BTS-Sesión de Fotos con Jimin y Jungkook

 



Sesión de Fotos con Jugkook y Jimin

Hola, me llamo TN, muchos dirían que soy una chica tranquila y de casa, pero la verdad es que escondo algo. Tengo un novio virtual, es un chico que la verdad no me gusta mucho, pero vive en Europa y dice que me va a sacar de latinoamérica y a casarse conmigo así que lo trato con todo el amor y el cariño del mundo. Me encanta mi país claro, pero más me encantaría vivir en Europa con él.

Bueno, el caso es que Pascal (ese es su nombre) y yo hacemos cibersexo cada vez que podemos porque a él le gusta mucho y yo bueno... también lo disfruto. Soy capaz de darle lo que sea con tal de que me saque de aquí. Ayer me pidió que me sacará fotos sexys. Lo hice, pero me dijo que se veían cutres y se molestó por eso. Ahora estoy preocupada de perderlo para siempre porque él es un chico muy muy sensible.

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Mi mamá me mandó a bajar a comprar pan. No quería hacerlo, pero no tuve otra opción y mientras regresaba del mercadito me encontré a un ex compañero de clase Jimin y a su amigo que yo siempre creí gay Jungkook. Los saludé y me alegré de verlos. Ellos me abrazaron y me invitaron a un helado. No me pude rechazar.

Me contaron de sus vidas, habían terminado de estudiar e iban a empezar a trabajar pronto. Jungkook era un aficionado al gimnasio y Jimin se había dedicado de lleno a la fotografía. Me encantaba que tuvieran hobbies tan entretenidos, el mío era ligar con extranjeros por Tinder. Nos sentamos en unas escaleras y seguimos charlando, la verdad entre los tres siempre hubo muy buenas vibras y lograron sonsacarme la historia de Pascal y de las fotos.

—Pero no tienes que preocuparte por eso. Yo te ayudo encantado—dijo Jimin.

Le advertí que no tenía dinero para pagarle, pero él insistió en que no hacía falta y quedamos para esa misma tarde en su casa. Yo agradecí, los abracé, corrí a mi casa a robar dinero del bolso de mi madre para comprar varios conjuntos de ropa interior bonita y alegrarle el día a Pascal con unas fotos bien sensuales. Lo que sea por el hombre que me va a sacar de la pobreza.

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La sesión de fotos la habíamos programado para las siete de la tarde, pero yo llegué unos minutos antes. Los encontré tomando cervezas y mirando tv. Me invitaron a unirme y acepté, Jungkook dijo que iba a ser bueno para que me relajara y por supuesto tenía razón. Estuvimos así como 20 minutos mientras acabamos un six pack entero entre los tres.

—Bueno empecemos ya—dijo Jimin y me sorprendí al ver que Jungkook también se ponía a trabajar.

Al parecer el chico hacía de ayudante con las luces. Yo trague en seco, estaba pensando solo en Pascal y en su pasaporte en lugar de en la verguenza que es posar en ropa interior para ellos. Pero bueno... Jimin es profesional y Jungkook es gay.

Mientras preparaba su cámara y su ordenador portátil, Jimin me dijo que su experiencia le había enseñado que era habitual que una chica en ropa interior se sintiera incómoda o avergonzada al verse observada por un hombre vestido (ya no digamos por dos). Me dijo que si ellos se quedaban también en ropa interior, el ambiente se relajaría mucho. La verdad es que sí estaba muy nerviosa y me pareció una buena idea, así que me tranquilicé bastante cuando ellos se quitaron el calzado, las camisetas y los vaqueros. Jungkook tenía un cuerpo de escándalo y Jimin tampoco estaba nada mal. Al verlos a ambos en unos atractivos boxers negros sentí un ligero cosquilleo.

Mientras yo también me quedaba en un sugerente conjunto de lencería rosa, traté de explicarles que quería una sesión de fotos con gusto y, aunque excitantes no pornográficas. Lo mejor para Pascal.

Quedamos en que las fotos no serían de desnudos totales sino de posados sugerentes.

Me quedé en ropa interior y empecé a posar para ellos.

En la primera foto aparecía recostada sobre mi cama en actitud recatada exhibiendo mis piernas. En otra me senté de tal forma que quedaba a la vista una ligera parte de mi tanga rosa de encaje. En otra me levanté y me puse de espaldas, girando mi cabeza de forma sugerente mientras enseñaba mi culito y mi espalda.

Jimin me retrataba en diferentes posturas pero siempre con mucha clase. Cuando acabó la tanda de fotos, me quedé asombrada cuando me las enseñó. Parecían de una revista de moda. Me veía guapísima, seductora, sofisticada y sexy.

Todo estaba yendo bien. Jimin era un sol, igual que Jungkook. Y además yo también les estaba viendo semidesnudos, lo que cada vez me gustaba más.

En la segunda tanda me animé con posturas un poco más atrevidas. Estaba un poco borracha y había perdido el miedo inicial, por lo que me atreví a ponerme a cuatro patas.

Abría un poco más las piernas, me inclinaba hacia delante para que se me viera el escote...A veces me colocaba como una putita y miraba a la cámara, excitándome al pensar lo caliente que pondría a Pascal cuando viera las fotos y, no podía negarlo, también al pensar en lo que estaría sintiendo Jimin.

Jungkook me dio una rosa para que jugara con ella pasando los pétalos por mi cuerpo. Jimin hacía fotos sin parar, y cada cinco o seis fotos Jungkook se acercaba a mí para medir la luz. Estaban los dos casi desnudos y yo cambiaba de una postura sugerente a otra. La verdad es que me estaba calentando. Cada vez les miraba el paquete con menos disimulo (sobretodo a Jungkook), y me daba la sensación de que se estaban dando cuenta.

Cuando estábamos a punto de acabar la segunda tanda de fotos, Jimin me propuso que me quitara la parte de arriba y me quedara en top-less. Era un paso que en principio no quería dar, pero antes de que le contestase me dijo que me podría tapar los pezones con las manos, que ese tipo de fotos aparecía hasta en las revistas femeninas más lights, así que afectada por mi excitación y la cerveza previa me quité el sujetador.

Rápidamente me cogí los pechos con las manos para ocultar mis pezones, aunque les había dado tiempo de sobras de verlos del todo. En las siguientes fotos a veces les daba la espalda y a veces me tapaba las tetas con las manos, aunque otras veces dejaba que se viera un poco una aureola para resultar más excitante. Jimin sonrió al verlo, pero siguió haciendo fotos como si nada.

En cualquier caso mi técnica estaba provocando un potente efecto secundario; me encanta que me soben las tetas, y la ligera presión de mis manos sobre mis pezones hizo que empezara a mojar mis braguitas.

Estaba realmente caliente cuando Jimin sugirió que acabáramos la tanda y me cambiara de conjunto. Me levanté con las piernas temblando y le dije que ok. Aquello estaba empezando a írseme de las manos, así que le propuse que la tercera tanda de fotos fuera la última.

—Como tú quieras linda— dijo, sin sonar convencido.

Al entrar en el baño me miré al espejo. Estaba espléndida. Me puse caliente otra vez sólo al darme cuenta de todo lo que estaba haciendo. Pensé en masturbarme rápidamente antes de volver a salir, pero en ese momento vi en el reflejo del espejo que la puerta del baño se había quedado mal cerrada. Me quedé con la boca abierta al ver como Jimin y Jungkook estaban embobados mirando las fotos de la última tanda, sobándose las pollas al verme en la pantalla del portátil de Jimin.

La sensación que tuve fue indescriptible. Jungkook, al que creía hasta ahora estrictamente homosexual, se bajó un poco el boxer y sacó una polla enorme, depilada y completamente empinada. Pensando que desde dentro del baño no podía verle, empezó a pajearse observando mis fotos.

Aquello me puso tan caliente que, sin dejar de mirarle, empecé a acariciarme la entrepierna. La polla de Jungkook estaba brillante, y palpitaba con cada sacudida de su mano. Me aparté las braguitas y me metí un dedo susurrando de placer, temerosa de que se dieran cuenta de que les estaba observando.

—¡Qué buena está!— le oí jadear.

Una convulsión recorrió todo mi cuerpo mientras me mordía el labio para no gemir. Me apoyé en la pared para no derrumbarme en el suelo, mirando todo el tiempo la gran polla de Jungkook. Le observé unos segundos más y vi que, como estaba a punto de correrse él también, bajaba el ritmo de su masturbación.

Reponiéndome tuve una idea irresistible. Observándoles por el reflejo del espejo, hice un pequeño ruido fingiendo que cerraba mi estuche de maquillaje. Como esperaba, lo oyeron perfectamente y vi como sus cabezas se giraban hacia el baño. En ese momento aparté mi mirada rápidamente y llevé la vista al frente como si nada. El corazón me latía a mil por hora. Estaba completamente segura de que ahora me estaban observando los dos, recreándose en mi minúsculo tanga y pensando que yo no sabía que podían verme.

Evitando la tentación de descubrirme mirando hacia su reflejo, me incliné hacia delante y empecé a bajarme lentamente las bragas. Mientras el tanga, empapado se deslizaba entre mis rodillas, pensé en la imagen que les estaba ofreciendo. Mi coñito totalmente depilado y mi culito virgen apuntaban directamente hacia ellos, mientras que en el espejo podían ver reflejadas mis tetas, que se balanceaban al estar yo arqueada hacia delante.

Caliente de nuevo, me vestí lentamente con unas braguitas blancas, un conjunto de medias, liguero del mismo color y una minifalda de colegiala por encima. Decidí seguir sin sujetador. Les dejé claro que iba a salir del baño apagando la luz con tiempo y mirando hacia otro lado al salir. Cuando les observé hicieron como si nada hubiera pasado, como sospechaba. Jungkook, que fingía observar el suelo para evitar cruzarse con mi mirada, volvía a tener la polla en los calzoncillos, pero el bulto que se veía debajo delataba su excitación. A Jimin le pasaba igual, pero se limitó a decirme que podíamos seguir. Mientras tanto, yo ya no hacía ningún esfuerzo por cubrirme las tetas. Estaba casi desnuda delante de los dos como si nada, y aunque ellos no hicieron ningún comentario, cada dos por tres sus miradas se dirigían a mis pechos sin que pudieran evitarlo. Me encantaba.

Empecé a posar como una profesional. Me puse a cuatro patas y me levanté la minifalda, mirando traviesa a la cámara. Cuando Jungkook se acercaba a medir la luz, podía ver perfectamente la forma de su dura polla debajo de su ropa interior, a escasos centímetros de mí. Me estaba poniendo a cien otra vez.

—¿Por qué no simulas que te acaricias un poco por encima de las braguitas?— me dijo de repente Jimin.

Me quedé en shock. Hasta ahora todo había sido un divertimento muy excitante, pero ahora estaba jugando con fuego y corría riesgo de quemarme.

—¿Eso a los chicos les gusta?— pregunté como una tonta para ganar tiempo.

—Nos encanta. Seguro que a tu novio le vuelve loco.

No me lo tuve que pensar mucho. Le dije que fingiría que lo hacía y empecé a tocarme ligeramente. Los ocasionales temblores de mis piernas debían delatar que mi masturbación no era del todo simulada, pero intentaba controlarme lo mejor que podía.

En ese momento la dinámica empezó a cambiar. Jimin dejó de hacerme sugerencias, y empezó a darme órdenes. Me decía que separara las piernas, que me sobara las tetas, que abriera la boca, que me chupara un dedo mirando a la cámara... y que no dejara de tocarme. Yo empecé a obedecerle sin rechistar, mientras Jungkook lo miraba todo con el boxer a punto de reventar.

—Quítate las bragas— me dijo entonces en un tono serio.

Yo me quedé mirándole, pero estaba claro que era una orden, así que me las empecé a quitar.

—Así no— me dijo. -- Despacio, sonriendo a la cámara.

Lo hice como me ordenaba.

—Ahora date la vuelta y deja caer tus bragas hasta las rodillas. Inclínate enseñándome el culo.

Le obedecí sin rechistar, no fuera que se enfadara. De repente apartó la cámara y empezó a quitarse los calzoncillos. Le miré con los ojos como platos, y me dijo que si me desnudaba yo lo mejor era que se desnudaran todos, para que no estuviera incómoda. Tenía la polla totalmente empinada, y unas gotitas de líquido preseminal le resbalaban. Sin embargo, hizo como si todo fuera muy normal y volvió a coger la cámara para seguir tomando fotos.

—Voy a ponerte unas situaciones para que te metas en el papel— me dijo entonces, mientras yo intentaba disimular mi propia excitación.

—Quiero que te imagines que estás en esas situaciones, y así podrás actuar ante la cámara y las fotos saldrán mejor, pero mientras tanto es importante que no dejes de tocarte si no te lo digo, ¿de acuerdo?.

Me limité a asentir con la cabeza.

—Estás con tu novio europeo. Le han encantado las fotos. Se arrodilla delante de ti y empieza a comerte el coño.

Mientras me frotaba ligeramente mi sexo húmedo, ahora totalmente expuesto a sus fotos, no pude evitar gemir ligeramente al oírle. Cerré los ojos mientras me masturbaba imaginando la situación.

—Ahora te pide que le comas la polla. Ponte a cuatro patas y cierra los ojos, imaginando que te coge la cabeza y te folla la boca.

Jungkook se acercó a medir la luz de nuevo. Él también estaba ya totalmente desnudo, y su enorme pene, completamente duro, quedaba ahora expuesto a escasos centímetros de mí. Yo intentaba no mirarlo, pero no pude evitar notar cómo se movía arriba y abajo mientras se agachaba a mi lado para hacer las medidas. Cerré los ojos de nuevo imaginando la escena que me había relatado Jimin.

Cuando abrí los ojos me sorprendí de nuevo. Jimin hacía fotos con una mano, y con la otra se estaba haciendo una paja como si nada. Inmediatamente miré a Jungkook, que se acariciaba la polla con las dos manos mientras me miraba tímidamente. En ese momento me desinhibí y me empecé a masturbar profundamente. Ni siquiera me molesté en no gritar cuando me corrí delante de los dos.

Jimin, sin inmutarse, siguió subiendo de nivel.

—Quiero que te imagines que te amenazamos con publicar estas fotos a no ser que nos obedezcas. Quiero que pienses que te ordeno que dejes que te folle Jungkook, y que luego te exijo follarte yo. Tú obedeces como una putita, temerosa de que las fotos se hagan públicas.

Sus palabras lejos de insultarme solo consiguieron ponerme aún más cachonda. Me retorcía de placer como una poseída mientras observaba como sus manos resbalaban sobre sus penes.

—Eso es. Ahora quiero que te imagines que enseño las fotos en tu colegio a tus profesores. Ellos te llaman a su despacho, y te obligan a que dejes que te follen allí mismo como la puta que eres. Tú les suplicas que no lo hagan, pero te empiezan a sobar amenazando con enviar las fotos a todo el mundo si no cooperas.

En ese momento tanto Jimin como Jungkook se masturbaban a toda velocidad. Jungkook volvió a acercarse para medir la luz, y perdida su timidez no dejó de pajearse mientras estaba junto a mí, jadeando y observando descaradamente como mi dedo entraba y salía de mi conchita. La visión de su miembro era intoxicante. Cuando se retiró, su polla me rozó un pecho, y me estremecí de placer.

—Eres una puta— susurró Jimin— A partir de ahora podemos hacer contigo lo que queramos. Podemos decirte que te folles a nuestros amigos. Podemos decirte que entres en el vestuario del equipo de fútbol y se la chupes a todo el que te lo pida. Podríamos decirte todo eso y obedecerás, porque no te queda otro remedio y, sobretodo, porque en el fondo te gusta ser una puta—me dijo mientras me metía dos dedos a la vez en el coño.

Me corrí por enésima vez imaginando una vida de lujuria interminable. A cuatro patas grité, gemí y me retorcí. Cuando, agotada, abrí los ojos, tanto Jungkook como Jimin estaban en frente de mí, masturbándose aún, aunque ahora muy lentamente. Sus pollas casi rozaban mi cara. Jimin seguía con la cámara en la mano, fotografiando la escena.

¿Aquí ha acabado todo?, me pregunté. La verdad es que ha sido increíblemente excitante, pero aún no he cometido ningún error irreparable. Al fin y al cabo, ni siquiera nos hemos tocado. Podríamos separarnos ahora mismo habiendo compartido una experiencia especial, pero sin haber ido demasiado lejos.

Seguramente sería lo mejor, pensaba mientras sus pollas se balanceaban lentamente delante de mis ojos.

Jimin apartó la cámara de su cara, me miró a los ojos y, con infinita paciencia y el tono condescendiente con el que se habla a las niñas pequeñas, me dijo

—¿A qué esperas para empezar a chupárnosla?.

Sonreí pensando que a Pascal no le gustaría nada esto, mientras cerraba los ojos y abría la boquita.

FIN



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