Eres Brava
1
-Dana, Dana despierta o se te hará tarde. -me dice Tae.
No, es lo último que quiero oír. Salto de la cama, voy a la ducha, me cepillo los dientes, me aliso el pelo, me visto, y estoy por ponerme los zapatos. Ha sido muy rápido, seguro que he batido un récord. Entonces volteo y lo veo aun en calzones... riendo.
-¿qué? -le digo.
Me hace una señal, pero no puede contener la risa. Me volteo hacia el reloj y veo que aún falta una hora y media para salir.
-imbécil-me quito el zapato y se lo lanzo, por suerte para él no le golpea.
-eres tan inocente Dana-dice conteniendo la risa tan bonita que tiene.
-te odio-le lanzó el otro zapato y esta vez sí acierto, en toda la frente.
Ahora se está pasando la mano por el lugar del golpe. De seguro le he dejado un chichón.
-te odio pero te quiero idiota-le doy un beso en la frente y me voy a desayunar.
2
Hola! Mi nombre es Da--NaEh, Dana para los más cercanos. Ese estúpido que me hizo levantar dos horas más temprano es mi hermano Tae, y siempre esta bromeando, al igual que yo siempre lo estoy golpeando. ¿Por qué?
Pues porque estudio artes marciales y me encanta golpear a la gente, así que lo canalizo de esa forma. ¿Inteligente verdad?
Pues bueno, tengo un secreto... ese muro que he construido alrededor de mí de chica ruda, hay una persona que puede derrumbarlo. Porque... -suspiro- es que él es tan bello. Adoro su sonrisa, y su nariz, sus ojitos, sus labios rosaditos y la forma en que se los muerde. Esa forma tan peculiar que tiene de guiñarme el ojo, y sus tatuajes y su... todo.
Pero no creo que se fije en mi porque pues ningún chico se haría novia de la hermana pequeña de su mejor amigo, aunque no haya tantos años de diferencia. Él se llama:
-J-hope vendrá a quedarse en casa esta noche-dice Tae al tiempo que me jala de la coleta.
-¿Otra vez? ¿Por qué ese chico no tiene casa? -finjo estar molesta. La verdad me gusta la idea, pero es que el solo imaginarme que voy a verlo ya me pone muy nerviosa.
-Dana, que maleducada.
-sip-respondo.
-Recuerden que probablemente en la tarde su tía dé a luz, pasaré el día con ella. Los quiero mucho niños, tómense el desayuno-dice mamá antes de salir.
Ya quiero ver a mi primito. Aunque dicen que los niños nacen feos, calvos y arrugaditos.
-¿Por qué te cae tan mal J-hope? -Tae intenta robar una de mis tostadas, pero soy rápida y le doy un manotazo antes de que lo haga.
-Porque cada vez que viene tengo que irme de mi propia habitación.
-También es mía, y podrías quedarte.
-para oírlos hablar de chicas, paso
-bueno, somos chicos, ¿qué quieres? No seas tontita Da-NaEh. A J-hope le caes muy bien <<y él a mí más que eso>>
-No lo sé, no lo sé.
-tu misma-va a sentarse pero le doy una patada a la silla y termina en el suelo.-auch, duele.
No puedo dejar de reírme, se me va a salir la leche por la nariz.
-¿Dónde te duele oppa?
-en el trasero hermanita.
No puedo, tengo que relajarme o me voy a atragantar de la risa.
3
Ya hemos regresado de la escuela. Hoy salí primero y tuve que esperar a que terminaran los de último año para poder regresar a casa con oppa y J-hope. Estoy algo nerviosa, así que camino solitaria adelante mientras ellos van detrás haciendo bromas.
-Da--NaEh, ¿cómo te va con las artes marciales? -pregunta J-hope
-¿quieres comprobarlo de una patada?
Sus ojos se abren un poco más de lo habitual del asombro y Tae comienza a reírse.
No sé porque he dicho eso.
Soy tan rara, se supone que cuando alguien te gusta eres agradable, pero yo he hablado de darle una patada. Me volteo y continúo caminando adelante en silencio.
-es brava-oigo que le dice a Tae
-bravísima-le confirma este.
Llegamos a casa, lo primero que hago es llamar a mamá, quería saber si mi primito sobrino había nacido, pero la respuesta era no. Al parecer a mi tía se le había roto la fuente en la mañana, pero el niño no había querido salir y lo estaba pasando terriblemente mal en el hospital.
Luego de eso me encerré en mi habitación a leer. Me gusta mucho leer solo que cuando lo hago por mucho tiempo la vista se me nubla, decido descansar los ojos por un momento y termino quedándome dormida. Eso fue justamente lo que me pasó en esta ocasión.
Mientras soñaba sentí como me acariciaban el cabello, era agradable, pensé que era mi madre, así que sonreí y abrí los ojos poco a poco.
-¿qué haces?-no me lo pensé cuando le retire la mano de un manotazo.
-solo iba a despertarte. Por cierto, no eres tan brava cuando duermes. De hecho te ves linda.
Me sonroje, pero no quería que se me notara.
-para qué me despiertas.
- Tae y yo vamos a ir al hospital a llevarle algunas cosas a tu madre.
-¿ya nació?
-no
-pues voy con ustedes
-¿estás segura?
Claro que estaba segura. Me dijo que Tae estaba duchándose, así que esperé a que saliera y le dije que por supuesto iba a ir con ellos. J-hope se ofreció a llevarnos en su coche puesto que nosotros no teníamos, me toco ir en los asientos de detrás, nuevamente en silencio.
Llegamos al hospital, mi madre está devastada y hambrienta, parece que el parto se está complicando. Estuve unas horas con ella aunque no me dejaron ver a mi tía para nada.
-váyanse a casa niños, ya es tarde y no me gusta que estén en el hospital.
-no te voy a dejar sola toda la noche aquí-dice Tae.
-claro que no. Ya no somos niños, Tae es un hombre y yo una mujer.
Mi madre sonríe con una calidez infinita, sé que siempre nos verá como pequeñitos de dos y cuatro añitos.
-no quiero que ambos se queden aquí, podrían contagiarse de algo.
-tienes razón-dice Tae- Tn, yo me quedaré, tú vete a casa con J-hope
Me estremecí
-no-dije al instante-quiero esperar a que nazca.
-creo que Tae tiene razón, lo necesito conmigo por si tenemos que salir a buscar alguna cosa. Tú vete a casa, estoy segura de que J-hope te cuidara.
-¿puedes hacerme el favor?-le dijo Tae
J-hope sonrió y les confirmó que por supuesto, luego se dieron un abrazo. Pero yo estaba que ardía de la rabia. Nunca me consideran por ser la menor, además... como si quedarse conmigo fuera un favor.
Camine con tranquilidad hacia las escaleras y las baje corriendo, sabiendo que J-hope vendría tras de mí.
Me agarró del brazo llegando a la salida principal del hospital.
-tranquilízate-me dijo. - soy como otro hermano para ti ¿cierto?
-tú no eres el problema- dije y con un movimiento brusco hice que soltara mi mano.
Salí y me refresqué con el aire puro de la noche, pero... tenía tantas ganas de llorar. Terminé por subirme a su coche en el asiento del copiloto que Tae ocupaba.
Emprendimos la marcha, yo no decía nada, Pero si apretaba los puños, tan fuerte que me estaba haciendo daño con las uñas en la palma de la mano.
Mientras conducía J-hope encendió la radio, la cual estaba reproduciendo una canción de alguien que no conozco, pero su canción era terriblemente irritante, hablaba sobre una mujer que había sido una descarada que lo abandono, llamándola puta, pero a él le complacía que le hubiera hecho sexo oral en lugares públicos y que se le hubiera llenado la cara de su leche, así decía, literal.
No pude aguantarlo más, estiré el brazo y apagué la radio.
-¿qué haces?
-no esperes que escuche esa mierda
-ok, es solo la radio.
-que no quiero escuchar esa mierda dije
Pone los ojos en blanco y vuelve a encender la radio, ahora el tipo de la canción dice: me la mamaste toda, literal.
-¿qué hice para caerte tan mal?
Vuelvo a apagar la radio y volteo hacia el otro lado. Me pongo a mirar por la ventana
-dijiste que yo no era el problema
No le hago caso y continúo mirando afuera. Él enciende la radio
-Es que no piensas responderme, no seas una niña malcriada, por eso tu mamá y tu hermano decidieron que...
Me giro violentamente, voy a apagar la radio, pero me sujeta la mano
-cállate-le digo. -no te metas en eso
-solo digo lo que pienso-me mira fijamente, lo hizo con tanta imponencia que termino por intimidarme.
-pues guárdatelo, y mira al frente porque podemos tener un accidente-dije y me solté de su agarre y apague la maldita radio.
En cuanto aparcamos frente a casa me baje del auto, hice que me siguiera desde atrás y estuve a punto de cerrarle la puerta en la cara.
-¿por qué no te vas?
-Tae me pidió que te cuidara
-a buena hora.
Tae, pensé que estábamos juntos en esa. Yo quería esperar en el hospital, quería estar ahí y ser útil. Siempre me excluyen de todo, y si no le hubiera dicho a mamá que es un hombre, probablemente también estuviera aquí. Malagradecido.
Me siento sobre la meseta de la cocina, flexiono los pies y me abrazo a ellos. Oculto la cabeza y comienzo a llorar.
Patético.
4
Poco a poco siento las pisadas de J-hope al acercarse a mí. Cuando ya esta en frente me acaricia la pierna.
-Dana, puedes confiar en mi- me toma suavemente las manos y las entrelaza con las suyas-mírame-susurra.
Estoy muy apenada y con el rostro lleno de lágrimas, poco a poco levanto la cabeza. Cuando me ve coloca su mano derecha sobre mi rostro y me seca las lagrimas con cuidado, sin dejar de darme la mano izquierda.
-es solo que... siempre me siento menos-dije y otra lagrima corrió por mi rostro.
-solo lo están haciendo por tu bien ¿lo sabes?
-si, pero no me conformo- sonríe.
-de verdad eres brava.
-eres un imbécil.
-¿Cómo lo sabes? No recuerdo haber hecho nada para que me odies más que tratarte bien.
-es solo que eres mi... -me tapo la boca con la mano derecha, estuve a punto de decírselo.
-¿qué?
-nada
-Da-NaEh- dice y inclina su rostro hacia abajo, hasta quedar justo a la altura del mío. Pega su frente a la mía y aprieta mi mano izquierda con fuerza mientras que con la derecha acariciaba suavemente mi brazo-dímelo.
Sentí como todo mi cuerpo entraba en tensión y mi piel se erizaba al contacto de sus caricias. Mi corazón empezó a palpitar rápidamente. Y mis labios se entreabrieron. Tenerlo ahí tan cerca era lo qué más había querido en el mundo desde hace un tiempo.
-dime-susurró mirándome fijamente. A tan corta distancia no tenía otra que hacerle caso
-eres mi... mi crush, mi amor platónico, me gustas.
Entonces se aparto de mi y lo vi sonreír, pero con una sonrisa cariñosa. Mi corazón se rompió en mil pedazos en un instante, sabía que me vería como una hermana pequeña y nada más.
Mierda.
-pero...-quise decir cuando posó un dedo sobre mis labios.
Volvió a acercarse lentamente a mi y me susurro:
-te deseo desde hace mucho tiempo. ¿también me deseas?
Sus palabras recorrieron todo mi cuerpo dejándolo paralizado por lo que para el fueran segundos, pero yo lo sentí como una infinidad
-sí, si, si también te deseo.
Sonreí. Note como me sujetaba por la nuca y me atraía hacia él, pegando su boca a la mía. Atrapo mi labio superior entre los suyos y o hice lo mismo con su labio inferior. Me beso con tanta pasión que hizo que todas mis preocupaciones desaparecieran y me sintiera flotando en las nubes.
Una de sus manos recorría mis piernas y me hacía estremecerme.
-si me deseas me tendrás-dijo antes de volver a besarme, y está vez inclinarse, haciendo que mi cuerpo se balancee hacia atrás y quedará sentada con las piernas colgando y la espalda contra la pared.
Termino de besarme y poso las manos sobre mi vientre, comenzó a deslizar la camiseta que traía puesta hacia arriba, hasta dejarla cubriendo mis pechos.
Besó mi abdomen y se puso a recorrerlo con la lengua mientras poco a poco deslizaba la camiseta un poco y luego un poco más hacia arriba. Terminó por quitármela y acto seguido despojarme del sujetador.
Cogió cada uno de mis pechos en una mano y me dio un beso corto, luego se inclinó hacia delante y se metió uno de mis pezones en la boca. Mi cuerpo se arqueo hacia atrás con el contacto de su lengua. Apretaba mi otro pezón mientras pasaba la lengua coqueta por este y el resto de mi seno. Luego paso hacia el otro pecho y realizó la misma operación. Notaba como mi cuerpo se iba excitando y en pocos segundos ya necesitaba todo de J-hope, lo deseaba incluso más que antes.
Retiró las manos de mis pechos y comenzó a besarme lentamente, yo disfrute al máximo cada momento, como su lengua se entrelazaba con las mía y las pequeñas mordidas que me proporcionaban sus labios. Luego descendió besando mi cuello, mis hombros, en medio entre los pechos, así fue descendiendo por mi vientre hasta alcanzar mi centro y comenzar a desabrochar los botones de mi pantalón.
Estaba tan emocionada y excitada que me apresure por ayudarle a deshacerse de mi ropa. Cuando logramos quitarme el pantalón, atrapó con sus dientes mis bragas y las deslizó hacia abajo dejándolas enganchadas a uno de mis tobillos.
Se arrodilló en el suelo, quedando a la altura perfecta. Me besó las piernas y me miró con cara de niño bueno. Hasta ahora mismo su rostro solo reflejaba excitación, pero creo que en esta ocasión me estaba pidiendo permiso.
5
Yo asentí.
Sus manos hicieron un recorrido ascendente por mis piernas abriéndolas poco a poco. Cuando ya llegaron al lugar que buscaban sentí como un dedo se deslizaba dentro de mí. Tuve que morderme el labio para no explotar en gemidos.
-J-hope-gemí y me sorprendí mucho porque nunca le había llamado de esa forma tan cariñosa.
Volvió a mirarme esta vez con una sonrisa juguetona. Colocó el dedo pulgar sobre mi clítoris y presiono poco a poco. Mi cuerpo no dejaba de arquearse hacia atrás. Añadió otro dedo al que tenia dentro de mi y comenzó a moverlos en círculos rápidamente mientras los hundía más profundos en mi interior.
De mi boca se escapaban un montón de gemidos que quería contener. Me parecía estúpido que quisiera acallar lo bien que me estaba haciendo sentir, pero así mi subconsciente trataba de reprimirse.
-córrete para mi Dana
Deslizó los dedos mucho mas adentro en mi interior y tuve que agarrarme del borde de la meseta. Esta vez presionaba hacia arriba y el placer aumentaba. Podía sentir como mi cuerpo era todo fluidos. Con el dedo pulgar seguía acariciando mi clítoris y con su otra mano ahora apretaba uno de mis pechos.
-puedes correrte cuando quieras hermosa.
Era imposible estarme quieta, mis piernas empezaron a temblar, en cuanto lo notó posó su boca sobre mi sexo y empezó a lamer en forma circular pero sin dejar de presionar hacia arriba con sus dedos en mi interior. Luego sus labios succionaron clítoris y por último comenzó a lamerme de arriba abajo mientras seguía metiendo y sacando sus dedos y presionando hacia arriba rápidamente.
-aaahh J-hope-gemí
-eso, di mi nombre
Sentí todo mi cuerpo estremecerse, comenzando por la punta de mis pies y luego estenderse.
-J-hopeeeeeeer-grite a todo pulmón, mientras sentía mi orgasmo venir. Mi pecho subía y bajaba intentando recuperase, pero me sentía maravillosamente bien.
Tenia una sonrisa envidiable en el rostro y sentía temblar mi sexo, además de las cosquillas que me provocaba su lengua lamiendo todos los fluidos que había dejado mi orgasmo. Esta vez me sentía flotando mucho más alto hasta que...
Mi teléfono empezó a sonar, estaba justo a mi lado. Me pregunto como no se cayó al suelo puesto que estuve temblando y retorciéndome de placer.
Observó a J-hope, parece que no va a parar de lamerme por más que el teléfono suene. Contesto:
-ya nació-dile a J-hope que te traiga-es un niño y es hermoso, ven corriendo.
-ya voy- le dije a Tae y le colgué rápidamente para que no notara nada raro en mi respiración.
J-hope parece que terminó, se puso de pie, se quitó la camiseta que traía puesta, me la tendió y me la puse. Luego me beso en la mejilla.
-creo que es tu turno de que me lo hagas a mi.
-otro día será.
-¿qué?
-vámonos para el hospital, ya nació y es niño-dije muy emocionada
-muy bien, pero me lo debes
Me acerque hacia él, le bese al abdomen y asentí. Me abrazó por un rato hasta que decidí apartarme suavemente.
-¿estás segura de que vas a hacerlo?
-si
- no quiero obligarte a nada
-que si
-¿si?
-¿quieres comprobarlo de una patada?
Lo observo fijamente y sonrío.
-eres brava.-sonreí-Me callaré y me lo tomaré como un sí.
FIN
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