Strip Poker sin límite Arco 2
17
Me despierto con un beso en la mejilla. Brother me sonríe mientras me dice que me levanté a regañadientes.
—¿Qué te pasa Taehyung? Son las 10 de la mañana—chilla Charlie.
Tan temprano. Por dios si nos fuimos a dormir a las cuatro.
—El ejercicio llama—dijo—¿No es así Jin?
Su amigo por supuesto lo secundó. Puse los ojos en blanco. Hombres.
Por fin me pongo de pie. Siento que me falta mucho por descansar. Estaba teniendo un sueño tan hermoso, no recuerdo con que era pero… se sentía muy bien.
—Ehmm Tanya—me dijo Jungkook— te ves muy bonita cuando acabas de despertar.
Mi corazón dio un vuelco. Me sonroje al instante y quise esconderme debajo del sofá.
—Gracias.
Y respondí de la forma más fría que pude. Es que soy estúpida.
No dijo nada más, me dedicó una media sonrisa y se fue. Charlie siguió quejándose de la hora y solo por esta vez le tengo que dar la razón. Taehyung y Jin ya estaban desayunando. Me pregunto con permiso de quién, porque ese pan y esa leche no son suyos. Brother se unió a ellos y al poco rato Jungkook también. Yo estaba demasiado cansada como para comer o como para aguantar los gritos de Charlie tan temprano. Solo bebí un vaso de agua, subí las escaleras y fui directo a mi habitación. Intenté poner el aire acondicionado pero todavía la luz no había regresado. Odio dormir con claridad, pero no tuve más opción, abrí las ventanas y en pocos segundos puff me quedé profundamente dormida.
(88)
'Cause I-I-I'm in the stars tonight. So watch me bring the fire and set the night alight. Shoes on, get up in the morn'. Cup of milk, let's rock and…
—Alo—respondo el teléfono furiosa. ¿Quién llama a estas horas?
—Sis, soy yo. ¿Todavía estás durmiendo?
—Si—digo con voz de sueño.
Si lo sabe para qué pregunta.
—Siento despertarte, pero necesito que nos traigas el cronómetro.
—¿Cronómetro? ¿Para qué? No inventes ahora brother tengo mucho—bostezo— sueño.
—Vamos Sis. No hay corriente y lo necesitamos.
—Por favorcito Sis—oigo la voz de Taehyung al otro lado del teléfono.
—Dale Sis por favorcito—ahora la de Jin.
Los maldigo. Sus voces suenan muy cómicas y me hacen reír. Lo peor que le puedes hacer a una persona somnolienta es hacerla reír. La risa activa todos sus sentidos y adiós sueño para siempre.
—¿Por qué no vienen ustedes a buscarlo?
—Imposible. Estamos en medio de la rutina.
—Que descaro.
Nuevamente pongo los ojos en blanco. No puedo creer que me vayan a hacer poner un pie en un gimnasio. A mi, a Tanya, la chica alérgica a las máquinas.
Por un segundo me pregunté cómo el gimnasio funcionaba si no había electricidad, pero luego recordé que las máquinas no se conectan a la corriente. Y me quedé como boba riéndome de lo caótico que sería un gimnasio con cables de electricidad y los horribles accidentes que causarían.
—Sis te estoy hablando.
—Si si ya voy. Ya déjame en paz por favor.
—Bien—te esperamos—Te Quiero.
—Yo te odio.
Cuelgo el teléfono. No me quiero levantar, me cuesta horrores decirle adiós a mi camita. Pero que no hace una chica por su hermano mayor…. y primer amante. Ok, olvidemos eso último.
Me pongo de pie y ¡Dios mío del amor hermoso! ¡Me cago en todo lo cagable!
Siento un tirón desde la punta del dedo gordo del pie hasta mi entrepierna. No es un dolor muy grave pero si muuuuy incómodo. Quiero llorar y volver a la cama. Ya decía yo que era muy raro que hubiera tenido mi primera vez sin ningún inconveniente.
Fui al baño, me lave los dientes y me duché con agua caliente a ver si lograba aliviarlo. Nada de nadita de nada, fue inutil así que como no use nuestro buen consultor Google.
El dolor desaparecerá más rápido si se vuelven a tener relaciones sexuales.
Jaj, tiene que estar bromeando. Jaj, volver a tener relaciones sexuales dice. Que chistoso google, que chistoso.
Como no podía estirarme hasta el tope de mi armario sin que me doliera tuve que ponerme lo que estaba a mi alcance. Un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca. No está mal excepto porque esta camiseta viene con su propio sostén y no suelo ponermela porque puede que si me muevo mucho se me salgan las tetas.
Póntelo Tanya qué más da. Me dice la vocecita de mi cabeza y decido hacerle caso. Al final mi madre no está aquí para regañarme.
Tomo mi bolso y echó dentro las llaves, un brillo de labios, el cronómetro y casi que mi teléfono celular, pero el pobre está que casi se descarga por completo. Te echo tanto de menos pequeñín, volveremos a estar juntos pronto, no te preocupes. Lo dejé justo donde estaba. Me recogí el pelo, me puse las gafas de sol y bajé conteniendo la respiración para que no doliera tanto.
El salón estaba hecho un desastre. Cartas de poker, fichas de parchís y platos sucios sobre la mesa. Cojines en el piso del salón y botellas de licor vacías en la cocina.
Suspiré, parece que a nuestros invitados de honor se les da muy bien ensuciar pero no tan bien recoger y por supuesto brother de seguro ni se preocupó por ello.
Decido ignorarlo. Si él no le dio importancia, ¿Por qué debería hacerlo yo?
Camino con cuidado de no estropear nada más de lo que está y veo como hay una mancha de humedad sobre la silla en la que yo estaba sentada. También decido ignorarla y no entrar en pánico. Tengo tiempo de arreglarlo, todavía falta mucho para que lleguen mamá y papá.
Abro la puerta, cierro con cuidado, el sol me golpea en la cara pero mis ojos están bien protegidos por mis gafas de sol. Maldigo una vez a mi hermano y voy caminando raro a tomar un taxi.
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Ya estoy aquí y Uh, preferiría no estarlo. Chicas delgadisimas con cuerpos atléticos me miran como un bicho raro y músculitos tonificados hacen ruidos sexuales al levantar pesas. ¿De verdad pesan tanto o es solo puro show?
Miro hacia los lados totalmente desorientada. Parece que sin electricidad toda la ciudad decidió que hoy era un buen día para hacer ejercicio. Definitivamente este no es mi ambiente, mayas de licra de colores fosforescente por doquier con olor a sudor y alcohol de noventa. No gracias.
Al primero que localizo con la mirada es a Taehyung. Está empapado en sudor y su piel brilla bajo el foco de luz fluorescente. Está apoyando el hombro sobre una de las máquinas y como era de esperarse coquetea con una pelinegra que tiene cara de fresca y los labios inyectados. Mi mayor miedo es apuntarme al gimnasio y convertirme en alguien como ella.
El segundo que veo es Jin. Está levantando pesas. No sé de cuánto serán esas pesitas, pero no son nada comparadas con las del musculitos que está a su lado cargando tres veces la misma cantidad que él. Igualmente parece que no le importa, él está más concentrado en intercambiar miradas cómplices con Taehyung mientras su amigo se dedica al arte del ligoteo. Me sentí traicionada, pensé que esas miradas eran solo cuando se trataba de mi.
Por mucho que seguía mirando hacia los lados no podía ver a brother. Tras meditarlo mucho pensé que mi mejor alternativa era molestar a Jin, el seguro podría decirme donde encontrarlo. Lo malo es que como me está dando la espalda voy a tener que salir de la esquina y meterme en el sinfín de gentes máquinas y pesas. Pongo los ojos en blanco, de verdad no soporto los gimnasios.
Camine con cuidado de no chocarme con nadie, pero era más difícil de lo que pensaba. Este lugar es diez veces más chico que los pasillos de mi colegio y tenía tres veces más gente. Intenté pasar sin molestar a nadie pero acabé chocando con una señora.
—Lo siento, lo siento—dije. Ella no me respondió, solo me miró feo.
¿Qué estoy haciendo en un gimnasio? Brother todo es tu culpa
—Todavía estás ahí. Camina—me empujó.
—Lo siento, lo siento.
Caminé hacia delante, pero me he perdido. Ya no sé ni en qué dirección voy. Para colmó siento el tirón en mi entrepierna.
—Ey—¿Qué estás haciendo aquí?
Escuché una voz desconocida, pero no sabía si se estaba refiriendo a mi o no. Así que hice oídos sordos.
—Te estoy hablando a ti chica del pantalón.
Me di por aludida y me volteé a ver quien pronunciaba semejantes palabras. El chico estaba levantando dos pesas pequeñas y sus bíceps se marcaban bajo su camiseta sin mangas. Mamma mía… es el segundo mejor cuerpo que he visto en mi vida. El primero es el de Taehyung obviamente.
—Todo el mundo usa pantalón—le dije.
—Si, pero no en un gimnasio.
Y entonces me di cuenta de lo estúpida que me veía. entre lycra y shorts yo era la única con pantalón de mezclilla. De todas las cosas que podrían avergonzarme en la vida, jamás pensé que usar un jean fuera una de ellas.
No dije nada, me sonroje y esperé a que él dijera algo.
—Deberías anotarte. Con un cuerpo como ese cuatro meses y serás la más buena de la cuadra.
Abrí los ojos como platos.
—¿Perdona?
Tuvo que reírse. Sus ojos me recorrieron de arriba abajo con descaro y se posaron por un rato en mis pechos. Sabía que esta blusa y su maldito sujetador eran un peligro.
—Déjame que me presente. Soy Suga, soy el entrenador aquí—extendió la mano.
Aaa. Ya lo entiendo todo. Debí haber sospechado. ¿Por qué alguien se iba a fijar en mí cuando está en una habitación plagada de chicas guapas y con el culo tan grande como Charlie?
—Mucho gusto Suga—dije y extendí mi mano. La tomó con cuidado y me miro sonriente—pero ese truco para conseguir suscripciones no funciona conmigo. Odio los gimnasios.
Él soltó una risita. Parece que se lo tomó como una broma, pero yo solo estaba siendo honesta.
—Yo te dejo que te lo pienses. Este gimnasio tiene muchas ventajas. Ya te irás dando cuenta.
Acarició la palma de mi mano con su dedo pulgar mientras yo sonreía como una boba. Sus ojos intrigantes me llamaban mucho la atención. Además, estaba más bueno que el pan.
—Lo siento pero no estoy interesada—dije apartando mi mano—¿Me dejas pasar?
Él y sus pesas me bloqueaban el camino. Mientras se movía pude ver a bother caminar junto a Jin.
—Gracias—dije una vez se apartó y caminé por su lado pero justo cuando estaba a pocos centímetros suyo noté como algo duro se apoyaba en mi pantalón.
Le miré incrédula. No puede ser. Deben de haber sido imaginaciones mías. Nunca había interactuado de esa forma con un hombre antes, pero claro antes no tenía ni idea de lo que era el sexo y jamás me hubiera atrevido a usar esta camiseta. ¿Será que mi energía sexual está despertando?
Seguí caminando buscando encontrarme con brother.
—Sorpresa—dije poniéndole las manos en la espalda como él me había hecho a mi pero la sorpresa me la llevé yo cuando derramó su zumo de melón completo sobre mi camiseta.
Jin se echó a reír. Di un grito y todo el mundo volvió a vernos.
No puedo explicar la humillación que sentí en ese momento. Brother se disculpó pero ya era muy tarde, saqué el cronómetro del bolso y se lo entregué con lágrimas en los ojos.
Odio esto, odio que todo el mundo me mire, odio ser la única con jeans, odio que se burlen de mí, odio tener manchada la blusa, odio el melón y sobre todo odio los fucking gimnasios. Apreté los puños y salí de allí casi corriendo y chocando con la gente.
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Como pude llegue al baño y me paré a verme en el espejo sobre el lavamanos. Tuve que reírme, que patética soy, ha sido solo un accidente, no puedo seguir lloriqueando por cosas como esta, desde ayer ya soy una mujer y las mujeres no hacen berrinches.
Me sequé las lágrimas y me lave la cara para eliminar los restos de jugo. Luego miré a ambos lados que no estuviera nadie y me saque la camiseta por la cabeza. Se me ocurrió que si soy lo suficientemente rápida puedo lavarla y secarla con el secador de manos.
Pasaron unos minutos y yo restregaba la blanca tela bajo el grifo para que se quitara la mancha. Esto tenía que ser cosa del destino porque de todas las frutas el melón es mi menos favorita.
Sentí como se abría la puerta. Estaba en tetas así que mi respuesta rápida fue cubrirme con las manos. Por favor que sea una chica, por favor que sea una chica.
—Hi—dijo Suga—pensé que podrías necesitar ayuda.
Le mire directo a los ojos. Es lindo de su parte preocuparse por mi pero ahora mismo estoy en una situación embarazosa.
No supe qué decir así que negué con la cabeza y señalé en dirección hacia la puerta mientras trataba de arreglármelas para cubrir mis tetas que se me escapaban de las manos. Sé que me las miró por un largo rato pero finalmente entendió y se fue.
Suspiré, menos mal porque no creo que hubiera podido resistirme si intentaba algo. Volví con mi tarea de lavar la blusa y me sorprendí cuando lo vi detrás de mí en el espejo.
—¿Por qué vuelves?—me voltee para regañarlo pero su respuesta fue agarrar una de mis tetas.
—Oye
—Hermosas—me dijo
Y me tapo la boca con un beso
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Sus besos eran raros. No eran familiares y cálidos como los de brother, estaban llenos de lujuria y arrebato y no sabía muy bien cómo reaccionar a eso.
Su otra mano se posó en mi pecho izquierdo y comenzó a amasarlo con brusquedad y a pellizcarme los pezones.
—¿Qué estás haciendo?
—Ayudando.
Yo todavía estaba en shock cuando su cabeza bajo y sus labios atraparon mi pezón derecho. Gemí. por supuesto que me calienta que me toquetee las tetas, sus labios alrededor de mi botoncito me hicieron recordar el consejo de google.MMMM. Quiero que este dolor desaparezca así que lo mejor es que me deje llevar y vuelva a tener relaciones sexuales. Me mordí el labio.
Estuvo chupándome las tetas por un rato largo, lamiendo chupando y mordisqueando mis pezones sin piedad hasta que me volvió a poner de cara al espejo con las manos apoyadas contra el lavamanos. Sé lo que quería y pensaba ponersela bien fácil así que sin pensármelo ni un segundo desabroche mi pantalón y me lo quite con destreza. Le vi sonreír en el espejo y bajar su mirada hasta mis nalgas.
—Resultaste ser una puta—dijo y me volví a morder el labio.
Sus manos se deslizaron hacia mi culo. Comenzó a amasarlo y apretar mis nalgas con cuidado, recorriendo y amasandolas hasta que llegó a mi entrepierna y se dedicó a marcar la raya de mis labios vaginales.
Mientras disfrutaba de sus curiosas manos me miré frente al espejo. Exactamente como dice, parezco una puta. Dejé que jugara con mis tetas a su antojo y ahora lo mismo con mi culo.
Sus manos hábiles deslizaron hacia abajo la fina tela de mis bragas y rapidamente sus dedos se colaron en mi sexo ya mojado. Me susurró al oído que estaba mojadita, pero yo eso ya lo sabía. Luego me levantó la pierna para que sus dedos alcanzaran más profundidad. Mi espalda se arqueo hacia atrás y sus labios se apoderaron de mi cuello.
—Resultaste ser muuuy puta—volvió a decir.
—Y tú muy lento—sonreí—¿Qué esperas para follarme?
Sus labios se abrieron para formar una O. Parece que no se esperaba esa respuesta. Luego de asimilarlo sonrió malicioso y se relamió los labios.
Tan rápido como se deshizo de mis bragas deslizó su short holgado al suelo y dejó su miembro reluciente a la vista. No me decepcionó, era largo y cabezón. Sabía que iba a sufrir un poco mientras lo tuviera entre las piernas pero también sabía que me iba a hacer sentir en el cielo.
Otro impulso de calentura me llevó a inclinarme sobre la loza. Mi sexo palpitante pedía a gritos ser ensartado. Coloqué ambas manos en cada una de mis nalgas y las abrí invitándole a follarme.
—Dale—le dije— Metemela.
Pensé que caería en mi provocación, me la clavaría de una y yo gritaría y lo gozaría como toda una puta, pero no, solo dio un paso hacia delante y empezó a frotar su miembro por mis labios vaginales muy lentamente.
La verdad eso se sentía de maravilla, no me pude quejar. Quizá se dio cuenta de que soy casi virgen y necesitaba un poco más de preparación antes del gran momento. Retiré las manos de mi culo y las llevé a mis tetas, me dediqué a amasar mis pechos mientras él jugaba a frotarla y no meterla.
Después de unos minutos note como empezaba a gemir y me preocupé. Ya había pasado mucho tiempo. ¿Y si no hace nada más? ¿Y si esto es todo lo lejos que va a llegar?
Mi instinto me dijo que tenía que hacer yo misma el trabajo. Moví mi cuerpo de adelante hacia atrás tratando de que su verga entrara al menos un poquito más, pero me fue imposible, él anticipó todos mis movimientos esquivando la penetración.
Estoy comenzando a enfadarme. Estoy tan mojada que podría llenar una piscina. Necesito sexo ya.
—¿A qué estás esperando?
—Las perras como tú tienen que rogar que se las meta.
Puse los ojos en blanco. ¿En serio está pensando en jueguitos cuando me tiene abierta mojada y caliente para él? Este chico o es tonto o ha follado demasiadas veces en su vida.
—Metemela de una vez
—Por favor
—Por favor —pongo los ojos en blanco— metemela de una vez.
Hizo como que iba a follarme y apreté los labios. Pero fue todo una pantomima, porque su pene jamás entró. Mierda.
—Papi—dijo.
—Por favor papi—lo quiero matar, pero me esfuerzo por sonreír—metemela de una vez.
—Soy tu perra.
Dios míooo. ¿En serio? ¿Me quiere volver loca o qué?
—Soy tu perra.
—Dilo todo junto.
—Por favor papi metemela de una vez.¡Soy tu perra!
Lo vi sonreír y luego darme una nalgada. Me encantó sentir la sensación de sus manos castigando mi piel. Me preguntaba si me nalguearía otra vez cuando me la metió derrepente y sin piedad. Di un grito largo y me mordí la lengua.
—Animal—le dije.
—Callate perra.
Comenzó con el mete y saca. Yo chillaba y sus caderas se movían hacia delante y hacia atrás golpeándome sin darme siquiera tiempo a respirar. Todo el dolor que sentía había desaparecido ahora solo notaba como su pene me invadía y se acomodaba dentro de mi.
—Estás muy apretada perra.
Volvió a darme una nalgada. Yo gemí y dejé que me siguiera penetrando.
—Abrete el culo perra estás uff estás muy apretada.
Sin decir nada hice lo que me pidió. Me incliné, tanto que mis grandes tetas descansaron sobre la losa fría y con las manos volví a abrirme las nalgas como lo había hecho antes.
En esta posición podía notar exactamente cuando su pene entraba y salía de mi vagina y me encantaba. El no poder apretarme a su pene y que entrara y saliera de mi con mucha facilidad me llevó al siguiente nivel. Empecé a mover el culo y logré sincronizar mi ritmo con el suyo. Él comenzó a gemir y yo a emitir chillidos. Toda la verga dura y caliente entraba y salía dentro de mí abriéndome toda.
Me agarró del pelo y me jalo hacia él, grité y dejé que me embistiera con más fuerza mientras sostenía mi culito para él. La penetración siguió, pero ahora era tan rápido que me estaba volviendo loca. Puse los ojos en blanco y comencé a gritar
—Si si Que rico. Si más duro por favor.
Sentí su respiración entrecortada mientras me la clavaba con fuerza y para colmo sus gemidos cortos y masculinos me calentaban todavía más.
—¿Así más duro puta eh? Ruega que te la meta.
—Por favor papi metemela por favor.
—Soy tu perra
—Ay si. Soy tu perra.
A este punto de calentura podía pedirme lo que quisiera que yo ya era suya. Me la metió tan rápido que me balancee y quite las manos de mi culo. Enseguida mis nalgas cubrieron todo su pene y note como se apretaba entre mis piernas. Estaba tan apretado que me llevó al borde del orgasmo. Puse los ojos en blanco y gemí, pero no fui la única anonadada por la situación. él también cerró los ojos y me folló rápido y con penetraciones cortas mientras una sensación caliente inundaba mis entrañas.
—Oh si así puta
Yo gemía y gemía y él desenfrenado terminó de correrse mientras me recordaba que era su perra.
Su respiración bajo, sacó su verga de mi interior, enrolló el condón y lo depositó en la basura. Ni siquiera me acuerdo en el momento en que se lo puso. Luego me agarró del cuello y me besó una vez más.
20
Todo está muy bien, la cogida maravillosa, él ya podría estar complacido pero yo… yo necesito más.
—Vamos a tomar una ducha—dijo y me jalo de la mano. Tomé la blusa, mi braga, el pantalón, los apreté contra mi pecho y lo seguí.
No tenía idea de que dentro del baño había una compuerta que llevaba a las duchas. Si lo hubiera sabido no me hubiera quedado en tetas frente a la puerta como una boba.
Puse la ropa en la taquilla más cercana y me metí bajo la ducha fría. Él vino a los pocos segundos y comenzamos a besarnos otra vez. Mi sexo todavía se sentía lleno y con ganas de de soltarlo todo, pero su pene estaba flacido y lo entiendo, todavía tiene que reposar un poco.
Mientras lo besaba aproveché para restregarme junto a él. Aunque su pene no estaba despierto frotarlo por mi vagina se sentía mejor de lo que aparentaba. ÉL se dio cuenta de mi sed de sexo y bajo la mano hacia mi culo. Solté un gemido y se lo agradecí mucho. Sus manos apretaron mis nalgas y las nalguearon hasta dejarlas rojas. Yo me abracé a su cuello y dejé que hiciera lo que quisiera. A los pocos segundos dejó de prestar atención a mi zona trasera para concentrarse en mi abdomen, lo recorrió despacio y coló dos dedos dentro de mi.
—¿Se siente bien?
Asentí. Se siente de maravilla. Cerré los ojos, podría quedarme horas y horas bajo la ducha solo disfrutando de cómo sus dedos índice y anular entraban y salían.
—¿Todavía quieres correrte, eh perra?
—Lo que se sabe no se pregunta.
Me volvió a besar y aprovechó para morderme el labio al tiempo que introducía otro dedo más dentro de mi. Mi cuerpo se elevó y él me cargó con sus brazos fuertes y me apoyó contra la pared. Su pene ya se había vuelto a endurecer y me chocaba contra la entrada de la vagina. Abrí las piernas como pude y recé porque esta vez se dejará de jueguitos. Así fue, su verga se deslizó con facilidad dentro de mi tanto como mis jugos se lo permitieron. Gemí y le arañé la espalda. Me gusta demasiado esto.
Su pelo mojado le caía sobre el rostro y las gotas de agua se le acumulaban en las puntas. Tenía el abdomen más sensual del mundo y su polla estaba ensartada en lo más hondo de mi vagina. Me sentí una chica con suerte.
Esta vez no se movía tan rápido como la anterior, pero sus caderas y la mía se sincronizan a un ritmo perfecto. El empujaba hacia dentro y yo apretaba las piernas. Por los gemidos que hacía podía decir que le estaba encantando.
Me sujetó las piernas con más fuerza y yo traté de mover el culo tanto como la posición me lo permitía. Mis tetas rebotaban delante de su cara y él las miraba como un loco hipnotizado sin dejar de moverse.
El escalofrío con el que ya estoy familiarizada me recorrió de pies a cabeza. Sabía que estaba a punto de correrme. Afinque las manos en su espalda y me moví más de prisa, él lo noto y comenzó a bombearme con fuerza.
—Dale perra, correte con toda mi verga dentro de ti.
Note como mi respiración se aceleraba y que me llamara perra solo me ponía más caliente.
—Mira cómo saltas sobre mi verga, se nota que te encanta.
No lo pude resistir más, gemí, grité y jadeé como la perra que cree que soy. Puse los ojos en blanco y comencé a saltar para todos lados enloquecida. Fue tanto el descontrol de mi cuerpo que su polla se salió de mi y para su sorpresa comencé a soltar chorros por la vagina llegando a salpicarlo.
No podía detenerlo, ni mi corrida ni los espasmos que sentía por todo el cuerpo. De hecho las piernas me temblaban tanto que ni pude mantenerme en pie, aún con los ojos en blancos y la mirada perdida me dejé caer al suelo y seguí corriendome por un buen rato. No podía verle, ni a él ni nada, todo estaba nublado y brillante. La única sensación que podía diferenciar era la del agua fría sobre mi piel ardiente. Una absoluta maravilla.
Cuando por fin mi respiración comenzó a normalizarse le vi, con la mirada pervertida y la polla aún bien dura, se agachó, me puso la mano en la barbilla y me obligó a arrodillarme- Luego metió un dedo dentro de mi boca y empezó a soltar chorros de semen en dirección a mi cara.
Me quedé inmovil recibiendolos y observando como su rostro se contraía cuando descarga toda su lechita sobre mi. Sonreí, me excitaba tanto verlo así.
Cuando terminó me extendió la mano, se notaba cansado, casi desfallecido. Imagino que luego de levantar esa pesa y echar dos cogidas hay que darle una medalla. Nos quedamos ambos abrazados bajo el agua por un largo rato. No sé si él sosteniendome a mi o yo sosteniendolo a él .
Eres una puta Tanya, eres una puta. me decía la vocecita dentro de mi cabeza. ¿Pero qué más da si me comporté como una verdadera puta o no? Al menos nadie me ha visto.
21
Llego a casa. Y en cuanto cierro la puerta siento como si el mundo fuera un apocalipsis y yo acabara de llegar a un refugio. Ni siquiera doy un paso, me dejo caer lentamente al suelo contra la puerta y no puedo evitar hacer otra cosa que sonreír… lo que he hecho es una cosa sin precedentes y algo de lo que jamás me creí capaz… Definitivamente la Tanya del lado oscuro existe y ella si que sabe cómo vivir la vida.
Me acuesto en el suelo y miro al techo. ¿Será que hoy es el mejor día de mi vida?
(88)
Después de fantasear y recordar mi loca aventura con el coach del gym, decido ir a tomar un baño. Estaba más que limpia pero igual sentí que lo necesitaba. Estaba en modo hot y solo el agua fría puede calmarme y devolverme a mi centro, donde vive la chica dulce, amable y tímida.
Gracias a Dios Tanya volvió.
Abrí las ventanas de la habitación y dejé que entrara la luz clara, decidí ponerme un pulover holgado y un short de andar por casa. Eso si, ni bragas ni sujetador, estaba sola así que no tenía que andar escondiendo tanto mi cuerpo. Me recogí el pelo en un moño alto pero no muy apretado y decidí ponerme a recoger un poco. El primer piso estaba hecho un asco, pero mi cuarto no se quedaba atrás. Intenté poner música, pero mi pobre teléfono está en cinco porciento y lo quiero reservar por si acaso mi madre llama, aunque por lo que veo las vacaciones van genial y no se acuerda de mi existencia.
Entonces tuve una genial idea, mi padre, el padre biológico de Jimin, tiene un tocadiscos antiguo en su estudio. La verdad nunca me había interesado por el aparato primero porque para qué si existen los teléfonos móviles y segundo porque el hombre es muy quisquilloso con sus cosas y yo trato siempre de no incomodar…
…Empiezo a cuestionarme mi personalidad, ¿Será que soy demasiado tímida y sumisa? ¿Será que por eso hice lo que hice con Suga? ¿Porque tengo dos personalidades?
Bueno, ¿Cómo saberlo? Suspiro, me aparto el pelo de la cara porque el moño ya empezaba a deshacerse y bajo hacia el estudio. Había muchos discos viejos y enormes. Yo no soy mucho de escuchar música antigua, no me lo pienso mucho y me decanto por el primero, uno de un tal Frank Sinatra.
Para mi sorpresa comienza con una canción que conozco, aunque lo que conozco es una versión más moderna claro. Un remix. De cualquier forma disfruto de la música y voy medio caminando medio bailando hasta la cocina. Empezaré por ahí.
La cocina es lo que menos sucio está. Solo tengo que tirar las botellas a la basura y asegurarme de que brother la saque antes de que nuestros padres regresen. Es increíble como logramos acabar con dos botellas tan grandes y no puedo excusarme y decir que fueron Jin y Taehyung porque la verdad verdadera yo bebí tanto como ellos.
Mi cuerpo se mueve al ritmo suave de la música. Y me imagino bailando en un salón lleno de luces y micrófonos antiguos, con un vestido de lentejuelas y una pluma en la cabeza. Me río cuando me doy cuenta de que mi acompañante es Jungkook.
Ding Dong. Suena el timbre y me alarmó. No puede ser brother, él todavía está en el gym con los chicos y a mis padres aún les quedan varios días en Hawaii. ¿Quién sería?
Me dirijo hasta la puerta. Abro con cuidado y oops, parece que lo llame con el pensamiento. Sus ojazos aparecen frente a mí mirándome con una sonrisa demasiado bonita. Es Jeon Jungkook.
—Hola Tanya—me dice
—Hola Jungkook—respondo.
No puedo evitar verle y ruborizarme. Además de eso una sonrisa traicionera ilumina mi rostro. Si supiera que le acabo de imaginar en un traje blanco holgado con una corbata negra y un sombrero de copa guiandome hacia la pista de baile y besando la punta de mis dedos.
—¿Puedo pasar?
—Si claro, adelante.
Soy una estúpida, me quede como boba en un espacio vacío entre la realidad y mi imaginación.
—Wow, esto es un desastre.
Dice, mi fantasía se espuma y me quedo en la fría realidad. Cierro la puerta y observo el caos, los platos están en el fregadero llenos de espuma y la bolsa de la basura está abierta en medio de la sala.
—Estaba en medio de la limpieza—me llevo las manos a la punta del cabello. Estoy nerviosa.
—Siento que hayamos desordenado tanto.
—Pues sí. No entiendo como pasó todo esto.
Quizá mientras estaba demasiado ocupada viendole sus vergas duras.
—Lo siento mucho, pero si quieres puedo echarte una mano. ¿Es ese Frank Sinatra?
Me asombro al ver que conoce al cantante. Le digo que sí y veo como me sonríe. No esperó mi permiso para ayudar, caminó hasta el centro del salón y comenzó a recoger los cojines del piso mientras chasqueaba los dedos al ritmo de la música. Verle me dio tanta alegría que me dispuse a cerrar la puerta e imitarlo.
Recuperé mi labor de fregar los platos y moví los hombros al mismo tiempo que él aplaudía. Nos miramos y sonreímos. Jungkook me gusta tanto que creo que me va arrasar una tormenta de felicidad. Pero aún así, se nota la tensión que hay entre ambos, solo nos miramos el uno al otro sonrojados y conteniendo las ganas de reírnos. No hablamos casi nada, que tema de conversación vamos a encontrar si estamos demasiado nerviosos para abrir la boca.
—Jungkook, ¿desde cuando conoces a brother?
Pregunté de la nada. ¿Por qué pregunte eso? Estoy tan nerviosa que no pienso.
—Hace tiempo—me dijo—Jimin fue el que se aproximó a mi cuando me pilló…—y se llevó las manos a la nuca nervioso.
—¿Te pilló haciendo qué?
—Ehm… hablando de ti.
Mis ojos se abrieron como platos. jamás me imaginé siendo el tema de ninguna conversación.
—¿En serio?
—Sip—dijo y pude notar la vergüenza en sus ojos. Es tan tierno. Me encanta.
—¿Y qué estabas diciendo sobre mi?
—Lo inteligente que eres.
Mi sonrisa desapareció. Por algún motivo eso me decepcionó. Lo inteligente que soy es algo tan trivial como que mi pelo es de color negro. Además es mentira, no es que no sea inteligente, pero estoy lejos de ser perfecta.
—Ya veo—digo y desvío la mirada hacia otro lado.
22
Me quedé en silencio como si me hubiera mordido la lengua el gato. No sé porque pienso que él puede llegar a sentir algo parecido a lo que siento yo. No sé siquiera porque espero algo de un hombre. La garganta ha comenzado a picarme y las mejillas me arden. No puedo creer que vaya a hacerme llorar.
Terminé en la cocina. Está toda brillante y reluciente, como mi madre hubiera esperado de mi. Volteo y veo que también ha terminado de recoger la mesa. Ahora solo queda barrer el suelo y organizar los cojines del sofá. Es cierto eso de que dos manos trabajan mejor que una, a mi me hubiera tomado años completar todo sola.
Fui en busca de la escoba, pude notar su mirada sobre mi, pero ya no era lo mismo de antes. La lucecita que vive en mí y que brilla cada vez que le ve se había apagado. ÉL seguía moviéndose al ritmo de la música, pero yo no, yo parecía una estaca sería con la cara más seria que alguien jamás hubiera visto en su vida.
—¿Estás bien Tanya?
Estis bien Tinyi. Te parece a ti que estoy bien.
—Si, ¿Por qué preguntas?
—Es solo que… mmm… ¿Quieres bailar?
Eso me tomó por sorpresa. Mi cuerpo se quedó estático, estaba procesando su petición. Será que mi fantasía…
—No sé bailar.
Mi bocota se movió sola y de tantas cosas que podía haber dicho escogió decir la más pura verdad.
—Ni yo—dijo y estiró una de sus manos.
Mi mente no sabía si aceptarla o no y mis piernas no se movían. Ahora mismo no hay diferencia entre yo y una piedra.
Por suerte él no aceptaría un no como respuesta. Dio unos pocos pasos y me cogió las manos con ternura, pude notar sus mejillas casi tan sonrojadas como las mías y sus manos un poco temblorosas.
De la nada comenzó a moverse de adelante hacia atrás al ritmo lento pero pegajoso, mis piernas empezaron a responder y él soltó una carcajada en cuanto di el primer paso. Me invadió tanta vergüenza que tuve que apartarme.
Me aleje de él con el corazón latiendo a mil por hora y el cuerpo entero temblando. No lo entiendo. ¿Cuál es su plan? ¿Burlarse de mí?
Le di la espalda, no quería ver su sonrisa, ni su cara de confusión, ni cualquier expresión que tuviera en su rostro. La música movida cambió y comenzó a sonar una más lenta. Te agradezco Frank sinatra donde quiera que estes.
—Tanya—me puso una mano en el hombro. Escalofríos recorrieron mi cuerpo una y otra vez en un segundo.
—Me da vergüenza—le dije—no sé cómo hacerlo.
Decir que me da verguenza es algo estúpido, teniendo en cuanta que ayer no parecía que me diera ninguna verguenza verle el pene.
—Intentemos esto.
¿Esto que? No sé a qué se refería y no hay forma de que yo me voltee a verlo porque estoy demasiado apenada. Entonces sentí como poco a poco algo me tapaba los ojos. Un pañuelo, que olía a perfume masculino.
La tela caía sobre mis ojos y me cubría la vista y desde atrás podía sentir sus manos atándolo con delicadeza. Sonreí, creo que esto puede funcionar.
Una vez el pañuelo estuvo bien atado me fue dando la vuelta poco a poco tocando mis hombros con la punta de los dedos. Cuando estuve frente a él sentí sus manos entrelazándose con las mías y casi que doy un gritito como emoción. Quiero gritar y saltar, pero al mismo tiempo quiero correr a esconderme.
Me abrazo contra su cuerpo y pude notar que él llevaba el mismo perfume que el pañuelo. Mi mente se fue a mis fantasías, ahora estábamos en el salón de luces tenues bailando bajo un chandelier y sobre una alfombra roja y redonda. Sus manos se aferraban a mis caderas con cariño y nuestros pies se movían al unísono a tiempo con la canción. No tenía que verle para saber que estaba sonriendo y eso me hacía sentir muy feliz.
De la nada una de sus manos me soltó y se dirigió a mi rostro. Recorrió mi mejilla con suavidad y yo respondí con una sonrisa. Poco a poco fue deslizando el pañuelo hacia abajo, no muy lento, pero tampoco lo suficientemente rápido para incomodarme. Cuando mis ojos estuvieron ya libres lo primero que vi fueron los suyos. Esos ojazos mirandome directamente, bien abiertos y analizandome con cuidado.
Su mano bajó hasta mi barbilla y me obligaron a mirar hacia arriba. Luego sus labios bajaron y cerré los ojos esperando el momento preciso en que sus labios hicieron contacto con los míos.
Mi boca se abrió para recibirle y su lengua se abrió paso entre mis labios. Yo le besaba con delicadeza infinita pero su beso tenía intenciones ocultas y una mano que se afincó a la parte baja de mi espalda me lo comprobaba.
Levanté las manos y las enredé alrededor de su cuello mientras él ya sin tapujos me agarró ambas nalgas.
Deje escapar un suspiro y deje que sus manos amasaran y pellizcaran mi trasero. Sus labios dejaron libre a los míos para posarse en mi cuello. Me encantaba, la sensación de sus labios contra mi piel y el tacto firme pero vigoroso de sus manos.
Me hubiera quedado así para siempre si no hubiera tenido la genial idea de agarrarme del pelo. Me miró directo a los ojos y con la mano derecha me agarró del moño alto y me obligó a bajar lentamente por su abdomen hasta quedarme de rodillas en el suelo.
Mi corazón que ya de por si latía deprisa se aceleró aún más. Le tenía frente a mí, tan alto y expectante, con la mirada perversa como la de anoche y esperando una reacción mía. Esperando a que comenzara mi trabajo de chuparle la polla.
Trague en seco. Solo tenía que acercarme y sacar su pene del pantalón, luego agarrarlo fuerte y meterlo en la boca. No es complicado, vi como Jin se lo hacía a Taehyung y vi lo bien que ambos lo pasaron. Solo tengo que estirar las manos y liberar su verga del pantalón solo tengo que hacer eso.
Los brazos me tiemblan y los ojos me dan vueltas. Es un proceso sencillo, Sólo tengo que…
—¿A qué viniste Jungkook?
—¿Qué?
—¿A qué viniste realmente? Me estabas ayudando a limpiar pero… ¿A qué viniste realmente?
—¿Qué importa eso ahora?
—¡Dime!
—A buscar mi teléfono, lo dejé aquí y encontré un cargador portátil en casa por qué preg…
—Deberías ir a por él—dije y me puse de pie, temblando y con los latidos aún a mil por hora.
—¿Tanya qué pasa?
—Tú teléfono, ¿lo has encontrado?
—Si pero…
—¡Vete!
—¿Por qué? Si estás incómoda…
—¡Que te vayas dije!
Grité más alto de lo normal y pude ver la sorpresa en sus ojos. Siento que me voy a desmayar de la presión que tengo en el pecho. Sus ojos parece que se le van a salir de las cuencas y se le nota que está sorprendidisimo.
—Jungkook, no me hagas repetirlo más. ¡Vete!
Me volteé y apreté los puños.Él no dijo nada más, solo escuché sus pasos y luego la puerta cerrarse.
Después del portazo me dejé caer al suelo aún con la respiración entrecortada y confundida. ¿Qué me ha pasado? ¿Por qué he reaccionado así?
¿Por qué pude acostarme con un extraño en el gym pero no chuparle la verga a Jungkook?
23
Dieron las seis de la tarde y yo seguía en shock. Limpié lo que quedaba en la sala y volví a repasar mi habitación. Después hice lo impensable y busqué un libro que leer. Alcance un random de los que tiene papá en el estudio. Sé que no le va a gustar que haya estado husmeando entre sus cosas pero no tenía otra alternativa, sin luz y sin nadie en casa estoy que me muero del aburrimiento.
Y si me muero del aburrimiento no puedo evitar recordar lo que pasó con Jungkook y lo embarazosa que fue la situación. De hecho pienso en su cara de confundido y me dan ganas de vomitar. ¿Por qué tuve que gritarle? ¿Por qué no pude simplemente chuparle la verga y ya?
Me golpeo la cabeza. Realmente no entiendo que me está pasando, y para colmo tengo una sensación rara entre las piernaas, no es dolor pero tampoco sé si son ganas de sexo. Me siento de lo más rara, por momentos quiero ser toda una puta y por otros solo quiero ser yo y volver a mi mundo sencillo. De verdad, doy un grito y escondo la cabeza bajo el libro aburridísimo. Si hubiera sabido todo lo que traería consigo perder la virginidad me hubiera preparado mejor. Porque ahrg… soy estúpida.
Por esto me molesta que Jungkook haya dicho lo inteligente que soy. Vamos… yo he notado cosas en él que ni siquiera él mismo conoce, como su sonrisa o esos hoyuelos preciosos que se forman en la comisura de sus labios cuando sonríe, la forma en que se sonroja o como se abren sus ojos como platos cuando se sorprenden. Pero él se fijó en mi intelecto… ¿En serio? Si ni siquiera he pasado de la página veinte del libro. SI yo fuera inteligente me lo hubiera devorado como pan caliente. Mi inteligencia…mi almuerzo.
Mi cabeza está que hecha humos y por más que trato de olvidar la vergüenza que pase lo único que hago es ponerme peor. Ya solo me queda por intentar lo último… tomar un baño. Creo que voy a ser la persona más limpia del mundo. Pero no me molesta si con eso consigo olvidar el numerito que hice en frente de Jungkook.
(88)
El agua fría corre por mi piel. Ya no suena Frank Sinatra y el silencio reina en mi habitación. Solo estoy yo con mis pensamientos y eso me da mas miedo que otra cosa porque no logro ordenarlos. Una parte de mi quiere pensar que todo lo que ha pasado en estas últimas veinticuatro horas fue un sueño y la otra quiere continuar haciendo más cochinadas. Sé que si escucho a la segunda parte voy a perderme para siempre y voy a ser la vergüenza de mamá. De hecho, ya estoy perdida. Desde el momento en que accedí a tener la polla de brother dentro de mi arruiné mi vida.
Esta contradicción me está matando. ¿Fue lo mejor o fue lo peor que me pasó? ¿Por qué dudo tanto? ¿Por qué tengo que ser así?
Se me hace un nudo en la garganta y las lágrimas comienzan a salir de mi rostro. Golpeo la pared. Siento una rabia enorme contra mi misma.
Sis ya estoy en casa. Sis dónde estás. Sis voy a buscarte.
Escucho la voz de brother, pero las lágrimas no han dejado de salir. Estoy segura de que para él esto no es nada. Seguramente él nunca se ha paralizdo a punto de chuparle la concha a Charlie y seguramente no le preocupa lo que piense ni mamá ni papá de nosotros. Seguramente él ni repara en lo que significa haber tenido relaciones sexuales incestuosas. Seguralmente él ni…
—¿Sis, por qué lloras?
Mierda cómo ha llegado hasta aquí. No debería de haber dejado la puerta del baño abierta.
Mi primera reacción es taparme el cuerpo con las manos y ahí reconozco que ha ganado la Tanya niña buena. Por eso me echo a llorar, porque ya hemos llegado al punto en el que se cuela en el baño mientras me ducho. Esto es una puta locura.
—Esperame fuera por favor saldré en un momento.
—¿Pero qué te pasa?
—¡Que me esperes afuera dije!—le grito.
Pensé que la cosa era solo con Jungkook, pero ya veo que no. Soy yo. No me sorprende, el problema soy yo. No estoy hecha para esto, no puedo seguirle el ritmo descuidado y sexual de ellos.
Yo quiero una vida rosa pastel, en la que me enamoro y siento mariposas en el estómago. No una en la que me desvirga mi hermano y dejo que todos me toqueteen las tetas jugando al strip poker.
Bien, suspiro. Ya sé lo que tengo que hacer. Salir de la ducha y decirle con toda la dignidad del mundo que no quiero entrar a su mundo. Que la noche de ayer debe quedar en el olvido para siempre.
24
Salí del baño aún envuelta en la toalla. Normalmente siempre llevo algo que ponerme, pero como estaba sola en casa no me pareció necesario. Tenía que haber calculado que brother llegaría de un momento a otro.
Pensé que ya se habría ido y estaría ocupado haciendo alguna de sus cosas pero no. Se había sentado en la esquina de mi cama y me esperaba con cara de preocupación.
Suspiro, no quiero decir lo que tengo que decir pero sinceramente nunca me había sentido tan bien y tan mal en tan poco tiempo en mi vida. Creo que todavía estoy a tiempo de hacer borrón y cuenta nueva y pensar en todo lo que ha pasado hasta ahora como una experiencia. Todavía estoy a tiempo de alejarme de la perversión, aunque las imágenes de Jungkook y Taehyung masturbandose frente a mi me perseguirán por siempre. Sacudo la cabeza y brother se alarma.
—¿Está todo bien Sis? ¿Qué pasó con Jungkook?
Mierda. Mi corazón dio un vuelco. Cómo sabe él que Jungkook estuvo aquí. Simplemente con escuchar su nombre la sensación volvió otra vez. La vergüenza me quema por dentro y siento ardor en el estómago. No pude evitarlo, hago soniditos con la nariz como una niña pequeña y dejo que las lágrimas escapen de mis ojos.
—Sis no.. no llores.
Automáticamente brother se puso de pie y me envolvió entre sus brazos. Agradecí tanto que me reconfortara. Me siento un mar de emociones ahora mismo y necesito un abrazo. Necesito un hermano, lo necesito.
—No puedo con esto—le dije— Es demasiado para mi. Todo es sexual y yo no sé nada de sexo. Me siento una estúpida, me siento ridícula. Yo…
—Es normal Sis. Todo el mundo se siente así cuando empieza. ¿Cómo crees que fue mi primera vez? Está bien que te sientas triste pero…
—Estoy acabada. En cuanto Charlie se entere de que no pude… no pude… no pude hacerle sexo oral a Jungkook. Se va a burlar de mi de por vida. Además mamá… y tú… y yo… No lo se brother ya no quiero seguir así.
Me aferré aún más a él que me apretó con fuerza y me dio un beso en el cuello. Su piel era cálida y aunque estaba toda sudada para mi era como estar en una nube.
—Conque eso fue lo que pasó— lo escuchó sonreir.
—¿Te parece gracioso? No pude meterme la verga en la boca. Además… no sé cómo voy a seguir con mi vida ahora que…
—Como mismo has hecho hasta ahora, Sis, te quiero mucho pero es hora de que entiendas una cosa.
Me quedé quieta y en silencio sus manos fuertes ahora me agarraban con fuerza y sus ojos me miraban con seriedad. Sentía que estaba a punto de regañarme.
—Todo el mundo tiene sexo y cuando digo todo el mundo es todo el mundo y no hay nada de malo en ello. Si lo piensas por un segundo tus profesores tienen sexo, los vecinos tienen sexo, los animales tienen sexo, las platas tienen sexo. Incluso mamá y papá tienen sexo.
—Shhh callate. No quiero esa imagen en mi mente.
—Lo que estoy tratando de decirte es que es algo que todo el mundo hace por puro placer y que al final no nos cambia en nada. Por mucho que cuando uno esté caliente haga cosas locas al final vuelve a ser la misma persona. El hecho de que ya hayas tenido experiencias sexuales no significa que vas a dejar de ser Tanya.
—Pero… pero cómo voy a vivir con ello. ¿Cómo voy a estar tranquila sabiendo que he hecho cosas muy sucias?
—Como todo el mundo lo hace. Mira a Jin, te lo imaginabas chupando una verga.
Tuve que pararme a pensar por un momento. Me imaginaba muuuuchisimas cosas sobre Jin pero eso sí que me tomó por sorpresa.
—No
—Exacto. Porque el sexo es algo que está ahí para hacernos sentir bien. No hay nada de lo que avergonzarse. Entiendo tus dudas pero no tienes nada de qué preocuparte.
—¿De verdad?
—Claro que sí—dice y me da un beso en la mejilla— Verás que no es nada del otro mundo. Como ayer en la partida de strip poker, lo estabas haciendo muy bien.
Sonío. Tiene que estar loco.
—Eso es solo porque el alcohol me daba fuerza.
—Tonterías. Eso es porque te diste cuenta de que no es para tanto. Te conozco y sueles sobrepensar las cosas, pero aquí no hay nada que pensar solo lo haces porque te sientes bien y ya. Luego sigues con tu vida como si nada hubiera pasado.
Mientras habla siento un golpe de realidad. Eso fue exactamente lo que me pasó con Suga. No estaba pensando y deje que me follara, incluso me abrí para él y no siento ni el más mínimo arrepentimiento. Si así es como debería ser así si que puedo. Con Jungkook pensé demasiado las cosas porque me gusta pero… quizá no debería darle tanta importancia, quizá no debería pensar, solo actuar.
—Creo que puedo entenderte.
—Lo harás más pronto de lo que crees. Solo tienes que estar cómoda contigo misma y con tu cuerpo denudo como yo lo estoy con él mío. Hagamos un experimento.
Me preguntaba a qué experimento se refería cuando lo vi quitarse la camiseta por la cabeza y deslizar hacia abajo su pantalón y boxer. Di un paso hacia atrás. ¿Qué hace desnudo frente a mi?
—Ahora tú—me dijo.
Y di otro paso hacia atrás. No, no y no. Aferre las manos a mi toalla como si de una armadura se tratara.
—Vamos Tanya, tienes que pasar la etapa de las dudas cuanto antes sino te perseguirá hasta morir. ¿Acaso quieres ser como mamá?
Pensé por un segundo. Quiero ser una mujer que constantemente oculta su cuerpo y se siente mal por ser voluptuosa. No, claro que no, yo quiero sentirme bien conmigo misma.
—Bueno—suspiro.
Aparto las manos y dejo que la toalla blanca caiga al suelo.
25
La toalla descansa en el suelo. Mi cuerpo ya seco y desnudo ha quedado completamente a la vista y deleite de brother. Lo primero que pensé en hacer fue en cubrirme las tetas, pero luego recordé sus palabras y si esto va de sentirme cómoda conmigo misma tengo que resistir. Intento pensar en como ayer estaba asi mismo frente a todos y no me molestaba… o no mucho.
Brother me observa y toma asiento sobre mi cama mientras asiente. Como se ha sentado con las piernas abiertas puedo notar como su pene comienza a despertar. Quiero taparme los ojos, pero ya que he mpezado en el mundo del sexo no puedo echarme atrás. Pienso en Suga y en como me encantaba ver su verga dura. No es para tanto… respiro… no es para tanto.
—Baff—escucho a brother suspirar.
—¿Qué?.
—Te ahogas en un vaso de agua. Sis tienes un cuerpo de infarto.
Ni en tres mil vidas hubiera imaginado a alguien jamás decirme eso. Tiene que estar bromeando.
—Dale brother deja las bromas.
—Estoy hablando en serio. Además unas tetas riquísimas, todos los hombres se morirían por follarlas.
—¿No que a ustedes les gustan las tetas pequeñas y los culos grandes?
—¿De dónde sacaste eso?
—Charlie dijo que…
Por supuesto, por supuesto que ella va a decir eso, porque ella tiene las tetas chiquitas y tremendo culazo. Por supuesto ella estaba alabandose, y yo que me lo tomé muy a pecho como si mi cuerpo fuera el problema. Brother soltó una carcajada.
—Acércate—me dijo y di un paso hacia él.
Alzó sus manos y las colocó sobre mis pechos. Luego los apretó y empezó a apretar los pezones suavemente.
—Esto… ¿Sabes cuantos hombres se mueren por hacer esto? Un millón.
Tuve que sonreír como una boba.
—Que exagerado eres
—Para nada. Y esto—dijo y se llevó uno de mis pezones a la boca y los recorrió suavemente con la lengua— Tres millones.
Volví a reír. Solo él podía hacer esas bromas.
Una brisa de aire fresco se coló por la ventana y aproveche para sentarme en la cama a su lado. Me siento como si me hubieran pasado tres trenes por arriba asi que apoyo mi cabeza en sus piernas y me acuesto en posición horizontal. Él me sonríe y comienza a acariciarme el cabello.
—Sis.. creo que te hemos sobreprotegido mucho.
—¿Hemos?—pregunto anonadada— Mamá y papá seguro pero tú desde cuando.
—¿Bromeas?—dice y su mano se desvía y llega hasta uno de mis pechos— yo soy el que más te protege de los tres.
—Jaj, ¿Y cómo me proteges tú?
—Evitando que los tipos se te acerquen.
Su mano ha comenzado a masajear mis pechos y apretar mis pezones que como no, ya se han puesto duros como rocas.
—Asi que tú tienes la culpa de que me vaya tan mal en el amor.
—Eh eh no no no eso no. De eso tienes la culpa tú solita yo solo te protejo de malas influencias y de payasos sin futuro.
—wow, gracias
—Solo hago mi trabajo de hermano mayor ¿O crees que dejaría que cualquiera tuviera acceso a estas tetas?
Ahora aprieta ambos pechos con ambas manos, los masajea, pellizca los pezones, masajea y aprieta otra vez.
—¿En serio crees que mis tetas son para tanto?
—Obvio y hasta me quedo corto. Son grandes y blanditas, tan delicadas y ricas para chuparlas..
Ahora las apretó fuerte antes de estirar los pezones con aún más fuerza. Tuve que apretar los labios para no soltar ningún gemido.
—Pero solo mis tetas o el resto de mi cuerpo también porque tu puedes decir algo pero…
—Sis sis, que te dije de sobrepensar las cosas.
Ahora su mano izquierda se extiende un poco más y recorre mi abdomen de arriba abajo provocandome cosquillas.
—No lo sé, no puedo evitarlo.
—Si cualquier otro hombre te tuviera así ahora mismo ya te la estuviera metiendo. Es más, a mi que soy tu hermano me está costando mucho contenerme. Ya tengo la verga durísima mira.
Con cuidado me di vuelta y me acosté boca abajo, apoyando las tetas contra la cama y con el culo en pompa y los pies flexionados apuntando al techo. La verga de brother estaba dura apuntandome a mi. Estaba tan rica como siempre, gruesa y con la cabeza rosadita pidiendo a gritos ser lamida. Me hubiera encantado animarme pero todavía eso me da un poco de vergüenza.
—Y ese culo ufff. No creo que haya nadie que se resista a follarse ese culo.
—No mientas brother. Mi culo no es para tanto. Charlie sí que tiene buen culo, es grande y siempre se le ve la entrada de la concha. La tiene rosadita y se que eso te encanta.
—No sabes nada de hombres verdad—dijo y me dio una nalgada para luego amasarme el culo con ambas manos.
Yo inconscientemente levante las piernas haciendo que mis nalgas le fueran más accesibles.
—El culo de Charlie es de infarto, no lo voy a negar. Pero el tuyo vuelve loco a cualquiera, puede que hasta incluso más.
—Yo no tengo la concha rosadita.
El tuvo que reírse.
—Si que la tienes. Sis ¿nunca te las has visto en un espejo?
Me quedé perpleja. Claro que no, jamás había hecho eso. Para mi masturbarme ya es suficiente.
—No le cuentes esto a Charlie pero tienes la concha más bonita que he visto. Es perfecta, es carnosa y está muy apretada.
Sus palabras hicieron que la humedad se apoderara de mi entrepierna y esa humedad traicionera hizo posible que uno de sus dedos se deslizara dentro de mi. Utilice todas mis fuerzas para contener los gemidos, tenía miedo de que si gemía se detuviera.
—Mira esto—dijo como si pudiera ver algo de lo que hace allá atrás— tu vagina me aprieta los dedos y me los está empapando. Mientras más los meto más rico se siente.
En efecto, mientras más adentro los metía más delicioso.. Yo estaba que iba a explotar de la calentura, con el culo muy empinado y sus dedos bien clavados dentro de mi conchita.
—Tienes que dejar atrás esas inseguridades. Yo te ayudo las veces que haga falta.
—¿De verdad?
—Claro que sí. Para eso están los hermanos. la próxima vez que te pongan una verga delante vas a saber qué hacer.
—¿Cómo?
—Porque te voy a enseñar a chuparla como toda una puta.
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—Porque te voy a enseñar a chuparla como toda una puta.
—Ey brother esa boca—dije y él tuvo que soltar una risita. Se disculpó y yo me reí con él.
Mientras deslizaba su dedo dentro de mi me quede mirando su pene. Es grande y delicioso, pero tan grueso que me daba miedo que no me cupiera en la boca. Además chupar verga era algo que no tenía concebido, no pensé en eso ni un solo día de mi vida y ahora tener que hacerlo parecía una cosa de locos.
—Tranquila Sis—dijo y me puso la mano que tenía libre sobre la cabeza—hazlo con calma. Yo confío en ti.
Su sonrisa me tranquilizó y me dio algo de fuerzas, aunque por dentro estuviera temblando cual gelatina en el refrigerador. Por suerte para mi su dedo estaba haciendo maravillas dentro de mi sexo poniendome a punto.
Me estiré hacia al frente con cuidado de no hacer un movimiento muy brusco y que su dedo dejara de penetrarme. Vi su verga imponente a menos de dos centímetros de mi boca y me asuste, pensé que iba a ser imposible chuparla asi que hice algo que ya había hecho antes y suavemente posé mi mano sobre ella. Vi como con el mísero tacto de mis dedos se le ponía dura como una roca.
Brother volvió a sonreír, pude ver que también se aguantaba los gemidos. Colocó su mano sobre la mía y comenzó a moverla a lo largo de su tronco. Suspire, así esto era mucho más fácil. Su mano me guiaba y me hacía sentir mucho más cómoda mientras llevaba la piel de un lado a otro ocultando y desvelando el glande.
—Sigue repitiendo eso—,me dijo y tomó mi otra mano.
Aún sonriendo y con extrema delicadeza colocó mi mano izquierda sobre sus testículos. Me puse roja como un tomate, pero él sonrió nuevamente y comenzó a mover su mano sobre la mía en círculos por toda la zona.
—¿A los hombres les gusta esto?
—Nos encanta.
Seguí moviendo la mano derecha como me había enseñado y la izquierda se movía bajo la suya. La verdad esto me estaba poniendo muy caliente. Por mucho que quisiera parecer amigable, la forma en que cerraba los ojos y respiraba me decía que estaba muy contento con mi trabajo.
—Ahora acércate.
Hice caso y me acerqué suavemente. Deje de mover la mano derecha pero la izquierda aún seguía haciendo su trabajo. Ahora la verga culebreaba sola y daba saltitos mirando al techo. Me encanto saber que eso lo había provocado yo, acerqué la cabeza e intenté meterla en mi boca pero se me escapó y me chocó contra la mejilla. Entendí que debía hacer ambas cosas a la vez así que me armé de valor y agarre la verga con la mano firme y volví a hacer que chocara contra mi mejilla. Mire hacia arriba y vi a brother mirándome con la boca abierta y casi que babeando.
Al parecer esto fue el detonante para él porque sacó el dedo del interior de mi sexo y me lo metió en la boca.
—Chupa—me dijo.
Me quedé quieta como por tres segundos pero después hice caso. Era raro estarle chupando el dedo y más cuando sabe a mi propio sexo, pero me sorprendí a mi misma chupando sin ningun tapujo.
—Muy bien, muy bien. Ahora abre bien la boquita y trágatela toda.
Trague en seco. Me mentalicé y me dije a mi misma que iba a ser como comerse un cono de helado. Me acerque y pase la lengua tímidamente por el glande. Pude ver como se le ponía la piel de gallina en los brazos. Seguí dando pequeños toquecitos con la lengua hasta que me dijo que hiciera más. Con mucha pena abrí mis labios formando una o y comencé a chuapar y succionar toda esa parte. La verdad era mejor de lo que me imaginaba, no sabía mal para nada. Al contrario, tenía un sabor saladito que me gustaba mucho.
—Metétela más.
Su mano se posó sobre mi cabeza y me dio las agallas que me faltaban.. Metí el glande en mi boca, cerré los ojos y sentí como sus dedos me empujaban suavemente hacia abajo. Ya no me daba tanta cosa hacerlo así que comencé mi tarea y me introduje la mitad de ese pedazo de carne en la boca. Mis labios quedaron más abiertos de lo que pensaba, realmente brother tiene la verga muy gruesa. Igualmente seguí. Subí y bajé la cabeza a todo lo largo del tronco como antes hacían mis dedos e imité el movimiento que vi a Jin hacer ayer en la noche. Al parecer a brother le encantó porque lo escuche dejar escapar su primer gemido.
Eso me dio fuerzas para tragar más y aumentar el ritmo. Comencé a dar una mamada más rápida y a indundarle el miembro con mi saliva. Cada vez que me la metía dentro sentía el glande chocandome con la garganta pero me dije a mi misma que todo era parte del proceso.
—Que rico—me dijo ya con la mirada perdida y agarrandome la cabeza con fuerza—Usa también la lengua.
Obedecí sin chistar, segui chupando de arriba abajo y cada vez que llegaba a la punta movía la lengua en círculos sobre el huequecito del glande. Enseguida brother dejó escapar algunos oooh y otros ahhh. Yo me calenté tanto que con la mano que tenía libre la lleve hacia abajo y me hice presión en el clítoris. Sé que es una locura pero chupar un pene es mucho mejor de lo que yo pensaba.
El hormigueo me había invadido los pezones presionados contra el colchón y entre las piernas estaba hecha un charco. Mi boca bien abierta tragaba toda aquella verga riquísima y mis manos seguían haciéndole cosquillas en sus testiculos. De vez en cuando miraba hacia arriba y podía dar por hecho que eso era lo que más le ponía.
—Esa cara de niña buena que pones va a hacer que me corra.
Pero yo no estaba poniendo ninguna cara. Esa es quien realmente soy. Me aventure a ir un poco más profundo y cuando sentí que me iba a atorar me quedé quieta y comencé a usar la lengua. Sentí su respiración descontrolarse y pude notar un líquido con sabor raro invadiéndome. Pensé que se había corrido pero fueron solo unas gotas. Aunque sabía amargo me lo trague todo sin chistar y continué mi trabajo.
—No puedo más Sis, si sigues me voy a…
Me detuve y él que tenía los ojos cerrados los abrió para mirar incrédulo. Su pene durísimo estaba dando saltos reclamandome. Yo me puse de pie en un santiamén, coloque una pierna a cada lado de su cuerpo y baje poco a poco hasta sentarme sobre su verga.
Le escuché gemir y retorcerse de placer a medida que iba entrando.
—Pero bueno—dijo agarrándome el culo.
—Sorpresa—dije y dejé que entrara toda,
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Ya con la verga dura de brother clavada bien adentro lo único que me quedaba por hacer era moverme, follarmelo como la puta que quiere que sea. Coloque bien las piernas y me ayudó que el me agarraba fuerte del culo. En un minuto estaba dando saltos sobre su verga y moviéndome de arriba abajo como toda una experta.
Me asombraba muchísimo como brother podía tener tanta razón, Ya no estaba sobrepensando las cosas solo escuchaba lo que mi cuerpo quería y le hacía caso. Ahora mismo mis grandes tetas rebotan delante de su cara mientras mi cuerpo sube hasta que la tengo casi toda afuera para luego bajar violentamente y clavarmela toda.
Es tan rico que no puedo evitar gemir y no soy la única porque él ya no me responde con lucidez, tiene los ojos entreabiertos y lo único que sale de su boca son balbuceos y gemidos entrecortados. Se que está usando toda su fuerza para no correrse, por eso hago yo todo el trabajo, excepto por cuando levanta las caderas para meterla bien bien adentro.
Una de sus manos agarra mis tetas y la otra me agarra de la mandíbula. Me hace un poquito de daño, pero me encanta. Me siento muy sucia.
—¿Te gusta asi puta eh? ¿Te gusta que te la claven hasta el fondo? Eres la puta más rica que me he follado en la vida.
Sus palabras me encendieron aún más cuando no pensé que fuera posible. Puse los ojos en blanco y sentí como el placer tomaba el control de mi cuerpo. Ya no sabía dónde estaba ni con quien, solo quería follar.
Le empuje hacia la cama y me coloque encima suyo en posición de rana y comencé a dar santos amplios y a mover las caderas en círculos sobre su verga además de apretar el culo por cada embestida suya. Rápidamente colocó sus manos en mis tetas mientras me animaba al ritmo de dale puta que sé que te encanta.
—Que rico te mueves perra, te lo tenías bien calladito.
—Si tu verga no estuviera tan rica las cosas fueran muy diferentes.
Yo seguía montando aquella verga gruesa y deliciosa y él aprovechó para darme nalgadas, pero fue demasiado, mi cuerpo no aguantaba más.
—Siiii. Siiii. Dame más duro. Fuerte
—Si sigues moviéndote así voy a correrme.
—Sigueee Sigue papi por favor sigue no pares. Más por favor más.
Mis ojos no estaban viendo nada, sólo podía sentir la maravillosa sensación de su verga en mi vagina apretadita y sus manotazos en mi culo.
—Ohhh me voy a correr.
—Si papi. Llename toda dale llename toda de leche más duro por favor más..
—Sis me voy a correr.
—Más duro más duro por favor más duro
—¡Sis!
No sé en qué momento pasó pero en menos de un segundo me empujo, salió de mi y se corrió por toda mi cama. Yo en un trance le observe mientras seguía pidiendole más.
Por suerte brother es muy considerado y sin decir nada me abrió las piernas y me metió tres dedos, sin piedad, entrando y saliendo de mi casi tan rápido como su pene. A los pocos segundos acabé corriendome y cuando por fin pude recuperar la conciencia nos acabamos mofando el uno del otro.
—¿Lo ves? No tienes de qué preocuparte.
Asentí. Si la voy a pasar tan bien no puedo renunciar a esto.
—Estás más que lista para la partida de esta noche.
—¿Esta noche? ¿Otra vez?
—Si—dijo con una sonrisa— ¿O es que no piensas jugar?
Me arrodillé en el suelo, agarré su pene flácido lleno de semen y me lo metí en la boca. Espero que eso le sirva como respuesta porque claro que quiero jugar.
Fin del Arco 2 Dudas e Inseguridades.
1 Comentarios
Estaría super padre que ocurra más en la relación de jungkook y tanya fuera del juego:(, igual me muero por saber cuál serán las cosas con su hermano después de que vuelvan sus papás y Charlie y Jin OMG, por favor no dejes está historia, de verdad es muuuy buena.