Hola, Lucía. Dijo con una sonrisa pícara -Hola. Dije volviendo a bajar la cabeza y siguiendo mi camino. -¿Le ocurre algo, Lucía? -No, profesor. Seguí mi camino, pero Christopher fue tras de mí y me paró poniendo su mano en mi hombro. -¿De veras que no le ocurre nada? -No. Dije con la voz temblorosa y sin levantar la cabeza. -Míreme mientras le hablo, por favor. Levanté mi cabeza y le miré, pero siempre intentando huir de su mirada. -¿Entonces por qué llora? Dijo mientras me acariciaba cariñosamente. -Vamos a mi despacho. Allí estaremos más a gusto. -No. Me horrizaba la idea de que me pudiera hacer lo mismo que mi tutor. Christopher era un hombre amable y me llevaba muy bien con él. Era muy alto, tenía la media melena y los ojos negros -Lucía, por favor. Yo le puedo ayudar. Le seguí a su despacho. Entramos y cerró la puerta con llave. Eso no me hizo ninguna gracia. -¿Por qué cierra? -Así estaremos más tranquilos, Lucía. Siéntese. -No, gracias. No quería sentarme pues el culo todavía me ...
Comentarios