35 Su propio shhhhhh
Brother y yo volvimos a la sala. Ambos super sonrientes y súper relajados. Yo ya tenía la mente más despejada y no estaba tan resentida con Erick. Al final Sofí había resultado caerme más o menos bien y no podía odiarla por haberle tirado los tejos.
Cuando llegamos con las copas y con el hielo la rubia de pelo rosado estaba despidiéndose de todos alegando que había sido divertido pero que su Sugar daddy iba a pasar a buscarla y no podía decirle que no. Yo la despedí con una sonrisa y ella antes de irse volvió a elogiar mis artes para el sexo oral. Mariana no estaba nada contenta, tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido. Los chicos simple y llanamente charlaban, aunque Erick estaba un poco decepcionado, supongo que porque el ligue le duró muy poquito. Despedimos a Sofí y luego nos sentamos a jugar otra vez, aunque la silla que la chica estaba ocupando había quedado vacía y marcaba una evidente separación entre Erick y yo.
Las cartas volvieron a nuestras manos y todos nos miramos expectantes. Richard se había puesto a hacerse el graciosillo y Chris y brother le reían los chistes. Hasta yo tuve que reírme de algunos, pero Mariana seguía visiblemente molesta. Mi mano esta vez era buena. Agradecía haberme corrido hace poco porque ahora podía ver las jugadas con claridad y saber si debía de tomar riesgos o no. Como tenía una pareja de ases y en la mesa había una pareja de Sietes me dije a mi misma que podía ganar y así fue. Cuando busqué por el perdedor resultó ser Erick.
JAJ, me reí mentalmente.
Mi mirada desafiante se encontró con la suya, pero cuando pensaba que tendríamos una lucha silenciosa lo que me encontré fue con una mirada de gatito arrepentido. Casi esos ojos verdes consiguen ablandarme el corazón. Sino fuera porque no olvido como le comió la boca a Sofí a cinco pasos de mi.
—Mmm... ¿Quieres probar el semen tu también? ¿Qué te parece el de Chris?
Sus ojos se abrieron de par en par. Brother me dio un golpecito en la pierna y yo no pude evitar sonreír burlona. Me sentía salvaje y me encantaba. Sentía que por fin mis castigos estaban a la altura.
—Me corrí hace nada—dijo Chris. Eso no sale tan fácil.
—Que te la chupe—dije y los ojos de Erick se abrieron aún más. Tanto que hasta Mariana tuvo que soltar una risita.
—Tu me la acabas de chupar, te digo que no sale tan fácil.
—Argh—puse los ojos en blanco— Está bien, entonces que se toque y cuando termine que pruebe su propio semen.
—Ojojo—Richard soltó una carcajada y ambos nos miramos cómplices. Mi castigo tenía su total aprobación.
Al poco rato todos estuvieron de acuerdo, por lo que Erick no tuvo más remedio que aceptar. Suspiró agarró su silla y la corrió hacia atrás. Luego se quedó desnudo de cintura para abajo y se agarró el miembro que no estaba duro con la mano derecha. Pude notar su nerviosismo y lo entiendo, tocarte delante de tanta gente es definitivamente aterrador, pero al final es toda una experiencia. Richard y yo lo sabemos.
—No tengo material—dijo.
Y acto seguido como si me lo hubiera pedido a mi me quite el pullover que olía a semen y lo lance por los aires hasta que cayó en el suelo a pocos metros del sofá. Enseguida que me vio los pechos su verga comenzó a pararse y sus ojos se centraron en mis pezones. Yo estaba siendo la inspiración de su paja, y lejos de molestarme me excitaba.
Mariana me estaba mirando boquiabierta. Sé que de todos ella es la que menos se esperaba esto. Ahora mismo soy la única persona desnuda aunque todos los demás solo están cubriendo su parte intima. Aunque claro no es eso lo que la impresiona sino la confianza que aparento tener con mi propio cuerpo.
Llevo mis dedos a mis pechos y pellizco mis pezones, puedo ver como Erick se muerde el labio mientras va subiendo y bajando la mano por su pene que ya estaba a empezando a coger tamaño. Me sorprendía el hecho de que incluso él tuviera semejante aparato. De seguro que estos chicos se hicieron amigos en el club de las vergas riquísimas y bien grandes.
Me hizo una seña con la barbilla, muy sutil, pero la entendí a la perfección: quería que separara las piernas. No me agradaba hacerle caso pero sí que quería verle humillado tragándose su propio semen así que subí ambas piernas sobre la mesa y le deje ver una imagen privilegiada de mi conchita. Su verga dura se le escapaba de las manos y apuntaba hacia mi. Me imaginaba montando aquel pedazo de carne y gimiendo su nombre mientras él me azotaba el culo. Tanto placer me daba verle tocándose que inconscientemente lleve una mano a mi sexo.
Cuando me di cuenta la aparté y cerré las piernas. Estaba cediendo a sus encantos y no podía permitirme caer redondita a sus pies. Él parece que no aguantó más, cerró los ojos y comenzó a acelerar el ritmo con el que se masturbaba. Era tan rápido que me quede como loca, pensé que es imposible que yo pueda tocar a alguien así de rápido, soltó un gemido, y casi al instante comenzó a soltar los primeros chorros de semen. Yo no quería que se escaparan así que me acerqué, me arrodillé y puse las manos para recibirlo, pero también acabé con la mejilla y los labios salpicados.
Él abrió los ojos agitado, pensando que el semen se había evaporado, pero ahí estaba yo, a sus pies sujetándolo todo.
—Trágatelo—le dije—trágatelo todo.
—¿Quién eres y qué has hecho con Tanya?
Fue lo ultimo que dijo antes de arrodillarse frente a mi y comenzar a lamerme las manos llenitas de su propia corrida hasta dejarlas bien limpias y pegajosas. Después fue y me lamió la mejilla, para luego jalarme hacia si y darme un tremendo beso en los labios mientras me apretaba el culo.
No quería, pero no me pude resistir. Deje que su lengua jugara con la mía y que me llenara toda la boca con su propio semen que no se había tragado. Me la jugó, pero no me importaba. Sé que todo era muy sucio, pero ahí estaba yo disfrutándolo como una perra.
Después del beso actúe como si no pasara nada. No di muestras de asco ni tampoco de gusto. volví a mi silla y me senté como una señorita... una señorita desnuda y puta, pero en fin... No sé si es por el alcohol o las charlas con brother, pero me siento diferente. Los chicos y Mariana todavía estaban medio impactados, pero nadie se atrevía a decirme nada.
Yo misma me anime a repartir las cartas esta vez y mientras lo hacía como no deje que todos contemplarán mis tetas y mi culo. Total, si mañana cuando regrese la luz ya nadie se acordará de esto, mejor disfrutar del todo hoy. Luego me senté y me alegré al ver que mis cartas me daban para formar una escalera. Estaba muy confiada, tanto que hice que Richard se acobardara y se retirara en la segunda ronda. Al final me quedé solo con mariana y como era de esperarse ella acabó perdiendo.
—Que mala suerte—dijo tirando las cartas sobre la mesa.
¿Qué castigo podía ponerle a Mariana? Me encantaría que fuera algo con Chris para ver qué se traen esos dos, pero puede que sea algo malo y no quiero que una discusión nos estropee la noche. Además, hace rato que la noto descontenta, quizá porque Sofí se fue, quizá porque he destacado tanto que le he quitado el centro de atención o quizá por algo más, quién sabe... Sea como sea sé lo que le hace falta: Una buena cogida y aunque me duela tener que admitirlo se quien puede dársela.
—Cojete a brother...—dije suspirando y tratando de ocultar mi propia mala cara.
No quiero verles teniendo sexo. No quiero no quiero no quiero. Pero también sé que son novios, que no lo han hecho desde ayer y que hemos estado jugando al juego más caliente del mundo. Si brother no se la coge aunque sea una vez va a empezar a preguntarse qué está pasando y lo último que quiero es que se entere de lo que hacemos.
—Jaj facilito
—No he terminado—la interrumpo— cojete a brother pero por el culo.
La sonrisa desapareció de los labios de Mariana y se dibujó en el rostro de mi hermano. Chris y Richard empezaron a golpear la mesa y Erick al poco rato se les sumó.
—Erick tiene razón—me dijo—estás irreconocible Tanya.
Pero yo solo me tomé la copa de vino hasta el fondo y le sonreí.
—Salud—le dije— o te la metes por el culo o estás fuera del juego.
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