38 Inmóvil
Me quedé mirándolos con la boca abierta. Ellos los tres sonreían.
—Si lo que queremos hacer es una prueba—dijo Richard— you know a little test for Tanya. Let 's say that she can't move and has to stay quiet with the dick inside.
—uuu eso está bueno—dijo Erick.
Tuve que soltar una carcajada, pero lo cierto es que a mi también me pareció una buena idea. Era divertido, era diferente y definitivamente iba a ser un reto.
—Ok—dije—pero ustedes tampoco se pueden mover. El primero que haga un solo movimiento con la verga dentro de mi pierde la siguiente ronda ¿Aceptan?
Y tras pensarlo por unos segundos, todos dijeron que sí.
Mariana se había quedado muerta sobre la mesa y por supuesto lo comprobé antes de beberme de un tirón lo que quedaba de la botella de vino. Estoy segura de que voy a recordar estos instantes para toda mi vida. todos desnudos, ella K.O y los tres chicos con sus vergas paradas esperando por mi. No pude evitar morderme los labios.
—Yo quiero ser el primero—se adelantó Erick y lo mire de arriba abajo con descaro, deteniéndome por un buen rato en su verga claro.
Sonreí, me agarre las tetas con las manos y les dije que se sentaran uno al lado del otro. Juntaron sus sillas y ahora la cosa parecía un concurso.
Camine despacio hacia Erick viendo como esos ojos verdes no perdían detalle de mi cuerpo. Me puse de pie frente a él y coloque una pierna a cada lado de la silla. El se agarró el miembro con confianza para dejarlo quieto, pero luego miró al piso con timidez mientras yo me sentaba poco a poco encima suyo e iba introduciendo todo ese pedazo de carne.
—Aaaah—jadeó él cuando estuve completamente sentada. Claramente le gustó.
No pude evitar mostrar una sonrisa ganadora.
—Contando desde ya—dijo brother poniendo en marcha el cronómetro.
Bueno, me dije a mi misma, realmente no tengo que hacer nada. Es solamente resistir a la tentación de moverse. No me parece imposible.
—¿Qué pasa si acaba dentro?—'preguntó Richard.
—Callate idiota. ni lo menciones.
Y me dedico una pequeña risita. No me gusta que mencione eso ni jugando.
—Pero Erick mirala a los ojos—le dijo brother entre risas.
Y entonces me di cuenta de que Erick no había levantado la vista del suelo desde que me senté en su verga. Obligado por las palabras de brother tuvo que mirar hacia arriba y para mi sorpresa con que su cara estaba tan roja como la de Mariana cuando le estaban dando por el culo.
—Tanya—dijo mirándome a los ojos con su nariz a unos centímetros de la mía. Sentí como sus ojos verdes me desnudaron por mucho que estuviera ya desnuda— estás muy apretada que ri...ufff—y se mordió el labio.
Richard y brother tuvieron que reírse a carcajadas y mientras ellos estaban de risitas Erick me abrazó con cuidado de no mover las piernas haciendo que mis tetas chocaran con su pecho desnudo y su nariz quedará en mi cuello.
Mi corazón se disparó, pero mi cuerpo se quedó muy quieto. Me estaba abrazando... con cariño. Sus brazos me sostenían con ternura en vez de lujuria, sus manos acariciaban suavemente mi espalda y su aliento cálido hacía que se me se me pusieran los pelos de punta entre el cuello y la oreja.
—pe..pero Erick
—Si te miro soy capaz de correrme.
Eso hizo que un rayo de electricidad me recorriera de pies a cabeza. Las ganas de saltar su verga y hacer que perdiera el control y se volviera loco por mi cuerpo se apoderaron de mí por unos segundos.
—Si quieres puedo detener este juego—susurré como una tonta.—De todas maneras es estúpido.
—¡No!—se apresuró a decir— es solo que... he soñado muchas veces con este momento.
—¿Has soñado con esto?—tuve cuidado de no moverme ni un centímetro pero sí que sentía como su miembro palpitaba en mi interior.
—Digamos que si
—¿Y qué te parece ahora que la tienes dentro?
—Demasiado bueno para ser verdad.
Solté una risita y escuché la voz de Christopher que salía del baño y como se integraba a la conversación privada de Richard y brother. Algo sobre yates.
—Pues si lo que me dices es verdad es una lastima que no te puedas mover.
—¿Por qué te mentiría Tanya?
—No lo sé.
—Siempre estás a la defensiva conmigo.
—Hoy me obligaste a chupartela...
—Pensé que...
—Cállate.
—No. Quiero disculparme... actué muy mal. No estaba pensando con la cabeza sino con...
—con la verga... estoy de acuerdo—dije e intenté apartarme para volver a nuestra posición inicial, pero sus brazos no me dejaron.
—No pretendo que me perdones... por ahora...
—JAJ—tuve que reír, que creído.
—Pero al menos tienes que reconocer que esto es más excitante de lo que pensabas.
Y tenía razón, estaba utilizando esta pequeña discusión como una excusa para desviar mi atención de cómo se siente su polla penetrándome y las ganas que tengo de que se mueva en mi interior.
—estoy de acuerdo—puse los ojos en blanco.
—¿No tienes ganas de moverte... ni un poquito?
—No lo sé—mentira me estaba muriendo por dentro—¿tienes ganas de moverte tú?
Sentí como suspiraba en mi oreja y me daba un pequeño mordisco, pensé en rechistar, pero luego llegué a la conclusión de que debía seguirle el juego así que hice lo mismo, le di un pequeño mordisco seguido de un besito. Él pareció aliviado de ver mi buena reacción.
—Tengo ganas de ponerte en cuatro sobre la mesa y follarte por el culo como tu hermano acaba de hacer con Mariana—dijo como en un suspiro, con voz de asesino serial.
Su tono era tan profundo que temí que fuera a correrse. Ahora yo me había aferrado a su cuello y él apretaba y pellizcaba mi espalda descargando en ella toda la impotencia que de seguro le provocaba no poder follarme.
—¿ah sí?
Y me dio otro mordisco en el cuello.
—Sabía que ibas a estar rica Tanya pero...uff
Sonreí y giré un poco la cabeza para que mi pelo le cayera en la cara. no sé que tengo que lo vuelve tan loco. Quizá sea el hecho de que si estoy muy apretada y como no voy a estarlo si hasta ayer era virgen.
—Tus tetas, tus pezones—continuó diciendo—tu boca, la forma tan inocente con la que me miras, toda tú eres tan...
Yo era la que no me aguantaba más. Estaba a punto de mandar todo a la mierda para moverme aunque sea un poquito y sentir por fin lo que se siente cuando cuando el cronómetro sonó y como flechas y todas las miradas se dirigieron hacia nosotros.
Cerré los ojos y suspiré en su oreja. Él hizo lo mismo y sus pulgares se clavaron con fuerza brutal en la parte baja de mis caderas. No quería, de verdad que no quería, me sentía como si fuera una niña pequeña y me hubieran quitado mi muñeco favorito, pero tuve que poco a poco, disfrutando de deslizarme a lo largo de su verga salir de dentro de él y ponerme de pie.
En cuanto estuvo fuera sentí como mi mundo se vino abajo, no había pasado ni un segundo fuera y ya lo extrañaba. Nos miramos, y él con la verga paradísima e hinchada me sonrió, Yo hice lo mismo y sentí que con mis labios le estaba diciendo estás disculpado idiota al tiempo que le daba un imaginario beso en la mejilla. Como me voy a enfadar si acabo de descubrir que soñaba con este momento.
—Ahora es mi turno Sis—dijo brother frotandose las palmas de las manos.
Volteé a verlo y sonreí aún más. Siempre voy a estar dispuesta a sentarme en su verga.
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