Ten铆a cita con mi m茅dico porque ten铆a que hacerme un chequeo general; estoy como una rosa, pero siempre es bueno que el m茅dico lo confirme. Mi m茅dico es un hombre bastante atractivo y que disfruta mucho de mis visitas aunque estas son muy escasas; disfruta con la vista pues nunca ha hecho nada m谩s que mirarme con disimulo, y a m铆 me encanta provocarle con mi ropa y mis posturas. Quiz谩 la consulta del m茅dico no es el lugar m谩s adecuado para excitarse y pensar en cosas lujuriosas, pero me gustan los hombres con uniforme y un hombre con una bata me pone.
As铆 que fui a la consulta, vestida con un vestido de tirantes rosa muy cortito, braguitas blancas y unas sandalias sin tac贸n. Me recibi贸 y me sent茅 en una silla delante de su escritorio, con las piernas cruzadas y el vestido tan remangado que dejaba a la vista mis muslos y casi se me ve铆an las bragas. 脡l me hac铆a preguntas y anotaba algunos datos, haciendo aut茅nticos esfuerzos para no mirarme el escote o las piernas. Mi escote era muy pronunciado, no recto, sino con forma triangular, dos tri谩ngulos de tela que tapaban mis tetas sujetos con dos tirantes muy finos; mis tetas, al ser tan grandes y no llevar sujetador colgaban un poco y sobresal铆an un poco por todos los extremos del escote; adem谩s el vestido era bastante fino, con lo que los pezones se me marcaban perfectamente. Imagino que debe ser muy dif铆cil para un hombre no mirarme las tetas vestida as铆, e incluso contenerse para no toc谩rmelas.
As铆 que yo ve铆a a mi pobre m茅dico sufrir mientras miraba sus papeles pues si levantaba la vista iba a acabar mir谩ndome a las tetas y no a la cara. Yo por dentro me re铆a de la situaci贸n, y pensaba en lo muy est煤pidos que son los hombres; pero al mismo tiempo la situaci贸n me excitaba. Me dijo que quer铆a pesarme y medirme, as铆 que me levant茅, me quit茅 las sandalias y me sub铆 a la b谩scula; 茅l se acerc贸 para medirme y por un momento se peg贸 tanto a m铆 que pude oler su aliento y notar su respiraci贸n un poco acelerada, yo le miraba a los ojos con lujuria para provocarle m谩s. Cuando terminamos me dijo que pod铆a volver a sentarme, entonces me fij茅 en el bulto que asomaba en sus pantalones debajo de la bata: estaba empalmado. Segu铆 descalza y me sent茅. 脡l se levant贸 otra vez casi en seguida, me dijo que hab铆a olvidado auscultarme. Se acerc贸 a m铆, y desenroll贸 su estetoscopio. Yo segu铆a sentada y 茅l de pie a mi lado tendr铆a una vista de mi escote incre铆ble, seguro que desde esa posici贸n pod铆a verme hasta los pezones. Entiendo que le temblara la voz al decirme que quiz谩 notara fr铆o el estetoscopio. Me lo puso sobre el pecho y es verdad que estaba fr铆o, estaba helado. 脡l lo fue moviendo por mi pecho, meti茅ndolo por debajo del escote, roz谩ndome los pezones, que por la excitaci贸n y el fr铆o estaban como piedras. 脡l not贸 eso y yo la hinchaz贸n en sus pantalones. Me dijo que respirara hondo y al hacerlo mi pecho aument贸 tanto que casi se me escapan las tetas del vestido. Me lo hizo repetir varias veces, m谩s de las que estoy segura es normal. Al final me dijo que estaba todo estupendo y se sent贸; yo no s茅 si se refer铆a a mi coraz贸n o a mis tetas.
Entonces me dijo que quer铆a hacerme una exploraci贸n m谩s a fondo. En un fondo de la consulta hab铆a una cortina corrediza y detr谩s una camilla. Me dijo que fuera detr谩s, que me desnudara salvo la ropa interior y que me tumbara en la camilla. Me pregunt贸 si quer铆a que llamara a una enfermera para que me sintiera menos violenta, pero yo le dije, con voz sensual y mir谩ndole a los ojos, que no era necesario, que me fiaba de 茅l. Fui detr谩s de la cortina andando con mis pies descalzos y me quit茅 el vestido y me tumb茅 en la camilla s贸lo con las braguitas puestas.
Cuando apareci贸 el m茅dico se qued贸 un momento parado observando mi cuerpo medio desnudo, mientras yo miraba al techo inocentemente. Empez贸 a coger algunos aparatos sin dejar de mirarme. Me tom贸 la tensi贸n e hizo algunas otras cosas sin importancia. Entonces dijo qu茅 iba a palparme algunas partes del cuerpo; explic贸 porqu茅 con un mont贸n de t茅rminos m茅dicos que no entend铆, pero le dije, con mi famoso tono acaramelado y p铆caro que hiciera todo lo tuviera que hacer. Empez贸 a palparme el vientre. Notaba sus manos acarici谩ndome la piel con suavidad, las ten铆a calientes y su contacto me empez贸 a provocar una sensaci贸n de gusto y excitaci贸n; subi贸 una mano y me roz贸 los pechos, se disculp贸 y yo le dije susurrando que no pasaba nada. As铆 que empez贸 a tocarlos, dijo que quer铆a descubrir tumores ocultos, pero yo s茅 que en realidad estaba sob谩ndome las tetas; me las recorri贸 con las dos manos, acarici谩ndolas con movimientos circulares; cuando me empez贸 a tocar los pezones no pude evitar soltar un peque帽o gemido.
-¿Te duele?, me pregunt贸.
–En absoluto doctor, lo hace muy bien.
Perece que eso le anim贸 un poco m谩s, dej贸 mis tetas, y con la misma excusa empez贸 a pasarme las manos por los muslos. Era una sensaci贸n estupenda, yo estaba en la gloria, tumbada en aquella camilla, medio desnuda y con un hombre que me estaba metiendo mano, porque eso era exactamente lo que estaba haciendo. Empez贸 a subir las manos por mis muslos en direcci贸n a mi entrepierna que acarici贸 sin disimulo, pero con suavidad, por encima de las bragas.
Me dijo que para hacer una exploraci贸n m谩s exhaustiva y completa y para descartar todo tipo de problemas deber铆a quitarme las bragas.
–Lo que usted diga, doctor, le dije entre gemidos.
Delicadamente me las quit贸 y las puso con mi vestido. Entonces empez贸 a explorar en serio el tesoro que ocultaban mis braguitas: me separ贸 con cuidado y un poco las piernas y empez贸 a acariciarme los labios de la conchita; yo le miraba y me mord铆a los labios para evitar ponerme a gritar de placer. Me acarici贸 un rato la raja, sin meterme un dedo en ning煤n momento; encontr贸 mi cl铆toris y me lo masaje贸. Yo estaba en la gloria, sent铆a un placer enorme, mi m茅dico ten铆a unas manos incre铆bles e iba a conseguir que me corriera sin ni siquiera meterme un dedo. Cuando vio que estaba totalmente excitada me introdujo un dedo, poco a poco, para sentirlo lentamente; me lo meti贸 entero y empez贸 a moverlo dentro, a meterlo y sacarlo lentamente.
En todo este tiempo 茅l no hab铆a cambiado de postura, segu铆a de pie pegado a la camilla a la altura de mi pecho. Mientras segu铆a con su mano derecha ocupada en mi conchita, empez贸 a acariciarme al mismo tiempo las tetas, me las acariciaba y me pellizcaba los pezones. Yo ten铆a los ojos cerrados y gem铆a y jadeaba como una perra en celo. Desliz贸 su mano izquierda hacia mi cara y empez贸 a acariciarme los labios, saqu茅 la lengua y se los chup茅 y 茅l a continuaci贸n me los meti贸 dentro de la boca. Ten铆a una mano suya en mi conchita y la otra en mi boca. Y me corr铆. Pero 茅l no par贸, sigui贸 as铆 un rato m谩s.
Entonces se par贸, y yo abr铆 los ojos para ver qu茅 pasaba. Le vi que se hab铆a abierto la bata y se estaba desabrochando el pantal贸n. Me lo qued茅 mirando con gran expectaci贸n, deseando ver su polla. Se baj贸 los calzoncillos y sac贸 su verga, totalmente erecta y los test铆culos enormes, supongo que de tanto semen como deber铆a estar aguantando. Se acerc贸 a mi cara sin decir nada, yo inclin茅 la cabeza, me apoy茅 sobre un brazo y empec茅 a pasarle la lengua. 脡l volvi贸 a meterme los dedos en la conchita, y en esa postura nos quedamos. 脡l empez贸 a jadear cuando le pas茅 la lengua por el tronco, como si fuera un helado, hasta que no aguant茅 m谩s y me la met铆 en la boca.
Se la chup茅 lentamente, para disfrutar m谩s tiempo de su polla y de sus dedos en mi conchita, que segu铆an foll谩ndomelo, ahora con m谩s fuerza. Los sac贸 y yo quise protestar pero me empez贸 a acariciar del culo, me pasaba los dedos arriba y abajo hasta que se detuvo en mi agujero trasero y empez贸 a meterme un dedo; lentamente, despu茅s m谩s fuerte; despu茅s dos dedos, meti茅ndolos y sac谩ndolos con fuerza, como si me estuviera follando con su polla. Pero su polla la ten铆a dentro de mi boca y su mano izquierda de vez en cuando me apretaba la nuca para que me la tragara entera, entonces su punta me llegaba casi hasta la garganta y sus huevos me golpeaban la barbilla.
Me corr铆 otra vez, el placer era inmenso, sus dedos ahora en mi culo, ahora en mi conchita, y su boca llen谩ndome la boca; a veces se paraba para que le chupara los huevos, cosa que hac铆a con ganas, pero en seguida volv铆a a follarme la boca, hasta que no pudo aguantar m谩s y gimiendo y conteni茅ndose para no gritar se corri贸 y me solt贸 toda su leche en la boca. Me la iba tragando seg煤n entraba a borbotones. Se separ贸 y me ech贸 las 煤ltimas gotas en la cara. Se qued贸 all铆 de pie, jadeando y sec谩ndose el sudor que le ca铆a a chorros por la frente, y yo tumbada, acarici谩ndome la conchita de tan irritado que lo ten铆a y limpi谩ndome los restos de semen de la cara.
Cuando se recuper贸 me dijo que todo estaba muy bien y que ya me pod铆a vestir. Otra vez sentada, ya vestida y compuesta, ante su escritorio, me dijo que deber铆a realizarme estos chequeos al menos una vez al mes. Pens茅 que era un aut茅ntico cabr贸n, pero hab铆a disfrutado tanto que pens茅 ¿por qu茅 no?
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