Turistas en el Boulevard
Todo sucedió un día normal de escuela, cuando luego de una fastidiosa clase de historia sonó la primera campana del recreo. Estando disfrutando de la merienda cuando se me acerca mi mejor amiga Carolina que tiene mi misma edad, pero es blanca, más delgada y tiene muchas menos tetas que yo. También podría decir que es hasta más bonita pero eso sí, es muuuuuy ingenua.
Nos pusimos a conversar y decidimos escaparnos de clases para ir al bulevar de la ciudad. Estábamos caminando, hablando y divirtiéndonos cuando nos dimos cuenta de que nos seguían dos chicos desconocidos que nos decían cualquier cantidad de piropos. Al principio nos asustamos pero al escuchar que los piropos no eran muy feos comenzamos a reír con complicidad hasta que viendo nuestra reacción decidieron acercarse.
Para mi sorpresa eran super altos, uno rubio, el otro con el pelo negro y ambos con una contextura musculada. La verdad eran muy guapos, parecían modelos y por sus ropas se notaba a lo lejos que eran turistas.
Tratamos de seguir caminando pero ambos con cámaras en mano nos decían más y más piropos tiernos, que si mamita vente, que si nena que bonita te ves, y otros. Estábamos riendo como dos tontas cuando pasamos todos por el frente de una tiendita en donde el rubio compró par de chupa chups y nos los regaló muy sonriente. Le di las gracias y entonces fue cuando el más alto nos dice:
—Que andan haciendo tan lindas colegialas en la calle....
—Paseando— les dice Carolina
—¿Y no tienen clase?
—No— contesto yo
—¿Andan solas?
—Sip. ¿Ustedes quiénes son?
—Yo me llamo Jin y él Jimin. ¿Y ustedes?
Carolina me miró con cara de susto, pero yo di un paso hacia delante y nos presenté.
—Ella es Carolina y yo soy Lucía.
—Mucho gusto princesas—dijo Jimin.
—Que hermosas que están— continuó Jin y sonriendo se metió la mano en un bolsillo del pantalón sacando dos billetes de dos dólares cada uno.
—...Les voy a dar 2 dólares a cada una si se abren la blusita y nos muestran ese par de cositas que esconden.... ¿Qué dicen?
—No no no—.dijo Carolina
—No sean malitas mis niñas, muestrennos esos tiernos pechitos ¿si?
Ya Carolina poniendo cara de brava los iba a insultar por la falta de respeto de aquel chico, pero yo sonriendo la detuve.
—¿Aquí en la calle?
—Si mi reina, rapidito, no las van a ver nadie
—¡Lucía!—me grita Carolina sorprendida
—Tranquila amiga, se los mostramos y ya
—Oye a tu amiga y anímate— dijo Jin emocionado.
—Dos dólares es muy poquito, pero si me dan cinco si lo hago
Me quedé boquiabierta, quien se hubiera imaginado a la mojigata de mi amiga de negociante. Me dio sus cuadernos y su mochila y viendo que no venía nadie se fue desabrochando la blusa del uniforme del colegio y le mostró a ese par de hombres desconocidos sus tetitas pequeñas cubiertas por un sostén rosa de ositos. Me estaba riendo cuando Jin me tocó la mejilla.
—Viste, tu amiga si se quiere ganar el dinero, ahora te toca a ti....
—Ahora no te puede dar miedo tonta— me dice Carolina y se levanta el sostén mostrándole los pequeños pezoncitos a ambos chicos.
Volví a reírme mientras miraba para todos lados a ver si no nos veían, tome el chupa chups que tenía en la boca y se lo pase a Carolina por una teta, nos reímos del jueguito y Jimin me miró de arriba abajo.
—Aprende a tu amiga, mira que bonitas tiene las tetitas.....
—Anímate anda, yo te sostengo los cuadernos— Jin tomó mis cosas
—No sé, me da pena—y mire hacia lados haciéndome la falsa inocente— yo tengo los senos más grandes
—Mucho mejor. Anda, ábrete la blusita y nosotros te decimos si de verdad son mas grandes o no -
—Okey, ya voy
—Espera mi amor—dijo Jin y en un instante nos tomaron a ambas de las manos para meternos en un edificio que tenía el portal abierto.
Carolina seguía con las teticas al aire y los dos se deleitaron cuando yo me abrí la blusa y me vieron mis grandes senos. A diferencia de mi amiga yo tenía puesto un sostén blanco de encaje que marcaba generosamente mis pezones. Jimin me tomo una foto y me dijo sonriendo:
—Tienes unos pechos muy lindos
—Gracias—sonreí.
—Súbete el sostén—dijo Jin otra vez desesperado.
Carolina en venganza se sacó el chupa chups de la boca y me lo pasó por el pezón de mi teta derecha entre risas.
—Ambas tienen las tetas bonitas—agradecimos al unísono— y tú tienes muy bonitos los pezones Lucía —y estiró su mano tocándome el pezoncito izquierdo
—Gracias Jin, pero deja la manoseadera
En eso sentimos que abren la puerta del edificio, Carolina y yo nos bajamos el sostén y corrimos a la puerta abrochándonos las blusa mientras entre risas y nervios Jin recogía nuestros útiles escolares para salir de ahí. Caminamos mientras nos reíamos de la travesura y nos daban nuestras cosas, al ver que ya teníamos arreglada nuestras camisas, Jin nos da 5 dólares a cada una y luego pregunta:
—¿Y qué van a hacer mis niñas ahora?
—Vamos a seguir caminando
— ¿Por qué no vienen con nosotros a nuestro hotel, tomamos algo y hasta podemos duplicar ese dinero?
—Vamos pues—digo toda contenta pero Carolina me grita sorprendida.
—¡Lucía! ¡Tu estas loca!
— Cállate y camina — le digo agarrándola por un brazo
Y no tuvo más remedio que caminar asustada a mi lado mientras los chicos se apreciaban contentos, susurrando secretos en el oido.
—Lucía, tú estás loca... tengo miedo
—Tranquila, solo vamos a sacarle plata a estos hombres
2
—¿Qué edad tienen las jóvenes? — pregunta Jin
—Quince— le digo
—¿Las dos?— vuelve a preguntar boquiabierto y asentimos
Le dijo algo a Jimin que hizo que caminara más rápido y nos adelantara. Cuando llegamos a la puerta de un hotel, Jin agarrándonos por la mano, pasa y el dependiente al vernos le pregunta con una sonrisa en la boca:
—¿Sus sobrinas señor?
—Si, vienen a tomarse algo y salimos rápido
—Tranquilo, pueden tardar lo que quieran, ya está todo arreglado —dijo dependiente mostrando unos billetes que tenía en la mano
Claramente Jimin se había adelantado para pagarle a aquel hombre para que nos dejara pasar. Subimos al 3er. piso y ahí entramos en una habitación en la que nos esperaba. Nos sentamos los cuatro en un sofá, Carolina y yo quedamos juntas mientras Jin lo hacía a mi lado y Jimin al suyo.
—¿Quieren tomar algo?—pregunta Jin. Nosotras dijimos que no—¿Y Se quieren ganar 20 dólares?
—¿Cada una? —pregunta mi amiga con los ojos casi brillando. Acabo de descubrir que le encanta el dinero.
—Por supuesto princesa—dijo Jimin—.Lo único que tienen que hacer es quitarse la ropa
—¡No! yo me voy, a mi me da pena — y trato de levantarse del sofá, pero Jimin y yo la sujetamos
—Pena y nos acabas de enseñar las tetas
—Bueno eso era una cosa...pero esto si que me da pena
—Tranquila amiga, nos quitamos la ropa y ya, no pasa nada
—Si muñeca—intervino Jin—y para que veas que somos buenos, nos va a quitar la ropa. también... ¿Okay?
Carolina medio indecisa asiente y empieza a jugar con el lapicero dentro de su cuaderno.
—¡Qué bien, entonces...fuera la ropa! —
—Pero no me voy a quitar las braguitas—se queja ella.
—Okey amiga, para que estés mas tranquila, yo tampoco me las quito— digo levantándome para empezar a desvestirme.
Ellos entre risas se desnudaron en un segundo dejando a nuestras vistas aquel par de aparatos masculinos, el estar con dos niñas que se estaban desnudando le hacían tener unas terribles erecciones. Ya completamente desnudos se sentaron nuevamente en el sofá para ver cómo nos quitábamos el uniforme escolar, Carolina y yo nos quedamos en braguitas y nos sentamos nuevamente en el mismo lugar, la cara de mi amiga era un poema viéndole el pene a Jimin que dichoso sea de paso la tenía grande. Él la pilló mirándole y le preguntó
—¿Nunca le habías visto el pene a un hombre?
—No
—¿Y qué te parece?
—Se ve grande y rico...digo largo
—¿Y ahora qué? — pregunté yo con una sonrisa
—Saben que andamos calientes y queremos desahogarnos....
—¿Y eso que tiene que ver con nosotras?
—pues que Si son generosas con nosotros, nosotros seremos generosos con ustedes
—Okey, ¿qué quieres que hagamos?
—Lucía tengo miedo —me dice Carolina bajito al oído.
—Tranquila, tu haces lo que yo hago
Jin comenzó a besarme por el cuello mientras me sobaba una teta. Yo le agarre el pene, lo tenía duro y caliente, luego acercó su boca a la mía y nos dimos un beso, aquello despertó mi calentura y mientras nos besábamos oigo que Jimin excitado le dice a Carolina:
—Hazme la paja.....
—¿Qué es eso?
Deje de besar a Jin y me voltee agarrándole bien el pene para mirar a mi amiga:
—Agárralo así y muévelo así......
Jin jadeó al sentir las caricias. Ella por fin le agarró el miembro a Jimin:
—Guao que duro está
—Hazme como le esta haciendo tu amiga a mi amigo
—¿Así?-
—Así princesa que rico
Yo me volví a voltear hacia Jin, tomando ahora su miembro con mano izquierda para masturbarlo mejor mientras nos besábamos, fue un beso de lengua largo y prolongado, en aquel lugar solo se oía la manipulación que le teníamos las dos a aquellos desconocidos, Jin ya había manchado mi mano con todo su liquido pre-seminal y sudaba como un loco. Cambie nuevamente de mano porque me había cansado y entonces me dijo:
—Mi amor si se te cansan las manos puedes seguir con la boca...
No lo había terminado de decir cuando ya yo estaba bajando la cabeza para meterme aquel miembro en la boquita, chupe la cabeza y la tenía húmeda de tanto líquido que había soltado, lo metí en la boca y vaya miembro me estaba degustando, caliente, bien parado, salado y rico. Al poco rato me agarró por la cabeza y comenzó a moverla mientras me ayudaba con unos ricos movimientos de pelvis.
—Que rico nena
—¡Lucía!
Me había olvidado de mi amiga, me saque el pene de la boca y me incorpore a verla, esta le seguía haciendo la paja con la mano a Jimin.
—Lucía, ¿qué estás haciendo?
—Se lo estoy mamando pendeja
—Asco, que cochina eres
—Deberías de hacer lo mismo— dice Jimin acariciándole los pechitos
—No, que asco...
—Métetelo en la boca y veras que rico es
La muy boba hacia lo que yo le decía sumisamente. Se arrodilló frente a él y poniendo cara de asco comenzó a lamerle la punta del pene. Enseguida se notó que le gustaba porque comenzó a lamer y chupar la cabeza mientras Jimin gemía y se retorcía de gusto.
—Que rápido aprendiste princesa.
Aquellos chicos se encontraban en el paraíso, estaban completamente desnudos sentados cómodamente mientras dos niñitas en braguitas se les mamaban.
No podían pedir más, creí yo, pero Jin se inclinó para coger algo de una mesa que estaba al lado del sofá y puso un preservativo en mis narices. No hacía falta que dijera más nada, me quería penetrar, me saque el pene de la boca y tome el paquetico, en eso Jimin le da uno Carolina.
—¿Qué es esto?
—Eso e un condón tonta—le digo.
—¿Y para qué sirve?
—Para que te cojan.
—Eso no es para eso muñeca... bueno, es para eso, pero sirve para que no quedes embarazada —dijo Jimin con voz de profesor.
—¿Y cómo se usa?
—Se lo pones en el pene así —dije y tomé el pene de Jin, puse el condón en la cabeza y con la boca lo fui desenrollando a lo largo del falo, él se retorció de gusto.
—Pero qué bien lo pones puta.
—¿Puta?— pregunta Carolina.
—¿ No sabes lo que es una puta? le pregunta Jimin a mi amiga.
—Así le dice mi papá a mi mamá en las noches cuando están en su cuarto— respondió la muy inocentona.
—Las putas son mujeres que ponen el condón así como se lo puso tu amiga a mi amigo.
—Yo quiero ser una puta, enséñame Lucía.
Salí de las piernas de Jin y me apoye de las de Jimin, le agarre el pene que estaba durísimo y caliente, le dije a mi amiga que sacara la gomita del paquetico, lo hizo y lo puse en la punta mientras le decía a Carolina:
—Ahora con la boca se lo pones, con cuidado no te lo vayas a tragar.....
Trato de ponérselo pero no pudo, solo hacía que el chico sudara de lo excitado que estaba
—No puedo...
—A ver, hazte a un lado.
Le puse el condón a Jimin con la boca mientras él se retorcía de placer.
—Casi me haces acabar puta....
—¿Y ahora qué?—pregunta Carolina.
—Ahora vamos hacer lo que hacen mamá y papá en las noches—responde Jin
—Pero...yo nunca los he visto
—Ay esta niña virgen - Jin puso los ojos en blanco
—Vamos mi princesa —dijo Jimin levantándose del sofá — Vamos al otro cuarto para enseñarte lo que hacen tus papis y sepas por que tu papá le llama puta a tu mamá
—Lucía...
—Ve boba que te va a gustar
Se metieron por una puerta que comunica al otro cuarto mientras yo metía nuevamente el pene de mi amante en la boca.
—¿Tú si no eres virgen?
Negué mientras se la seguía chupando
—Eres una verdadera puta. Te la quiero meter toda, vamos a la cama
Me saque el pene de la boca y me levante quitándome las pantaletas. Me acosté y él se lanzó sobre mí para chuparme toda la conchita. Que sublime fue sentir su lengua lamiéndome, solo lo detuve porque estaba a punto de venirme y desesperadamente le dije abriéndole al máximo las piernas:
—Métemelo papi...
se colocó sobre mi y yo lo abracé con las piernas y cuando me lo metió oímos del otro cuarto un grito: ''Ayyyy Ayyy asi si Ayyyyy''.
—Creo que tu amiga dejó de ser niña
—Mmmm si, que rico ya yo pase por eso.... cojeme a mi papi, cojeme rico.....
Jin me hizo el amor divino mientras oíamos los quejidos de Carolina que al rato pasaron a ser gemidos, señal de que ya lo estaba disfrutando como yo. Jin me culeaba sabroso mientras me bañaba en sudor. No aguante y me vine mientras el lo hacia igual dentro de mi, lastima que lo hacía dentro del condón, con lo divino que es sentir la leche derramarse dentro de una... y descansó sobre mí hasta que me lo saco y quedo cansado recostado a mi lado. Me senté y le quité el condón, estaba cargadito de leche... que desperdicio. Lo tire en el piso y me acosté a su lado. Al rato aparecen Carolina y Jimin los dos con cara de satisfacción
—¿Qué tal ?—preguntó Jin
—Estaba muy apretada.
—Claro, te acabas de coger a una virgen.
—Lucía sangre.
Yo tomé a Carolina del brazo y la llevé al baño.
—¿Te dolió?
— Si.
—¿ Y Te gusto?
—Más todavía.
—No le cuentes nada a nadie, nos van a matar si alguien se entera de esto.
—Pero si fue rico.
—Si, pero no es correcto así que te quedas callada
—Okey.
Salimos del cuarto y ahí estaban los dos sentados en el sofá
—Nos tenemos que ir...
—Tan rápido, ahora es que viene lo bueno — me dice Jin
—Ya es tarde.
—Quedémonos un ratito mas —dice Carolina
—No, vámonos ya .
Mi amiga enfadada se puso a recoger sus ropas para ponérselas, estábamos nuevamente en pantaletas y listas para ponernos el sostén cuando Jin nos pregunta:
—¿Quieren tomar leche antes de irse?
— Si— dijo mi amiga.
Yo no pude evitar negarme, sonreí y me agaché. Siempre voy a querer tomar leche.
FIN
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