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Strip Poker 34 Hermanitos en la Cocina

 



34 Hermanitos en la cocina

Zabdiel: Presente:

En cuanto entramos en la cocina no pude contenerme. Me lance a besar a Sis y mis manos solas bajaron hasta apoderarse de todo su sexo mojado. Dios que calentito y apretadito se siente. Tenerla a mi disposición me provoca placeres que jamás llegué a imaginarme.

―Brother ahora no podemos, están muy cerca. Nos van a escuchar.

Pero a mi no me importaba. Con la polla ya dura le di la vuelta y me abrace por detrás. la hubiera penetrado de una si la telita de su tenga no me lo hubiera impedido. Por cierto esa tanga que tenía puesta de dónde la había sacado. Era un espectáculo como se ceñía a su culo y desde que vi como se le asomaban los labios cuando se la mamaba a Richard comenzó a volverme loco.

―Dices eso pero me dejas dedearte por debajo de la mesa.

Y aproveche para restregar mi verga erecta contra sus nalgas. También metí las manos por debajo de la tela de su pullover y fui en busca de sus tetas. me encantó que no llevará sujetador y me diera libre acceso para jugar con sus pezones.

―Bueno pero... es que no, eso es igual de riesgoso Además Mariana está muy cerca, ¿qué pasa si se da cuenta?

―Mariana sabe a lo que estamos jugando. Ella se contenta con que me la folle cuando está caliente.

―¿y te la follas mucho?

Preguntó y pude notar un poco de molestia en su voz. Me imagine que le molestaría. Si por mi fuera me la follaría a ella todos los días, pero no me veo capaz de renunciar al culo de Mariana.

―Depende―le dije―en realidad no tanto.

―Seguro que con ella follas riquisimo.

―No más que contigo.

―dale brother, deja de mentir. De seguro a ella te la follas mejor que a mi.

―Bueno, quizá un poco más duro, pero porque no quiero hacerte daño.

―¿Lo ves?

―Si quieres te puedo enseñar cómo es que lo hago con ella.

Hice a un lado su tanga que estaba ya empapadisima y comencé a enterrar lentamente la cabeza de mi verga.

―Ay brother. Mmm.

Como me pone cuando gime asi. Siento como mi verga crece con la punta clavada entre sus piernas.

―¿Quieres que siga?

―¿Qué pasa si viene alguien?

―Nos verá cogiendo―dije y solté una carcajada.

Estire una mano y como pude abrí la nevera, tome dos pedacitos de hielo y sin decirle nada coloque los dos hielos fríos sobre sus pezones. Pude sentir como salto por la sorpresa pero eso solo sirvió para que mi pene entrará más dentro de ella.

―Brother no qué estás haciendo.

―Tienes los pezones durísimos puta.

Ella se quedó muda y temblando, Yo seguí hundiendo mi verga en su concha y torturando sus pezones con el gélido hielo. Se que ya Sis debe de estar muy caliente, porque tiene los ojos en blanco y su sexo no pone ninguna resistencia.

―Bro..brot...

―Me dijiste que me ibas a dejar follarte todos los días―mi verga entro más― solo disfruta.

Y le di una fuerte embestida clavándosela entera. Ella se tapo la boca con las manos para no gemir muy alto. Sé que es muy arriesgado, sé que incluso nos pueden estar oyendo ahora. Pero no me puedo resistir a follarme esa conchita tan apretadita y esas tetas grandes y suavecitas.

Comencé a metérsela duro, sin pensar. Clavando mi polla hasta el fondo cada embestida con más fuerza. Podía sentir como mi verga se abría paso entre la apretada carne de sus paredes vaginales. me apretaba tanto que si no tenía cuidado terminaría por correrme dentro de ella.

―Ay Ay Auch brother. Lo estás haciendo muy brusco. me duele.

―Te estoy enseñando como lo haría con ella. Además. sé que también te gusta puta.

Le di una nalgada que temí que resonara muy alto en la oscuridad y el silencio de una noche sin electricidad. Pero estaba tan caliente que no podía contenerme.

―Se sincera conmigo Sis. Ya hablamos de eso. Di que te encanta que te meta la verga―dije y le aprete los pezones torturados por el hielo.

―Me encanta. Me encanta.

Y se la metí hasta el fondo.

―Me encanta brother. Me encanta tu verga.

―¿Te gusta mucho Sis? ¿Te hace feliz?

―Si, si mucho.

Empecé a darle duras embestidas pero más cortas, porque quería que sus nalgas se sacudieran sobre mi polla con cada penetración. me aferre a sus tetas, ya el hielo se había derretido pero mis dedos estaban congelados y con ellos le apretaba los pequeños y ya enrojecidos pezones. Esto me brindo mejor apoyo y pude acelerar el ritmo de las penetraciones. Tengo que admitir que me encanta follarme a mi hermana.

―Brother... Brother por favor métela más despacio.

No le hice caso. le abrí las piernas, le agarre de la espalda y la incline hacia abajo hasta que apoyo sus tetas contra la barra arqueando la espalda y con su culo paradito y abierto apuntando hacia mi.

―hermanita querida―le dije―te voy a follar hasta que me corra.

―Ay brother... si si. sigue, fóllame. por favor fóllame asi.

Cuando Sis empezaba a gemir de esa forma era porque ya se había descontrolado la cosa. ya era mía y podía hacer con ella lo que quisiera.

Le metí unos de los dedos en la boca y le dije que chupara. Ella me obedeció sin chistar y luego lo saque y rápidamente lo lleve hacia abajo y lo puse en la entrada de su culito.

―Ahora vas a ver.

―No brother no, qué vas a hacer

―Shhh silencio sis, disfruta de mi verga.

Y seguí penetrandola mientras mi dedo índice se introducía poco a poco en el anito virgen de mi hermana.

―Brother no para.

―Yo sé que te gusta sis. te conozco.

Y seguí metiendo y sacando mi verga de dentro de ella para que no pudiera chistar. Mientras por otro lado mi dedito se abría camino en su culito que estaba aún más estrecho que su conchita. ella solo gemía y se tapaba la boca con las manos ocultando sus gemidos.

―Que rico brother follame toda. Que rico brother que rico...

Me sorprendió que ella misma comenzará a moverse sobre mi. Sus caderas descontroladas bailaron sobre mi verga y se la clavaba toda. Sis se estaba comportando como una verdadera puta y eso me pilló por desprevnido.

―Me encanta tu verga brother. es para volverse loca. Métemela toda.

No pude contenerme más. Acelere las embestidas y la agarre fuerte de las caderas. ella solo gemía cada vez más alto y yo con ella. Le dije que era mi puta y que estaba muy rica y que me encantaría follarmela pero en cuanto estaba por correrme ella se apartó. Vi como las piernas le flaquearon y cayo al suelo corriéndose a chorros. Yo no pude resisitirme y también acabé corriéndome. Todo mi semen fue a parar a su cara y a sus tetas fuera del pullover. ella seguía corriéndose, con una sonrisa y los ojos en blancos. Como una puta pervertida. Es increíble, jamás pensé que fuera a pasar algo así entre nosotros. 


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