triste pero...
—Estoy acabada. En cuanto Mariana se entere de que no pude... no pude... no pude hacerle sexo oral a Erick. Se va a burlar de mi de por vida. Además mamá... y tĂş... y yo... No lo se brother ya no quiero seguir asĂ.
Me aferré aún más a él que me apretó con fuerza y me dio un beso en el cuello. Su piel era cálida y aunque estaba toda sudada para mi era como estar en una nube.
—Conque eso fue lo que pasó— lo escuchó sonreir.
—¿Te parece gracioso? No pude meterme la verga en la boca. Además... no sé cómo voy a seguir con mi vida ahora que...
—Como mismo has hecho hasta ahora, Sis, te quiero mucho pero es hora de que entiendas una cosa.
Me quedĂ© quieta y en silencio sus manos fuertes ahora me agarraban con fuerza y sus ojos me miraban con seriedad. SentĂa que estaba a punto de regañarme.
—Todo el mundo tiene sexo y cuando digo todo el mundo es todo el mundo y no hay nada de malo en ello. Si lo piensas por un segundo tus profesores tienen sexo, los vecinos tienen sexo, los animales tienen sexo, las platas tienen sexo. Incluso mamá y papá tienen sexo.
—Shhh callate. No quiero esa imagen en mi mente.
—Lo que estoy tratando de decirte es que es algo que todo el mundo hace por puro placer y que al final no nos cambia en nada. Por mucho que cuando uno esté caliente haga cosas locas al final vuelve a ser la misma persona. El hecho de que ya hayas tenido experiencias sexuales no significa que vas a dejar de ser Tanya.
—Pero... pero cómo voy a vivir con ello. ¿Cómo voy a estar tranquila sabiendo que he hecho cosas muy sucias?
—Como todo el mundo lo hace. Mira a Chris, te lo imaginabas chupando una verga.
Tuve que pararme a pensar por un momento. Me imaginaba muuuuchisimas cosas sobre Chris pero eso sĂ que me tomĂł por sorpresa.
—No
—Exacto. Porque el sexo es algo que está ahà para hacernos sentir bien. No hay nada de lo que avergonzarse. Entiendo tus dudas pero no tienes nada de qué preocuparte.
—¿De verdad?
—Claro que sĂ—dice y me da un beso en la mejilla— Verás que no es nada del otro mundo. Como ayer en la partida de strip poker, lo estabas haciendo muy bien.
SonĂo. Tiene que estar loco.
—Eso es solo porque el alcohol me daba fuerza.
—TonterĂas. Eso es porque te diste cuenta de que no es para tanto. Te conozco y sueles sobrepensar las cosas, pero aquĂ no hay nada que pensar solo lo haces porque te sientes bien y ya. Luego sigues con tu vida como si nada hubiera pasado.
Mientras habla siento un golpe de realidad. Eso fue exactamente lo que me pasĂł con Joel. No estaba pensando y deje que me follara, incluso me abrĂ para Ă©l y no siento ni el más mĂnimo arrepentimiento. Si asĂ es como deberĂa ser asĂ si que puedo. Con Erick pensĂ© demasiado las cosas porque me gusta pero... quizá no deberĂa darle tanta importancia, quizá no deberĂa pensar, solo actuar.
—Creo que puedo entenderte.
—Lo harás más pronto de lo que crees. Solo tienes que estar cĂłmoda contigo misma y con tu cuerpo denudo como yo lo estoy con Ă©l mĂo. Hagamos un experimento.
Me preguntaba a quĂ© experimento se referĂa cuando lo vi quitarse la camiseta por la cabeza y deslizar hacia abajo su pantalĂłn y boxer. Di un paso hacia atrás. ÂżQuĂ© hace desnudo frente a mi?
—Ahora tú—me dijo.
Y di otro paso hacia atrás. No, no y no. Aferre las manos a mi toalla como si de una armadura se tratara.
—Vamos Tanya, tienes que pasar la etapa de las dudas cuanto antes sino te perseguirá hasta morir. ¿Acaso quieres ser como mamá?
Pensé por un segundo. Quiero ser una mujer que constantemente oculta su cuerpo y se siente mal por ser voluptuosa. No, claro que no, yo quiero sentirme bien conmigo misma.
—Bueno—suspiro.
Aparto las manos y dejo que la toalla blanca caiga al suelo.
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