Strip Poker 36 Pobre Mariana

 



36 Pobre Mariana

Mariana se había quejado, negado, jalado de los pelos y me había insultado todo en menos de cinco minutos, pero lo cierto es que nadie se ponía de su lado, no sé si porque todos estábamos de acuerdo en subir el nivel de los desafíos o porque los chicos se morían de ganas de ver como le enterraban una verga a ese culazo que tiene la rubia. El caso es que de cualquier forma el castigo tenía que cumplirse.

—No lo tengo tan abierto como creen.

—No te preocupes hermanita, yo sé que tú puedes—dijo Chris dándole un empujoncito pero ella se cruzó de brazos y me miró con mala cara, luego su mirada bajó hacia mis tetas y luego volvió a mirarme con mala cara.

—Yo pensaba que eras más divertida—dije mientras le daba otro sorbo al vino y me reía por lo bajito— pero bueeeno si es demasiado para ti podemos darte algo más facilito.

Pude ver la rabia en su rostro. JAJ ¿Ahora quien es la niñita buena?

—No dije eso, solo dije que no lo tengo tan abierto como creen pero como sea. Esto no es nada. bebé, hagámoslo— y le dio la mano a brother.

Los chicos aplaudieron como bobos y pude ver como babeaban mientras Mariana se quitaba lo poco que le quedaba del body suit, se subía a la mesa y se ponía a cuatro patas.

Wow, hasta yo tuve que reconocerlo. En esa posición podíamos apreciar perfectamente toda su anatomía. Su gran culo quedaba paradito y expuesto mientras que su concha rosadita y abierta se apreciaba bien mojada. La muy puta, de seguro se había calentado viendo como Erick se hacía la paja.

Brother, que exhibía una sonrisa de oreja a oreja se estaba poniendo las botas antes de follarse ese culo. Se quitó el bóxer y se subió a la mesa dejándonos ver su verga erecta aunque si tengo que ser honesta no estaba tan dura como la he visto otras veces. Imagino que porque recién se corrió conmigo.

—Tres minutos—dijo Mariana y todos asintieron.

—Espera un momento—intervine—el tiempo no empieza a contar hasta que la tengas toda dentro.

Otra vez me dirigió una mirada mortal, y yo me escudé en el vino para sentirme segura, pero no me dijo nada, solo bajó la cabeza.

Brother se embadurno la verga de gel lubricante, cosa que no se de donde había salido pero que pertenecía a Christopher y Richard. También pasó un poco por el culo de Sofí que se movía de un lado a otro como preocupada. Me preguntaba como esa verga tan gorda iba a caber en ese agujerito tan estrecho.

—Dale métela—dijo ella y brother apuntaló la verga entre sus grandes nalgas. El show estaba por comenzar.

La verga de brother presionó contra el ano pero no entró. Era imposible que aquello entrara a la primera. Mariana seguía mirando hacia abajo, pero Christopher, Richard y Erick no pedían detalle de lo que pasaba.

—Con fuerza Zabdiel—dijo la rubia después de un par de intentos fallidos por parte de brother.

Entonces mi hermano levantó la pelvis, presionó con fuerza y logró entrar la parte de la cabeza al mismo tiempo que su novia emitía un quejido de dolor.

—Metela uhhh toda argh rápido.

La rubia apretaba los dientes y miraba al suelo, casi hubiera dicho que una lágrima se escapaba de sus ojos, pero es que no estaba segura. De lo que sí estaba segura es de que toda su seguridad y superioridad se estaban desmoronando. Agarré el cronómetro en la mano y me prepare para darle start en cualquier momento.

Brother empujó a Mariana hacia abajo. Sus pequeños pechos quedaron aplastados contra la mesa y su gran culo en pompa y con la cabeza de la verga clavada. Brother se inclinó hacia delante y buena parte de su verga se perdió en el anito de Mariana. Era un espectáculo ver como cada vez el agujero se iba haciendo más grande.

La rubia soltó otro quejido, pero brother se inclinó más sobre su culo y metía aún más su verga ancha. Vi como las piernas de la chica temblaban, pero seguía sin decir nada. Pensé en pedirle a brother que parara, pero él estaba muy animado y no lo culpo, si yo fuera hombre estuviera en las nubes sabiendo que la estoy metiendo en ese culo.

Entonces brother dio una gran embestida que nos dejó a todos con la boca abierta porque hizo que su polla desapareciera entre esas redondas nalgas. La cara de mariana se puso roja como un tomate y el grito desgarrador que dio de seguro se oyó en toda la cuadra.

—El tiempo Tanya—dijo con su último aliento.

Y  finalmente presioné el botón. Brother le agarró el culo con ambas manos y empezó a meter y sacar despacio, pero Mariana se había puesto muy blanca, excepto por la cara que tenía roja. Las penetraciones mantenían un ritmo lento pero constante y yo estaba empezando a calentarme viendo la escena.

Mi mano traviesa bajo a mi entrepierna descubierta y uno de mis dedos se posó sobre mi clítoris. Mire hacia los lados para ver si era la única atrapada por la magia del sexo anal y resulta que Chris y Richard se estaban masturbando mutuamente mientras que Erick se mordía el labio viendo la escena con el pene bien duro otra vez.

Poco a poco brother alcanzó un ritmo más rápido. Se notaba que le estaba gustando por el creciente ritmo de sus embestidas. Yo no pude evitar meterme un dedo y entonces sentí la mirada de Richard sobre mí, me sonrío y luego señaló a Mariana. Lo sentí como si fuera una señal que decía... la próxima a la que le van a romper el culito eres tú. Me sentí completamente ultrajada por unos segundos hasta algo que me sacó del paso. Una mano se posaba en mi pierna y amenazaba con tocarme. 



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