026 Strip Poker Aprendiendo a chuparla

 


26 Aprendiendo a chuparla

—Porque te voy a enseñar a chuparla como toda una puta.

—Ey brother esa boca—dije y él tuvo que soltar una risita. Se disculpó y yo me reí con él.

Mientras deslizaba su dedo dentro de mi me quede mirando su pene. Es grande y delicioso, pero tan grueso que me daba miedo que no me cupiera en la boca. Además chupar verga era algo que no tenía concebido, no pensé en eso ni un solo día de mi vida y ahora tener que hacerlo parecía una cosa de locos.

—Tranquila Sis—dijo y me puso la mano que tenía libre sobre la cabeza—hazlo con calma. Yo confío en ti.

Su sonrisa me tranquilizó y me dio algo de fuerzas, aunque por dentro estuviera temblando cual gelatina en el refrigerador. Por suerte para mi su dedo estaba haciendo maravillas dentro de mi sexo poniendome a punto.

Me estiré hacia al frente con cuidado de no hacer un movimiento muy brusco y que su dedo dejara de penetrarme. Vi su verga imponente a menos de dos centímetros de mi boca y me asuste, pensé que iba a ser imposible chuparla asi que hice algo que ya había hecho antes y suavemente posé mi mano sobre ella. Vi como con el mísero tacto de mis dedos se le ponía dura como una roca.

Brother volvió a sonreír, pude ver que también se aguantaba los gemidos. Colocó su mano sobre la mía y comenzó a moverla a lo largo de su tronco. Suspire, así esto era mucho más fácil. Su mano me guiaba y me hacía sentir mucho más cómoda mientras llevaba la piel de un lado a otro ocultando y desvelando el glande.

—Sigue repitiendo eso—,me dijo y tomó mi otra mano.

Aún sonriendo y con extrema delicadeza colocó mi mano izquierda sobre sus testículos. Me puse roja como un tomate, pero él sonrió nuevamente y comenzó a mover su mano sobre la mía en círculos por toda la zona.

—¿A los hombres les gusta esto?

—Nos encanta.

Seguí moviendo la mano derecha como me había enseñado y la izquierda se movía bajo la suya. La verdad esto me estaba poniendo muy caliente. Por mucho que quisiera parecer amigable, la forma en que cerraba los ojos y respiraba me decía que estaba muy contento con mi trabajo.

—Ahora acércate.

Hice caso y me acerqué suavemente. Deje de mover la mano derecha pero la izquierda aún seguía haciendo su trabajo. Ahora la verga culebreaba sola y daba saltitos mirando al techo. Me encanto saber que eso lo había provocado yo, acerqué la cabeza e intente meterla en mi boca pero se me escapó y me chocó contra la mejilla. Entendí que debía hacer ambas cosas a la vez así que me armé de valor y agarre la verga con la mano firme y volví a hacer que chocara contra mi mejilla. Mire hacia arriba y vi a brother mirándome con la bica abierta y casi que babeando.

Al parecer esto fue el detonante para él porque sacó el dedo del interior de mi sexo y me lo metió en la boca.

—Chupa—me dijo.

Me quedé quieta como por tres segundos pero después hice caso. Era raro estarle chupando el dedo y más cuando sabe a mi propio sexo, pero me sorprendí a mi misma chuapndo sin ningun tapujo.

—Muy bien, muy bien. Ahora abre bien la boquita y trágatela toda.

Trague en seco. Me mentalicé y me dije a mi misma que iba a ser como comerse un cono de helado. Me acerque y pase la lengua tímidamente por el glande. Pude ver como se le ponía la piel de gallina en los brazos. Seguí dando pequeños toquecitos con la lengua hasta que me dijo que hiciera más. Con mucha pena abrí mis labios formando una o y comencé a chuapar y succionar toda esa parte. La verdad era mejor de lo que me imaginaba, no sabía mal para nada. Al contrario, tenía un sabor saladito que me gustaba mucho.

—Metétela más.

Su mano se posó sobre mi cabeza y me dio las agallas que me faltaban.. Metí el glande en mi boca, cerré los ojos y sentí como sus dedos me empujaban suavemente hacia abajo. Ya no me daba tanta cosa hacerlo así que comencé mi tarea y me introduje la mitad de ese pedazo de carne en la boca. Mis labios quedaron más abiertos de lo que pensaba, realmente brother tiene la verga muy gruesa. Igualmente seguí. Subí y bajé la cabeza a todo lo largo del tronco como antes hacían mis dedos e imité el movimiento que vi a Chris hacer ayer en la noche. Al parecer a brother le encantó porque lo escuche dejar escapar su primer gemido.

Eso me dio fuerzas para tragar más y aumentar el ritmo. Comencé a dar una mamada más rápida y a indundarle el miembro con mi saliva. Cada vez que me la metía dentro sentía el glande chocandome con la garganta pero me dije a mi misma que todo era parte del proceso.

—Que rico—me dijo ya con la mirada perdida y agarrandome la cabeza con fuerza—Usa también la lengua.

Obedecí sin chistar, segui chupando de arriba abajo y cada vez que llegaba a la punta movía la lengua en círculos sobre el huequecito del glande. Enseguida brother dejó escapar algunos oooh y otros ahhh. Yo me calenté tanto que con la mano que tenía libre la lleve hacia abajo y me hice presión en el clítoris. Sé que es una locura pero chupar un pene es mucho mejor de lo que yo pensaba.

El hormigueo me había invadido los pezones presionados contra el colchón y entre las piernas estaba hecha un charco. Mi boca bien abierta tragaba toda aquella verga riquísima y mis manos seguían haciéndole cosquillas en sus testiculos. De vez en cuando miraba hacia arriba y podía dar por hecho que eso era lo que más le ponía.

—Esa cara de niña buena que pones va a hacer que me corra.

Pero yo no estaba poniendo ninguna cara. Esa es quien realmente soy. Me aventure a ir un poco más profundo y cuando sentí que me iba a atorar me quedé quieta y comencé a usar la lengua. Sentí su respiración descontrolarse y pude notar un líquido con sabor raro invadiéndome. Pensé que se había corrido pero fueron solo unas gotas. Aunque sabía amargo me lo trague todo sin chistar y continué mi trabajo.

—No puedo más Sis, si sigues me voy a...

Me detuve y él que tenía los ojos cerrados los abrió para mirar incrédulo. Su pene durísimo estaba dando saltos reclamandome. Yo me puse de pie en un santiamén, coloque una pierna a cada lado de su cuerpo y baje poco a poco hasta sentarme completamente sobre su verga.

le escuché gemir y retorcerse de placer a medida que iba entrando.

—Pero bueno—dijo agarrándome el culo.

—Sorpresa—dije y dejé que entrara toda, 


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